En Huelva la Junta de Andalucía pretende recalificar espacios naturales protegidos para usarlos como vertedero de residuos tóxicos. Greenpeace se suma a la denuncia puesta por la Mesa de la Ría de Huelva a la Junta de Andalucía y al Parlamento Europeo por poner en riesgo a los habitantes y al valiosísimo entorno natural que alberga ecosistemas únicos en el mundo.

La Junta de Andalucía pretende descatalogar una zona que forma parte de la Reserva de la Biosfera Marismas del Odiel para que deje de estar protegida y puedan verter en ella los lodos tóxicos extraídos del fondo de la ría de Huelva. Mediante la modificación (ver pag. 47 y 49) del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del parque natural Marismas del Odiel quieren reducir su extensión para que pueda ser dedicada a “otros usos”, es decir, servir de vertedero para materiales contaminados.

En 2006 estas marismas fueron incluidas en la mayor red europea de espacios naturales protegidos, la Red Natura 2000, como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Pero, el estudio de impacto ambiental de la balsa 4 del espigón Juan Carlos I, se realizó en 2004, una década antes de su construcción, por ello, este estudio no tuvo en cuenta la importancia que la propia Unión Europea reconoció dos años después. Las autoridades españolas no han querido evaluar nuevamente el proyecto según la legislación vigente, incumpliendo con ello, sus propias promesas ante la Comisión Europea, después de una denuncia de Mesa de la Ría en 2010.

Se han llevado a cabo estudios científicos para analizar la toxicidad o la inocuidad de los materiales dragados. De las cinco muestras analizadas, una superaba el límite permitido de los metales pesados arsénico y plomo, calificándose por tanto como residuo peligroso, según los análisis realizados por un laboratorio independiente y acreditado por la AENAC, LABACUA S.A.

La presencia de metales pesados en los lodos pone en riesgo la salud de los habitantes de la ciudad de Huelva y Mazagón, situadas a escasos kilómetros de las balsas de dragados, y también para los valiosos ecosistemas que las rodean, Marismas del Odiel y Doñana.

Exigimos a la Junta de Andalucía que paralice la construcción de unas balsas que no han tenido en cuenta el valor de este entorno natural y la toxicidad de los materiales vertidos, y exigimos al Parlamento Europeo que proteja los intereses de toda la ciudadanía, anteponiendo la salud y la conservación de los ecosistemas a la contaminación.