Jeff Bezos cierra Venecia para su boda. Una celebración que, según los informes, ha costado hasta 11 millones de dólares, con excursiones en yate y villas de lujo a 500.000 dólares la noche. Esto no es solo la celebración de la boda de dos personas, es una muestra de un estilo de vida simplemente insostenible. También viaja y regala viajes hipercontaminantes al espacio por placer. Bezos y sus amigos superricos (Elon Musk, Donald Trump, Zuckerberg…) pertenecen a una élite que vive desconectada de la realidad. Y todo esto mientras hay personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas y los costes de la crisis climática se disparan.

Mientras Jeff Bezos navega en un megayate valorado en 500 millones de dólares, los fenómenos meteorológicos extremos desplazaron a 824.000 personas en 2024, la cifra más alta desde 2008. Multimillonarios como Bezos gastan sumas enormes de dinero en lujos extravagantes que el planeta no puede permitirse, y siguen viendo crecer sus fortunas gracias a paraísos fiscales, influencia política, recortar derechos de la ciudadanía y explotar el planeta.

El vínculo entre la desigualdad extrema y la destrucción ambiental es más clamoroso que nunca y amenaza nuestra democracia y nuestro planeta. Desde la COVID, la riqueza de los ultraricos se ha duplicado. Mientras tanto, la mitad de la población mundial vive por debajo del umbral de la pobreza y sufre las peores consecuencias del cambio climático. Y tú, que apenas llegas a fin de mes, ni siquiera puedes permitirte alquilar un piso o ves como los servicios públicos son insuficientes.

Para salvar nuestro planeta y a las personas que lo habitan, debemos abordar las causas profundas de la desigualdad. Y esto empieza porque aquellos que más tienen y que más contribuyen a la destrucción de nuestro planeta dejen de escaquearse a la hora de pagar impuestos y paguen por ello. Hay suficiente dinero para un mundo justo y verde, pero está en los bolsillos equivocados. ¡Es hora de que las élites ricas y contaminantes paguen lo que les corresponde!

Exigimos al gobierno de España y a la Unión Europea que impongan mayores impuestos a los superricos ahora y utilicen esos fondos para financiar servicios públicos para apoyar el bienestar de las personas y proteger el planeta.