Con motivo de la conformación del Gobierno gallego

Greenpeace y el OGACLI piden al nuevo Gobierno gallego ambición en las políticas climáticas ante el estancamiento de la transición energética

15-04-2024

  • El informe de Greenpeace y el OGACLI ‘Galicia, más allá de los combustibles fósiles’ y el último balance energético de Galicia confirman que las políticas climáticas avanzan mucho más lentas de lo necesario

  • El peso de los recursos renovables autóctonos con respeto a los combustibles fósiles importados bajó por la excesiva actividad de la refinería de A Coruña, el escaso aumento de la potencia renovable y la sequía
  • Las organizaciones piden al nuevo Gobierno la aprobación de una Ley del Clima ambiciosa, que garantice un sistema eléctrico 100% renovable en 2030 y un sistema energético en su conjunto 100% renovable en 2040

Tras la configuración del nuevo Gobierno en la Xunta de Galicia, Greenpeace y el Observatorio Galego da Acción Climática (OGACLI) hacen un llamamiento al presidente Alfonso Rueda y su nuevo equipo de Gobierno, especialmente a la consejera Ángeles Vázquez, para que incrementen considerablemente la ambición en sus políticas climáticas de cara a la legislatura que comienza. Esta aceleración debe hacerse además incluyendo medidas para que sus impactos sean positivos en la sociedad y en la biodiversidad. Las organizaciones centran especialmente la atención sobre los pobres resultados del último Balance energético de Galicia (2022), que acaba de hacer público el Instituto Enerxético de Galicia (INEGA), pues confirman que la transición energética no está avanzando en el país al ritmo exigido para combatir la emergencia climática. Una realidad constatada en el informe Galicia, más allá de los combustibles fósiles, presentado por ambas organizaciones en diciembre pasado (1).

Según el INEGA, el porcentaje de origen renovable de los recursos energéticos (energía primaria) transformados en Galicia para obtener electricidad, combustibles y calor cayó del 25% al 21% entre 2021 y 2022 (2). Las causas principales fueron el aumento de la actividad de la refinería de petróleo de A Coruña, el escaso aumento de la potencia renovable y la sequía. Un año más se confirma que en Galicia no existe ningún excedente real de energía renovable y sí una enorme dependencia de energía fósil. Prácticamente el 80% de los recursos energéticos empleados en 2022 fueron de origen fósil y se importaron sobre todo desde el Sur global, Rusia y Estados Unidos. 

La importación de crudo de petróleo destinado a la refinería de Repsol en A Coruña creció un 20% en 2022, volviendo así a niveles similares a los años previos a la pandemia. La refinería es la principal industria energética del país, gestionando la mitad de los recursos energéticos usados en nuestro territorio para producir combustibles destinados al consumo interno y a la exportación. Los productos petrolíferos lideran tanto el  consumo interno (43% del total) como las exportaciones gallegas de energía disponible para el consumo (68%) (3).

En lo que respecta a la importación de gas fósil, también llamado gas natural, esta apenas disminuyó en 2022 con respecto a 2021, cuando alcanzó el máximo histórico. Todo el gas fósil se importó en barcos como gas natural licuado (GNL) a través de la regasificadora de Reganosa en Mugardos. El GNL es más intensivo en emisiones de gases causantes de cambio climático que el de gasoducto, especialmente el extraído mediante fracking, caso de la mayoría del gas procedente de los Estados Unidos, según el país de origen de los barcos metaneros descargados en la regasificadora gallega en 2022, sólo detrás de Rusia (4).

El presidente de la Xunta se comprometió en octubre del año pasado a alcanzar la neutralidad climática en Galicia en 2040, pero las políticas climáticas no se hacen sólo con declaraciones. Ni la Estrategia Gallega de Cambio Climático y Energía 2050 ni el anteproyecto de Ley del Clima de Galicia están alineados con ese objetivo. No avanzamos en renovables ni en electrificación ni en eficiencia. El necesario abandono progresivo de los combustibles fósiles ni siquiera está encima de la mesa. Necesitamos cambios reales y cambios rápidos si queremos cumplir el acuerdo de París”, afirmó Manoel Santos, de Greenpeace.

Las renovables y la electrificación estancadas

La energía producida por fuentes renovables autóctonas bajó en 2022 debido sobre todo a la sequía, que disminuyó casi a la mitad  la producción hidroeléctrica en relación al año anterior. También influyó el escaso incremento de la capacidad de producción renovable, problema que se arrastra en los últimos años. La potencia renovable eléctrica tan sólo creció en 226 MW (+3%) entre 2019 y 2023. En cuanto a la potencia renovable térmica sumó 692 MW (+24%), la mayoría de biomasa, entre 2018 y 2022, año más reciente con datos.

Greenpeace y el OGACLI apuntan también al consumo gallego de energía final (electricidad, combustibles, calor), que bajó un 4,5% en 2022, situándose en 5,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep). Un descenso concentrado en el sector industrial y mucho más vinculado a la subida de los precios de la energía y al inicio de la parada de la planta de aluminio de Alcoa San Cibrao que a las insuficientes políticas de ahorro energético. Además, la merma del consumo no fue generalizada, pues en el transporte, basado todavía casi totalmente en energía fósil, creció el 12,5%, volviendo a niveles prepandemia.

El aumento simultáneo de la producción de electricidad renovable y de la electrificación, cuando sustituye combustibles fósiles, no sólo contribuye a la descarbonización sino también al ahorro de energía. Por eso, es lamentable que en 2022, mientras apenas crecía la potencia renovable y la electricidad renovable producida superaba nuestra demanda eléctrica en cinco de los doce meses del año, el consumo gallego de combustibles fósiles aumentara un 3%, impulsado sobre todo por un mayor uso del gas fósil en la generación eléctrica y de productos petrolíferos en el transporte”, apuntó Xosé Veiras, del OGACLI.

Según las organizaciones, el año 2022 no sólo fue malo para la electricidad renovable sino también para la electrificación, pues el peso de la electricidad en el consumo energético gallego no sólo no subió sino que incluso bajó tres puntos, cayendo hasta el 22,7%. 

La cuota de renovables en el consumo energético final gallego, un indicador usado en la política energética europea que tiene también en cuenta datos de años anteriores, creció casi un punto en 2022, hasta el 44,7%, lejos del objetivo del 58% para 2030 formulado en la Agenda energética 2030 de la Xunta y aún más del 70%, que es el objetivo acorde con la ciencia para combatir la emergencia climática. Además, las buenas cifras en la cuota de renovables en el consumo eléctrico (99,9%) contrastan con la baja aportación de renovables en la calefacción y la refrigeración (34,3%) y, sobre todo, en el transporte (5,9%).

Galicia, más allá de los combustibles fósiles

En diciembre de 2023 Greenpeace y el Observatorio Galego de Acción Climática publicaron el informe Galicia, máis allá de los combustibles fósiles, que analiza el estado de la transición energética en el país. El exagerado peso de los combustibles fósiles importados en el sistema energético gallego aleja al país del objetivo de alcanzar un sistema 100% renovable, que podría y debería lograrse para 2040.

El documento incluye recomendaciones sobre la planificación energética de la Xunta, los combustibles fósiles, el consumo de energía y el desarrollo renovable en Galicia. Los diez objetivos más importantes marcados por Greenpeace y el OGACLI son: 

  1. Reducir las emisiones brutas  en un 65% para 2030 respecto a 1990
  2. Alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable en 2030
  3. Alcanzar un sistema energético en su conjunto 100% renovable en 2040
  4. Reducir la demanda de energía final a la mitad para 2040 con respecto a 2019
  5. Alcanzar una cuota de renovables en el consumo final del 70% en 2030
  6. Abandonar el uso de gas fósil para la generación eléctrica antes de 2030
  7. Abandonar la quema de gas fósil para todos los usos en 2035
  8. Planificar el fin de las actividades de refino de petróleo y de regasificación de gas licuado, para acompasalas al resto de objetivos
  9. Incrementar la electrificación, que en 2030 debería aproximarse ya al 50%
  10. Alcanzar un parque de vehículos cero emisiones antes de 2040

Notas
  1. Informe completo AQUÍ
  2. Sin incluir los llamados residuos renovables.
  3. Sin incluir en este porcentaje su uso en la produción de electricidad en centrales de cogeración.
  4. Estos datos proceden del informe “Él sistema gasista español. Informe 2022” de Enagás, pues los balances energéticos del INEGA no indican los países de origen de la energía importada. En 2022 descargaron en la regasificadora de Mugaros 28 metaneiros, 15 con origen en Rusia (el GNL ruso no es objeto de sanciones por la invasión de Ucrania), 9 en EEUU y 4 en Nigeria.

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