Activistas de Greenpeace advierten de las graves consecuencias ambientales del proyecto de verter aguas tóxicas de Aznalcóllar al río Guadalquivir 

Con motivo del 26º aniversario del desastre de Aznalcóllar, que tuvo lugar el 25 de abril de 1998, activistas de Greenpeace denuncian las catastróficas consecuencias ambientales si la Junta de Andalucía autoriza verter en el río Guadalquivir aguas tóxicas procedentes de la corta de los Frailes y la corta de Aznalcóllar recogidas en el vertido de 1998.

Activistas de Greenpeace han desplegado pancartas en el margen del río Guadalquivir -a la altura del estadio olímpico de Sevilla- con mensajes como “Vertidos cero al Guadalquivir” y “Estuario sin contaminación”, ya que, de ser finalmente autorizado por la Junta de Andalucía, significaría un vertido tóxico global de 85,52 hectómetros cúbicos en la Zona Especial de Conservación de la Red Natura 2000 del Bajo Guadalquivir. Este proyecto contaminaría el río desde Sevilla hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, con terribles efectos también en el Parque Nacional de Doñana.

El dictamen ambiental habilita a la empresa minera Los Frailes a realizar vertidos de aguas tóxicas que pondrían en riesgo la salubridad de las aguas del Guadalquivir. Durante los 18 primeros meses del proyecto recibirá un total de 15 hectómetros cúbicos de la corta de los Frailes y 2,52 hectómetros cúbicos de la corta de Aznalcóllar de aguas y lodos tóxicos a través de una tubería de 30 kilómetros procedente de la planta de tratamiento de aguas de la mina.

La segunda fase del proyecto prevé continuar el vertido de aproximadamente cuatro hectómetros cúbicos durante los siguientes 17 años, con la consiguiente afección de las aguas del Guadalquivir. 

“Exigimos a la Junta de Andalucía que no otorgue la Autorización Ambiental Unificada a este proyecto que envenenará el río. Ya nos parece contradictorio que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca haya firmado un dictamen ambiental positivo, teniendo en cuenta que las aguas contaminadas de metales pesados pondrán en peligro actividades agrícolas y pesqueras. Una consejera que se jacta de defender al sector está sentenciándolo a muerte“, señala Luis Reina, activista de Greenpeace.

En este tramo del río, desde Sevilla hasta su desembocadura en el Atlántico, se localizan diferentes tomas de riego no solo para el arroz, sino también para el cultivo del algodón, tomate, remolacha, etcétera. También la pesca se verá afectada por los vertidos, por lo que la seguridad alimentaria de los consumidores no estará garantizada.

Esta acción pretende denunciar que la Administración vuelva a anteponer el interés particular por encima del interés general, y priorice el interés de la minera Los Frailes por encima del interés de la ciudadanía.

UNA SEMANA DE ACTIVIDADES

Greenpeace, junto con Ecologistas en Acción, preparan actividades para dar a conocer y para protestar sobre este posible vertido a lo largo de esta semana. 

Mañana, miércoles 24 de abril, tendrá lugar una mesa redonda organizada  por el Departamento de Antropología de la Universidad de Sevilla, en el aula 34 del Rectorado de la universidad, a las 18.00. En esta mesa intervendrán la investigadora experta en gestión de aguas y minería María Jesús Beltrán; el antropólogo y estudioso de las cuencas mineras Félix Talego; el especialista en simulación numérica de fluidos y miembro de Ecologistas en Acción, Isidoro Albarreal, y el coordinador territorial de Greenpeace en Andalucía y máster en ciencias de la sostenibilidad, Luis Berraquero.

El jueves 25 de abril, día de aniversario del desastre de Aznalcóllar, Greenpeace convoca una concentración en el Muelle de la Sal, junto al monumento de la Tolerancia, a las 18.00, para pedir que no se viertan los lodos tóxicos al río Guadalquivir. Esta organización hace un llamamiento a toda la sociedad civil de Sevilla y de todos los pueblos que se verán afectados por este vertido a que participen en esta convocatoria.