No se trata de ser Mr. Scrooge y rechazar todo lo que rezume Navidad, pero con la excusa de encontrarnos en una época en la que parece que hay que celebrar sí o sí, no es raro que a veces se nos vaya de las manos y nos extralimitemos con algunas de las tradiciones. Porque la blanca Navidad también tiene su lado oscuro.

Pero ¿se puede disfrutar del denominado espíritu navideño sin caer en el consumismo y otros excesos que acaban siendo perniciosos para la salud del planeta? Rotundamente sí. Solo se trata de tirar de sentido común y tener en cuenta recomendaciones como estas. 

1. En cuanto a la decoración, si eres de los que ni siquiera espera a que Mariah Carey se descongele y entone el que ya es el himno navideño por antonomasia para empezar con los adornos, tal vez lleguemos demasiado tarde con estos consejos. Pero si aún te falta añadir algún detalle, recuerda: 

• Reutiliza los adornos de años anteriores.
• Si vas a comprar alguno nuevo, opta por comercio local y artesano.
• Aunque lo mejor es que crees tus propios adornos con materiales que tengas por casa (una muy recomendable actividad, sobre todo cuando hay peques en casa).

2.  ¿Árbol natural o de plástico? Pues, depende:

• El de plástico, obviamente, no es la opción ideal, pero si ya lo tienes de años anteriores, no lo tires y sigue usándolo.
• Si, por el contrario, no tienes árbol y quieres comprar uno natural, acude a un vivero y opta por una especie mediterránea, como el madroño o la sabina. Una vez pasadas las fiestas, plántalo en un lugar adecuado. 
• Aunque la mejor opción es decorar algún árbol o planta que ya tengas. O incluso fabricar tu propio árbol con cartón y otros materiales reciclados.

3. Y si pones Belén: 

• ¡Olvídate del musgo!
• Para decorarlo, opta por otros elementos que podamos recoger fácilmente en el parque o el campo. 

4. La iluminación es otro de los fijos de la decoración navideña. Pero no hace falta seguir el ejemplo de cierto alcalde de cierta localidad gallega y poner luces por toda la casa como si no hubiese un mañana. MODÉRATE con la cantidad y con su uso y utiliza lámparas LED. 

5. Son días de reuniones y reencuentros, así que si tienes pensado viajar, opta por el tren antes que por el avión, siempre que sea posible. 

6. En cuanto a los menús navideños, te recomendamos que:

• No compres comida en exceso para evitar las sobras. Y si son inevitables, congela lo que pueda o consúmelas durante los siguientes días. 
• Lleva siempre bolsas reutilizables a la compra para evitar las de plástico. 
• Opta por producto local, fresco, de temporada, sostenible y a granel.
• Si es posible, reduce el consumo de carne y pescado y apuesta por menús en los que abunden las verduras, las frutas y las legumbres.
• Si optas por carne, que sea ecológica.
• Y en cuanto al pescado, mejor salvaje procedente de artes de pesca sostenibles que de acuicultura y ¡evita los langostinos!

7. Aunque seáis muchos en casa, no utilices vajilla ni cubiertos desechables, y evita en la medida posible cualquier tipo de envases y plásticos. 

8. Tomar las uvas es otra de las grandes tradiciones navideñas que no pueden faltar en fin de año. Cómpralas a granel, sin empaquetados y que tengan un origen lo más cercano posible. 

9. Dar la bienvenida al nuevo año con fuegos artificiales no es precisamente la mejor idea. Nitratos, sulfatos o percloratos son algunas de las sustancias que la pirotecnia libera a la atmósfera. En el cotillón, prescinde de la purpurina y fabrica tu propio confeti con papeles de periódicos usados. 

10. Y a la hora de regalar o de pedir a los Reyes, evita los caprichos y opta por artículos que sean útiles, a ser posible de producción artesanal, local y fabricados de forma sostenible. También puedes recurrir a algo que siempre triunfa: regalar momentos únicos con los tuyos. O si no, siempre está la opción de un buen libro, un clásico que no suele fallar.

¿A que tampoco es tan difícil celebrar la Navidad sin excesos?