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Consumir y quemar residuos: sin visos de una economía circular

El Gobierno aún no ha visto las ventajas de una economía basada en un producción más sostenible y menos consumista

El actual uso de los recursos naturales como si fueran ilimitados está causando daños medioambientales, sociales y económicos. El actual modelo económico, basado en buena manera en un consumismo sin límites y una generación imparable de residuos equivale en términos de recursos a un planeta y medio. Las implicaciones ecológicas de ello son variadas y en algún caso irreversibles: cambio climático, deforestación, desertificación, empobrecimientos de suelos, pérdida de biodiversidad y contaminación

En España el 70% de los residuos no se gestionan correctamente, son vertidos o incinerados por lo que no vuelven al sistema y provocan impactos asociados en forma de contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero. Es necesario un cambio de paradigma que incremente la eficiencia en el uso de los recursos con políticas de “Residuo cero” en la que se debe primar la no producción de nuevos residuos y la reutilización de los existentes, principios de una auténtica economía circular.

Aunque la gestión de residuos se centra en las administraciones locales y autonómicas, el Estado a través del Programa de Protección y Mejora del Medio Ambiente dedica una partida presupuestaria que transfiere a las comunidades autónomas a política de residuos. En 2018 esta partida se ha visto incrementada en 4 millones de euros del Plan PIMA Residuos financiado con ingresos procedentes de subastas de derechos de emisión que antes gestionaba la Oficina de Cambio Climático.

El presupuesto asignado en 2018 para este programa en su totalidad es de 20,83 millones de euros, lo que ha supuesto un incremento del 26% con respecto a 2017. Desde el inicio de la crisis hasta la actualidad este programa ha visto su presupuesto mermado en un 66%, y si se compara el presupuesto actual con el de 2012, el año en el que empezaron los grandes recortes, solo es un 10%. superior.

Fuente: PGE. Años 2008-2018. 456B.
Datos reales sin ajuste a inflación.
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Para avanzar hacia una auténtica economía circular hay que ajustar la política de gestión de residuos hacia la reducción, reutilización y el reciclado, eliminando del ciclo la quema de residuos con recuperación energética o no (incineradoras, cementeras, industria, etc.) y el vertido. Se debe primar la reducción de la producción de plásticos (la no producción en el caso de plásticos de un solo uso) e incluir actuaciones para la reutilización y la reducción en la generación de residuos, mejorando su recogida selectiva, implantando sistemas de devolución y retorno de envases y desarrollando planes de gestión de todos los residuos agrícolas, forestales y ganaderos que garanticen su reutilización y recuperación material y energética.