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Greenpeace y No a la Tala regalan a Almeida un ramo de boda realizado con ramas de talas de Madrid y exigen protección para la ciudadanía ante las olas de calor

05-04-2024

  • Las personas activistas han desplegado pancartas en las que se lee: “Madrid ama sus árboles. Hasta que la tala nos separe”, “No a la tala” y “+ árboles = – calor”
  • Las organizaciones denuncian la destrucción del arbolado urbano en la capital, en dirección contraria a las necesidades de adaptación frente al calor extremo producido por el cambio climático
  • Desde que Almeida comenzó a gobernar, se han perdido 55.000 árboles adultos, incluidos ejemplares protegidos
  • El arbolado urbano reduce la vulnerabilidad de la población ante el calor extremo: en 2023, en la Comunidad de Madrid hubo 407 fallecimientos atribuibles a altas temperaturas, de los 2.100 que se dieron en toda España

Greenpeace y el movimiento vecinal No a la Tala han llevado hoy hasta el Ayuntamiento de Madrid un gran ramo de boda de cuatro metros de largo y dos y medio de ancho para entregárselo al alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida. El ramo está realizado con ramas de las podas y las talas de árboles que se han venido sucediendo en la ciudad durante los últimos meses. Las personas activistas han desplegado pancartas en las que se lee “Madrid ama sus árboles. Hasta que la tala nos separe”, “No a la tala” y “+ árboles = – calor”. Un regalo simbólico que refleja el compromiso que parece tener Almeida con la desaparición de la vegetación urbana.

Esta acción tiene como objetivo denunciar la política arboricida del Ayuntamiento e instarlo a proteger el arbolado como patrimonio de la ciudad y como estrategia clave para aumentar la adaptación frente a la crisis climática y reducir la vulnerabilidad de la ciudadanía madrileña ante eventos meteorológicos extremos como las olas de calor. En 2023, en la Comunidad de Madrid hubo 407 fallecimientos atribuibles a altas temperaturas, del total de 2.100 que se dieron en toda España.

Según las organizaciones: “Estamos experimentando olas de calor y temperaturas extremas agravadas por el cambio climático. Queremos ciudades habitables y resilientes para toda la población y para eso es fundamental reducir la vulnerabilidad aumentando la cobertura verde y los espacios verdes urbanos. Pero el Ayuntamiento va en la dirección contraria, eliminando el patrimonio natural de la ciudad, que es un elemento esencial para la adaptación al cambio climático y la salud de la población”.

La política de Almeida ha sido una constante amenaza al patrimonio natural de arbolado de la ciudad. Desde que comenzó a gobernar, en 2019, hasta 2023, se han perdido cerca de 55.000 árboles adultos de las calles de Madrid, según el portal de datos abiertos del Ayuntamiento, lo que supone el 15 % de su arbolado adulto. A este número habría que sumar los cerca de 500 ejemplares talados por las obras de ampliación de la línea 11 de metro desde diciembre de 2023, que ha suscitado una enorme oposición vecinal, con manifestaciones de miles de personas en los diferentes vecindarios afectados. 

Entre estos últimos se encuentran cuatro cedros del Himalaya (Cedrus deodara) ubicados hasta su tala en el Parque de Jimena Quirós, en el llamado Paisaje de la Luz, único espacio de Madrid declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y catalogados como “singulares”. De hecho, el partido político Alianza Verde, presentó una denuncia a Fiscalía (1) y se abrieron diligencias por incumplimiento de la normativa madrileña en materia de protección y fomento del arbolado urbano (2).

La población madrileña, cada vez más vulnerable al calor extremo 

El último informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente, Evaluación europea del riesgo climático, revela que Europa es el continente que se calienta más rápido del mundo y destaca la preocupación por los países más amenazados del sur, como España. Este estudio supone la primera evaluación europea del riesgo climático. La evaluación identifica 36 riesgos climáticos,  8 especialmente urgentes, entre los que se encuentra la protección de las personas frente al calor. El informe afirma que los riesgos climáticos como las olas de calor están creciendo más rápido que la preparación de la sociedad ante ellos.

La ciudad de Madrid es un claro ejemplo de este riesgo. Los efectos de episodios de olas de calor y la acentuada isla de calor urbana de Madrid someten a la ciudad a intensos periodos de estrés térmico, llegando hasta los 8 ºC de diferencia entre el centro y las zonas menos urbanizadas de la periferia (3). Durante las olas de calor del verano de 2023 se llegaron a alcanzar los 40 ºC en el centro de la ciudad. En el escenario actual de emergencia climática, es urgente reducir el riesgo al calor extremo con medidas que disminuyan la exposición de la población.

Según los estudios, aumentar un 30 % la cobertura arbórea en las ciudades puede reducir la temperatura en 1,3 ºC y disminuir en un tercio las muertes prematuras atribuibles a las islas de calor urbanas (6). Además, la presencia de vegetación urbana contribuye a aumentar la calidad del aire, eliminar contaminantes y mejorar la salud física y mental de las personas. Por ello, es esencial que el acceso a la vegetación urbana sea equitativo en su distribución y que todas las personas puedan acceder a sus beneficios.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid no sólo no cumple su propia normativa de protección y fomento del arbolado urbano, sino que no aplica las soluciones que el propio consistorio propone para adaptar la capital al cambio climático, entre las que se incluyen aumentar los espacios verdes y la vegetación en las calles de la capital (4) (5).

Soluciones basadas en las naturaleza

Las soluciones basadas en la naturaleza son medidas de protección, gestión sostenible y regeneración de ecosistemas y procesos naturales que aportan beneficios para la sociedad y la biodiversidad y que permiten abordar los grandes retos actuales como son la mitigación y la adaptación al cambio climático.

En los entornos urbanos, estas medidas se traducen en el aumento de los espacios verdes y de la cobertura vegetal para reducir la exposición, y con ello la vulnerabilidad, a eventos extremos como las olas de calor.

De hecho, el pasado 27 de febrero de este año, el Parlamento Europeo ratificó el Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza (6). El Reglamento incorpora objetivos de mantenimiento de espacios verdes urbanos y de aumento del porcentaje actual como soluciones reales basadas en la naturaleza.

La regla 3-30-300, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que toda persona debería ver tres árboles desde su domicilio, tener un 30 % de cobertura vegetal en su barrio y vivir a 300 metros en línea recta de un espacio verde de al menos 1 hectárea. Sin embargo, la ciudad de Madrid se encuentra por debajo de los límites recomendados por la OMS, con más de un 70 % de su población por debajo del límite recomendado de acceso a espacios verdes (7).

Greenpeace y el colectivo No a la Tala piden al alcalde de Madrid que cese en su política de eliminar el arbolado urbano y aplique con urgencia medidas que preserven y aumenten el patrimonio natural de la ciudad, tal y como se contempla en las medidas de adaptación del Plan A: de Calidad del Aire y Cambio Climático, y siguiendo las recomendaciones internacionales (como la norma 3-30-300), de forma equitativa y con especial foco en los colectivos más vulnerables.

Ante el calor extremo en Madrid, la solución no es pedirle a la ciudadanía que se quede en casa con el aire acondicionado y beba agua. Las soluciones pasan por reducir las emisiones de GEI  para frenar el cambio climático y también por adaptarnos a los cambios que ya son irreversibles. Las soluciones basadas en la naturaleza, como los espacios verdes urbanos, protegen del calor y aportan beneficios adicionales para la salud y la convivencia, lo que las hace esenciales para una ciudad más habitable, resiliente y justa”, concluyen las organizaciones.


Notas

(1) Alianza Verde lleva a la Fiscalía la tala de los árboles del Paisaje de la Luz en Madrid

(2) Normativa de la Comunidad de Madrid.

Ley 8/2005, de 26 de diciembre, de protección y fomento del arbolado urbano de la Comunidad de Madrid:
Artículo 1. Las medidas protectoras que establece esta Ley se aplicarán a todos los ejemplares de cualquier especie arbórea con más de diez años de antigüedad o veinte centímetros de diámetro de tronco al nivel del suelo que se ubiquen en suelo urbano.

Artículo 7. Nuevas plantaciones. Las nuevas plantaciones de arbolado urbano se diseñarán y ejecutarán con arreglo a los siguientes criterios: a) Se respetará el arbolado preexistente, que se convertirá en un condicionante principal del diseño.

Ley 10/1998, de 9 de julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

(3) ARUP. Estudio de Instantánea de Calor Urbano (Urban Heat Snaphot) realizado en 6 ciudades del mundo.

(4) Portal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid. Soluciones propuestas para la adaptación al cambio climático.

(5) Análisis de la Vulnerabilidad ante el Cambio Climático de la Ciudad de Madrid

(6) Comunicado Greenpeace España. El Parlamento Europeo ratifica el Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza, clave en las políticas ambientales de la próxima década

(7) ISGlobal. Ranking of cities Madrid – Green Space


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