El olvido de la naturaleza por parte de las administraciones
Las partidas destinadas a la gestión de los ecosistemas se han reducido en un 53% en los últimos diez años
La gestión sostenible del medio natural es un elemento clave para frenar el avance del cambio climático pues contribuye a reducir las emisiones netas de dióxido de carbono; a poner freno a la desertificación; a reducir el riesgo de grandes incendios forestales y a disminuir la pérdida de biodiversidad. Algunos de estos impactos, como los incendios y la sequía, ya se dejan sentir, por lo que es imprescindible que esta gestión se adapte a ellos.
Aunque la gestión del medio natural está muy centrada en las comunidades autónomas, la Secretaria de Estado se ocupa del programa de protección y mejora del medio natural, focalizado en los ecosistemas forestales, la biodiversidad y los Parques Nacionales. Para 2018 las actuaciones de este programa se dirigen a la mitigación de los procesos de desertificación, la prevención de incendios forestales y la protección de los ecosistemas forestales frente a plagas y enfermedades.
Desde el inicio de la crisis (2008) hasta la actualidad (2018) este programa ha visto su presupuesto mermado en un 53% y si se compara con el de 2012, año en el que se sufrió un gran recorte, aún sigue siendo un 9% inferior (con respecto a 2018). Este año ha experimentado un ligero incremento del 1,8% (1,87 millones de €).
Fuente: PGE. Años 2008-2018. Programa 456C.
Datos reales sin ajuste a inflación.
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Este continuo recorte pone de relieve la falta de una apuesta firme del actual Gobierno por la protección y mejora del medio natural. Especialmente preocupante en este sentido es la cuestión de los incendios. Como señala el gráfico, hasta el 31 de diciembre de 2017 se quemaron 178.436,39 hectáreas, lo que corresponde al 0,64 por ciento del territorio español, la segunda peor cifra de los últimos diez años después del fatídico 2012. Solo en la oleada incendiaria que asoló Galicia, Asturias y León a mediados de octubre se quemaron 74.000 hectáreas. Además, se han incrementado en un 22,7% el número de Grandes Incendios Forestales con respecto a la media del decenio 2007-2017.
Fuente: MAPAMA.
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En un contexto de cambio climático, los grandes incendios forestales se han convertido en una prioridad ambiental y un problema de seguridad nacional de primer nivel. Este tipo de episodios ya no son una excepción, y es necesario que se potencie una gestión forestal que conduzca a la existencia de masas forestales menos vulnerables a los incendios forestales.
Esta situación exige nuevas soluciones en prevención, gestión de emergencias, extinción y restauración postincendio. Es fundamental que la gestión forestal y la gestión de la planificación urbana vayan de la mano, y para ello hay que dotar de presupuestos para incentivar los planes de emergencia municipales y que se generen planes de autoprotección en el contexto urbano-forestal, asumiendo el riesgo de incendio para poder mitigar sus impactos sociales y ambientales.