La comarca de A Ulloa, en el corazón de Galicia, está amenazada por la construcción de una enorme fábrica de celulosa de la multinacional portuguesa Altri. Un monstruo que pone en peligro su naturaleza y a sus habitantes en una zona de alto valor ecológico, económico y social donde se llevan a cabo numerosas iniciativas de cuidado del territorio, como la de Natalia Varela, apicultora ecológica (en la foto).
“Las abejas están directamente conectadas con el ecosistema, y Altri va a cambiar esa biodiversidad. Si toda esta riqueza que tenemos en A Ulloa cambia, la vida de las abejas va a ser mucho peor. No voy a poder realizar un producto de calidad y va a ser insostenible”.
Natalia Varela
El río Ulla es uno de los espacios naturales que se verían afectados por esta gran fábrica, diseñada para producir hasta 400.000 toneladas de celulosa soluble y 200.000 de lyocell, además de otros subproductos, como biomasa y yeso, que verterá al río hasta 30 millones de litros de aguas residuales contaminadas cada día.
El megaproyecto (denominado proyecto Gama) amenaza directamente la exigua Red Natura 2000 gallega. Además del consumo y contaminación del agua, emitirá gases tóxicos, pondrá en peligro los sectores primarios y requerirá que se plante mucho más eucalipto en el norte, empobreciendo la biodiversidad. Greenpeace, junto con otras organizaciones y colectivos de la zona, está luchando para parar este sinsentido.
“Para mí esto es mi paraíso. Aquí nació mi padre y nací yo. Pensar en irme me afecta psicológicamente de una manera muy profunda. No puede ser. Tenemos que pararlo. Este proyecto no puede ir adelante de ninguna manera”.
Chusa Expósito, cooperativa Milhulloa y Muuhulloa.
Este monstruo de celulosa planeado en Palas de Rei (Lugo), que cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia, afectará a una superficie diez veces mayor que la celulosa de Ence en Pontevedra (unas 360 hectáreas) y pretende usar hasta 46 millones de litros de agua diarios del río Ulla, lo cual equivale al consumo de toda la provincia de Lugo.
Altri instalará una chimenea de 75 metros de altura que emitirá sustancias precursoras de la lluvia ácida (azufre, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y material particulado).
Para su puesta en marcha, la empresa reclama hasta 250 millones de euros de dinero público de los fondos europeos Next Generation, en contra de los principios DNSH (principio de no causar perjuicio significativo al medio ambiente), que son los criterios que la Unión Europea marca para poder optar a los fondos.
“Vivimos del agua. Si nos falta, nos falta todo. Yo no veo las cosas que quieran poner ahí, tan cerca de nosotros, que nos arruinan por completo. Iré a todas las manifestaciones. Desde el primer día, ya pusimos pancartas. Tengo 72 años, ya no me queda mucho de vida, pero atrás vienen mis hijos y mis nietos. Y hay que mirar por todos. Pero bueno, yo creo que lo vamos a parar. Para eso andamos”
Carmen Vázquez, agricultora.
Carmen es una de miles de personas que, desde el inicio, están mostrando su rechazo a un proyecto que pone en peligro su modo de vida y su entorno.
Tres espacios de la Red Natura 2000 se verían afectados (ZEC Serra del Careón, ZEC Sistema Fluvial Ulla-Deza y ZEC Sobreirais del Arnego) e incluso el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
Altri afecta directamente también a muchas especies amenazadas, algunas incluso endémicas y en peligro de extinción, como Santolina melidensis, Armeria merinoi e Leucanthemum gallaecicum, cuyas poblaciones son únicas en el mundo. En el ámbito del proyecto hay registradas más de 140 especies de aves, de las cuales cuatro están incluidas en el Catálogo Galego de Especies Amenazadas y seis en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
La oposición al proyecto en la zona no ha dejado de crecer. Se han presentado más de 23.000 alegaciones en su contra (entre ellas las de Greenpeace) y más de 20.000 personas acudieron a la primera manifestación contra el proyecto en Palas de Rei (Lugo).
Como explica Zeltia Laya, portavoz de la plataforma Ulloa Viva, “lo que le pedimos es que Xunta no utilice dinero público para un macroproyecto en el que la comunidad está totalmente en contra, porque sería una falta de respeto muy grande a las personas que vivimos en Galicia”.
“Donde hay ganadería, pastoreo, ganadería extensiva, no hay abandono, no hay incendios. Estamos actuando como agentes ambientales que cuidamos el territorio, que protegemos su biodiversidad, que sabemos que es un elemento clave de cara a frenar el cambio climático”.
Ana Corredoira, ganadera ecológica.
A Ulloa no es, como quieren hacer ver, una comarca atrasada, vaciada y empobrecida. De hecho, cuenta con un sector primario que da trabajo al 22% de sus habitantes, muy por encima de la media gallega, que está en el 6,3%. Cuenta también con numerosas explotaciones de vanguardia, innovadoras, ecológicas y muchas explotaciones de Denominaciones de Origen o Indicaciones Geográficas Protegidas, entre ellas a D.O.P Arzúa-Ulloa, la segunda de las D.O.P. de quesos que más vende en España.
Se calcula que necesitará hasta 2,4 millones de toneladas de eucalipto al año. Este aumento brutal de la demanda obligará a llenar aún más terreno gallego de este monocultivo que tanto daño está haciendo a la biodiversidad del norte de la Península, y que aumenta el peligro y virulencia de los incendios en Galicia, como vemos cada año.
El peligro que supone la celulosa no se restringe a Palas de Rei. La captación y vertido de aguas en el río Ulla, la segunda cuenca en importancia de Galicia, serán una amenaza constante para las explotaciones agroganaderas de la zona, muchas produciendo en ecológico, para otros espacios de la Red Natura aguas abajo, como el ZEC Sistema Fluvial Ulla-Deza, y sobre todo para la Ría de Aro.
Esta comarca es un punto de paso clave del Camino de Santiago, especialmente del Camino Francés, lo que se ha convertido en una importante fuente de ingresos. A una distancia de un kilómetro y medio del Camino, está planeada la gran chimenea de 75 metros de altura, la misma que la de la Catedral de Santiago.
Numerosas organizaciones ecologistas, de vecinos y de peregrinos han alertado de los graves efectos que tendría en una zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Casi 300 embarcaciones se congregaron el 12 de junio en la ría de Arousa para expresar su rechazo a Altri. La protesta, organizada por la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA) y Ulloa Viva, juntó a cientos de marineros y vecinos de la comarca para recibir al buque Arctic Sunrise de Greenpeace.
Entre los sonidos de la embarcaciones y los gritos contra el proyecto y en defensa del mar y la ría, el buque de Greenpeace desplegó una gran pancarta con el mensaje «Defiende el mar»y «Altri non».
Una de las actividades fundamentales de la zona es el marisqueo, del que depende directa o indirectamente mucha gente.
“Ya no es solo el problema del agua contaminada, el problema está también en la temperatura en la que van a devolver ese agua. La temperatura del agua ya está subiendo debido al cambio climático. El año pasado subió entre tres y cuatro grados. A hay que añadir el agua contaminada soltarían en el río a 27 grados. Nos va a afectar”.
María Porto, mariscadora y presidenta de las Mariscadoras de O Carril.