Mientras la crisis climática se agrava y convierte las ciudades en hornos urbanos, muchos ayuntamientos de nuestro país se dedican a empeorar el problema transformando sus barrios en islas de calor sin árboles, zonas verdes ni espacios de refugio para la ciudadanía.

La crisis climática y las cada vez más frecuentes olas de calor son ya una realidad. Las ciudades de nuestro país se han construido de espaldas a esa realidad. Y así siguen. Sufren el efecto “isla de calor urbana” debido a un entramado de cemento y asfalto, muchas veces sin árboles, que provoca que la temperatura pueda ser entre 8 y 10 grados superior a las que se dan fuera de las ciudades.. 

10 grados más en una ola de calor marcan la diferencia. De día y de noche, sin tregua. Las personas sufren, muchas de ellas mueren y la fauna urbana se ve igualmente afectada por esas condiciones extremas a las que en muchas ocasiones no pueden sobrevivir. En Europa se estima que el 4% de la mortalidad estival es atribuible a las islas de calor. Sin zonas verdes, perdemos vidas. 

Y en esta situación de emergencia, muchos ayuntamientos no sólo no están adaptando las ciudades, sino que están apostando doble al cemento y al asfalto. Talan árboles, urbanizan entornos sin cobertura vegetal, olvidan los refugios climáticos y parques… Se olvidan de la salud de las personas. 

La solución pasa por adaptar los entornos urbanos al cambio climático, aplicando  soluciones basadas en la naturaleza de forma urgente. Hacen falta más zonas verdes. Hacen falta más árboles. Los espacios verdes en las ciudades, los árboles en las calles, reducen la temperatura y mejoran la salud física y mental, además de servir de refugio a personas y animales ante las temperaturas extremas. Los espacios verdes salvan vidas. 

Por eso pedimos a todos los municipios que apuesten por la salud de las personas y la sostenibilidad de la ciudad y que:

• abandonen las talas desmedidas y aumenten la cobertura vegetal de las ciudades, con especial foco en aquellas zonas con mayor exposición a temperaturas extremas
• aseguren acceso de toda la población, especialmente la más vulnerable, a espacios verdes cercanos y vivibles.
• aseguren el acceso público a espacios-refugio tanto al aire libre como de interior con horarios ampliados en olas de calor.

Necesitamos ciudades más verdes, necesitamos ciudades más vivas. Suma tu voz. 

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