El cambio climático tiene impactos sobre toda la geografía, por lo que todos los municipios deberían contar con planes que aborden los impactos del cambio climático y establezcan estrategias de mitigación y adaptación en función de las necesidades locales.
Aunque los planes deben adaptarse a la realidad de cada localidad, existen una serie de recomendaciones generales que deberían incluir todos los planes de adaptación elaborados por los ayuntamientos:
#1 Realizar un análisis local previo de vulnerabilidad y un mapa de riesgo de los impactos para identificar la población más vulnerable y las zonas de actuación prioritaria.
#2 Reducir la desigualdad en la vulnerabilidad a los eventos extremos y los impactos del cambio climático.
#3 Priorizar medidas basadas en la naturaleza, como la regla 3-30-300 y medidas sociales, por sus beneficios múltiples para abordar distintos riesgos así como mejorar el bienestar, la convivencia y reducir las desigualdades..
#4 Mejorar la eficiencia energética y fomentar la descarbonización de edificios, centros de trabajo y viviendas a escala edificio y barrio, priorizando a los barrios y colectivos más vulnerables.
#5 Priorizar estrategias comunitarias, público-comunitarias y de apoyo mutuo a nivel de barrio así como reforzar los espacios de encuentro vecinal.
#6 Sensibilizar y formar a la ciudadanía y a los colectivos profesionales.
#7 Fomentar la movilidad activa, frente a los modos motorizados que contribuyen al aumento de emisiones y de calor en las ciudades, invirtiendo en redes ciclistas e itinerarios peatonales accesibles, útiles, interconectados y seguros.
#8 Potenciar el transporte público e implantar Zonas de Bajas Emisiones.
#9 Favorecer la ciudad de proximidad, sostenible y justa, apostando por un urbanismo compacto y recuperando la escala de barrio.