Reactivo a las medidas presentadas en el Consejo de Ministros

Reactivo de Greenpeace a las medidas presentadas en el Consejo de Ministros sobre el ahorro energético y la prevención de incendios

01-08-2022

  • Para la ONG ecologista el plan de ahorro energético es necesario, pero insuficiente 
  • La organización ve fundamental una Estrategia Nacional que gestione las masas forestales para prevenir grandes incendios catastróficos

Madrid, 1 de agosto de 2022.- Ante las medidas de ahorro energético y en materia de incendios forestales presentadas esta noche en el Consejo de Ministros la organización Greenpeace pide al Gobierno que, más allá de las circunstancias geopolíticas, se acometan acciones más decididas contra el cambio climático, que conduzcan al fin de la utilización de los combustibles fósiles y a un sistema energético que tenga como prioridad el ahorro y la eficiencia energética.

En relación al incremento de olas de calor y sequías prolongadas fruto del cambio climático -que agravan y explican la evolución de los incendios- la organización demanda políticas de prevención de incendios no estacionales y la necesidad de tener profesionales trabajando durante todo el año que aborden la gestión forestal.

 

Sobre las medidas de ahorro energético

Greenpeace considera que las medidas de ahorro energético son absolutamente necesarias y deberían haberse adoptado hace mucho tiempo. Ahorrar energía es la mejor manera de evitar consumos innecesarios de gas, con cuya compra se está financiando la guerra de Rusia en Ucrania, pero también es imprescindible para la lucha contra la emergencia climática. 

Para los ecologistas el plan de ahorro energético debería ser mucho más ambicioso, porque reducir un 7 % el consumo de gas fósil no es, ni de lejos, suficiente. Regular el uso del aire acondicionado y calefacción en los edificios, fijando la temperatura a la que se debe consignar el termostato es una medida básica, pero no la única que se debe tomar.

“El plan de ahorro se ha explicado muy mal, como si fuera un esfuerzo para la ciudadanía, cuando ahorrar energía, mejorando la eficiencia energética, significa mejorar la calidad de vida, evitando el derroche y consumos innecesarios. Lo de la corbata es una anécdota, que no debe ocultar el debate sobre la necesidad de objetivos de ahorro y eficiencia más ambiciosos”, ha declarado José Luis García Ortega, responsable del área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace España.

Para García hacen falta medidas más ambiciosas para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles, que es lo que está en la raíz de la crisis de los precios de la energía y de la emergencia climática. Entre esas medidas, Greenpeace destaca: el aislamiento de los edificios, la sustitución (no solo la revisión) de calderas de gas por bombas de calor y el autoconsumo, con las cuales todos los edificios podrían ser autosuficientes en energía y cumplir el mandato europeo de ser edificios de consumo casi nulo, así como incentivar la eficiencia y el uso de energías renovables en la industria. Habrá que valorar el alcance de las medidas anunciadas una vez se conozcan los detalles, entre los que esperamos que queden debidamente reflejadas las necesarias facilidades para que el autoconsumo compartido se pueda repartir de manera sencilla entre distintos usuarios.

Además de las medidas anunciadas, Greenpeace sigue reclamando actuaciones clave para reducir el consumo de gas y petróleo en todos los sectores, como acabar con todas las subvenciones a los combustibles fósiles, aumentar la velocidad de implantación de las energías renovables, regular e impulsar las comunidades energéticas, prohibir los vuelos cortos con alternativa ferroviaria y regular las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades, con una reforma del etiquetado de los vehículos en función de sus emisiones reales.

Respecto a las medidas de subvención temporal al transporte público, Greenpeace reitera que sigue siendo necesario invertir para mejorar la calidad y frecuencia de todos los transportes públicos terrestres, lo cual no se resuelve con una gratuidad temporal. 

 

Sobre incendios forestales

El incremento de olas de calor y las sequías prolongadas fruto del cambio climático explican la evolución de los incendios pero no su causa. Para que se produzca el fuego y se propague hay que abordar las causas de ignición y las del estado de nuestros bosques. La gestión del paisaje es una de las pocas ventajas estratégicas para prevenir grandes incendios catastróficos. No se puede cambiar la meteorología o la topografía, factores de los que depende el comportamiento del incendio, pero sí se pueden modificar las condiciones del combustible. Y para mantener ese paisaje resiliente ante grandes incendios forestales es imprescindible dinamizar el medio rural, fijar población en el territorio promoviendo actividades sostenibles de los pueblos.

“Los grandes incendios forestales se han convertido en un problema ambiental de seguridad nacional, el Gobierno de Pedro Sánchez debe garantizar la gestión de nuestros ecosistemas, masas forestales que se han visto incrementadas por el abandono que están sufriendo además los impactos del cambio climático. Esto los convierte en auténticos polvorines”, ha declarado Mónica Parrilla, ingeniera forestal y portavoz de la campaña de incendios forestales de Greenpeace España.

Por ello, Greenpeace está de acuerdo con las Orientaciones Estratégicas del Gobierno en las que se generan como objetivos gestionar el territorio y reducir el riesgo de incendio, así como abordar una mejor coordinación e incremento de los servicios de extinción teniendo en cuenta el aumento del periodo estival. También con las medidas y recursos destinados a zonas afectadas. Pero la ONG advierte que para que esto sea posible es fundamental una Estrategia Nacional para la gestión de las masas forestales en la que se destinen recursos económicos y se garantice que las administraciones autonómicas aseguren medidas claves para la prevención de incendios de alta intensidad. Por lo que propone: 

  • Por un lado reducir las igniciones. Los incendios forestales son un problema social, el 95 % son causados por el ser humano. Urge reducir el riesgo de ignición para evitar grandes incendios forestales. Es fundamental ampliar los recursos para investigar, enjuiciar y condenar el delito de incendio forestal y que se aborden las causas y debates en el medio rural sobre el uso tradicional del fuego. 
  • Por otro lado, reducir riesgo de propagación. Con gestión forestal y cumplimiento de normativa de planificación de incendios. El Gobierno propone una actualización de la Ley de Montes pero la actual no se cumple en la obligación de disponer de planes preventivos en zonas de alto riesgo de incendio forestal así como la Directriz Básica de Protección Civil que obliga a planes de emergencia en zonas de alto riesgo. Casi el 80% no tienen planes de emergencia local y los preventivos son testimoniales. 

“Mientras se habla de competencias entre lo estatal y autonómico, los bosques arden. Es necesaria una estrategia nacional para la gestión de nuestras masas forestales hacia escenarios menos vulnerables al fuego”, ha apuntado Mónica Parrilla.


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