La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha azotado el sur y el este de España hace unas semanas ha mostrado la cara más cruel y destructiva del cambio climático y ha evidenciado que se trata de una amenaza para el planeta y para todos los seres que lo habitan. Hasta el momento, más de 220 personas han perdido la vida y más de 845 mil personas han resultado afectadas. La crisis climática es también humanitaria y genera caos, destrucción, pérdida de vidas y sufrimiento.

El pasado 29 de octubre se registraron en Turis (Valencia) en tan solo 14 horas 771,8 l/m2, el segundo registro de precipitación diaria más elevado desde 1987. En este municipio, llovió en tres horas lo que en todo un año. Esta DANA es la peor del último siglo en la Comunidad Valenciana.

La ciencia lleva años avisando: la crisis climática provocará que los eventos meteorológicos extremos sean cada vez más intensos y frecuentes, y España ya se encuentra entre los países del mundo que más está sufriendo los impactos del cambio climático. Así lo asegura el informe de Greenpeace “Carrera climática contrarreloj: cambio climático y eventos meteorológicos extremos en España”, elaborado por la Unidad Científica de Greenpeace en la Universidad de Exeter (Reino Unido).

El calentamiento global está empeorando drásticamente problemas ambientales causados por la actividad humana. Las inundaciones, los incendios, las olas de calor y la pérdida de biodiversidad son cada vez más frecuentes y severos debido a prácticas como la deforestación, la urbanización descontrolada, la agricultura intensiva y la contaminación.

La temperatura media mundial ha superado durante 16 meses consecutivos todos los valores registrados con anterioridad.

Danas más frecuentes e intensas

Este episodio no ha sido como otros anteriores. Expertos del World Weather Attribution indican que esta DANA ha sido aproximadamente un 12 % más intensa y el doble de probable debido al calentamiento global que está ocasionando la quema de combustibles fósiles.

Cuando se cumplen determinadas condiciones meteorológicas, estas depresiones aisladas pueden generar lluvias intensas y es ahí cuando el calentamiento del planeta puede agravarlas aún más. El cambio climático no solo calienta la atmósfera; también los mares y océanos. Las elevadas temperaturas del mar Mediterráneo, por encima de la media desde abril de 2022, generan más humedad en la atmósfera e intensifican las lluvias, provocando danas tan destructivas como la de Valencia y Albacete.

Por desgracia, este episodio de lluvias torrenciales no es el primero ni será el último. En los últimos años, Europa ha sufrido varias inundaciones devastadoras con un elevado número de víctimas mortales. En 2021, por ejemplo, en Alemania y Bélgica murieron 239 personas.

He sentido la angustia de ver que las consecuencias del cambio climático no son algo que sufriremos a futuro sino que están aquí ya, ahora, con su cara más devastadora. Lourdes, afectada por la DANA.

El año 2024 va camino de ser el más cálido jamás registrado, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

Firma y exige medidas para una acción climática

La respuesta que estamos dando al cambio climático es del todo insuficiente. Seguimos aumentando las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y sin decidir calendarios de abandono de los combustibles fósiles, y el proceso de calentamiento global es la consecuencia de ello. Hay muchas vidas en juego. Frenar el cambio climático salva vidas.

Ante el cambio climático, la inacción no es una opción. Por eso, en Greenpeace, trabajamos incansablemente en campañas de movilización ciudadana, promovemos leyes más justas con el planeta y con las personas e impulsamos medidas de protección ambiental sólidas. Y todo esto gracias a las personas que nos apoyan, socios y socias que nos permiten ser independientes de partidos políticos, empresas y estados.

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¿Qué pasa si superamos los 1,5 ºC?

Superar los 1,5 °C podría desencadenar múltiples puntos de inflexión climáticos, con repercusiones peligrosas para la humanidad:

Ruptura de los principales sistemas de circulación oceánica.

El deshielo brusco del permafrost (hielo permanente)

Pérdida de biodiversidad y colapso de los sistemas de arrecifes de coral.

Episodios de calor extremo y otros eventos meteorológicos extremos.

¿Qué podemos hacer?

Limitar el calentamiento global por debajo de 1,5 °C reducirá de forma significativa los riesgos, los efectos adversos y las pérdidas y daños relacionados con el cambio climático. Esto solo se conseguirá abandonando los combustibles fósiles. De lo contrario, los fenómenos meteorológicos extremos, como la dana que ha devastado el este y sur peninsular o como las olas de calor, sequías o incendios serán cada vez más frecuentes y peligrosas.

En este contexto, la prevención y la adaptación de España a los eventos meteorológicos cada vez más extremos es urgente e imprescindible. En Greenpeace llevamos denunciando las consecuencias del cambio climático desde hace décadas y, lo que es más importante, demandando soluciones reales y posibles para evitar las peores consecuencias del calentamiento global. ¿Qué más tiene que pasar para que el Gobierno tome medidas y haga pagar a los responsables de la crisis climática? ¿Cuántas riadas, sequías, olas de calor o grandes incendios hay que vivir para que actúen con urgencia? Hay que reducir las emisiones en todos los sectores (transporte, energía, industria, edificación, agricultura, ganadería…) drástica y urgentemente, tanto como nos indica la ciencia, y llevarlas a cero lo antes posible. Y eso implica necesariamente abandonar la quema de combustibles fósiles. No podemos esperar, hay que actuar ya.

Firma y exige medidas para una acción climática

El calor extremo causa la mayor mortalidad de todos los fenómenos meteorológicos extremos, con 489 mil muertes relacionadas con el calor entre 2000 y 2019, según la OMM. 

Prevención y adaptación: una inversión en vidas humanas.

#1 Mejorar los sistemas de alerta temprana y los protocolos de actuación en todas las comunidades autónomas.

#2 No construir en zonas inundables, considerando los riesgos actuales y futuros en los escenarios de cambio climático.

#3 Formación en medidas de autoprotección.

#4 Aplicar Soluciones Basadas en la Naturaleza, que actualmente están ausentes en más del 95% de los municipios españoles. Estas estrategias incluyen la creación de espacios verdes, jardines de lluvia y lagunas temporales que ayudan a absorber y filtrar las aguas de lluvias intensas, evitando así inundaciones catastróficas.

#5 Creación de zonas de alivio en ríos ya canalizados.

#6 Promover el uso de pavimentos permeables/drenantes y otros sistemas que reduzcan el agua que discurre por la superficie, ayudando a gestionar las precipitaciones de manera más efectiva.

#7 Renaturalización y el mantenimiento de cauces naturales de ríos, riberas y ramblas.

¿Quién debería pagar la factura climática?

La respuesta tendría que ser: los causantes de la crisis climática. El cambio climático tiene terribles consecuencias en la vida de las personas. El Estado debe exigir a las compañías energéticas que paguen por el daño que causan y debe impedir que estas empresas se lucren a costa de la salud de la ciudadanía y del planeta. En la COP29 no se ha aprobado el llamamiento para que la industria de los combustibles fósiles pague por las consecuencias de la intensificación de los eventos meteorológicos extremos. Continuaremos trabajando en esta petición desde ahora hasta la próxima COP30 del próximo año .

Siento la urgencia de actuar ya. Hay que exigir a los principales responsables que dejen de contribuir al calentamiento global y que asuman las consecuencias de lo que estamos sufriendo. Lourdes, afectada por la dana.

Greenpeace exige la aplicación de medidas sobre las causas reales de esta tragedia: es urgente abandonar los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático.

Qué pide Greenpeace

#1 Quién paga los costes del cambio climático. Pedimos a los gobiernos un incremento de la financiación pública para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, adaptarnos a los impactos del cambio climático que ya no se pueden evitar y sufragar los costes de las pérdidas y daños que se vayan a producir. Deben hacer pagar a la industria de los combustibles fósiles y a otros grandes contaminadores por los costes de mitigación, adaptación y los daños y pérdidas que ocasionan.

#2 Poner fin a los combustibles fósiles, reconocidos como causa principal del cambio climático. Greenpeace pide implementar el acuerdo de la COP28 para abandonar los combustibles fósiles, que incluya un alineamiento de los planes de acción climática de los países para 2030 y 2035 con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.

#3 Evitar medidas que dañen gravemente la biodiversidad y los derechos humanos. Queremos proteger la naturaleza y a las personas. Por eso, pedimos que las nuevas reglas sobre el comercio de emisiones no dañen los ecosistemas importantes ni los derechos humanos.

#4 Garantizar los recursos y la inversión pública necesarios. En la actualidad, en la UE hay una brecha de inversión en acción climática de unos 400.000 millones de euros para cumplir con los compromisos asumidos. Al mismo tiempo, se está destinando una cantidad similar a subvencionar a la industria de los combustibles fósiles. El coste de retrasar las inversiones necesarias es enorme, como hemos podido ver en la DANA de Valencia y en otras catástrofes. Invertir ahora supone salvar vidas y ganar en bienestar presente y futuro. Por ello es imprescindible garantizar los recursos públicos – con impuestos justos y verdes – y que existan presupuestos que estén alineados con los compromisos del Acuerdo de París, la Convención de Biodiversidad y la Carta Social Europea.

Estamos ante una situación de emergencia, pero aún podemos actuar para evitar peores escenarios. Cada vez somos más las personas preocupadas e implicadas en construir soluciones. Estamos a tiempo. Juntas podemos cambiar la situación.

Con cada euro que donas, contribuyes a la misión de proteger el medioambiente y promover un futuro sostenible para todos. Con tu ayuda haces posible campañas que abordan problemas ambientales importantes como el cambio climático, la deforestación, los plásticos o la justicia climática.

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