Entrada de blog por Celia Ojeda - 17-11-2023


10 razones para no comprar 'fast fashion' ni en Black Friday ni nunca

Llevo semanas dándole vueltas a cómo escribir este post. Es muy difícil deciros lo que contamina y los impactos que tiene esta industria mientras me llegan miles de anuncios de Black Friday y hasta yo me siento atraída por esa nueva tendencia. Pero te voy a pedir una oportunidad. Lee tranquilamente las consecuencias de la fast fashion, los trucos que usan las marcas para engañarnos y llega hasta el final porque también doy alternativas. 

Me centro en la fast fashion porque aunque hoy en día cualquier empresa se une al Black Friday, lo que más se compra es moda. Y la fast fashion está destruyendo el planeta. 

  1. La industria textil, genera el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.  Más de la mitad de estas emisiones provienen de tres etapas: teñido y acabado, preparación del hilo y producción de fibra. Es decir la fast fashion no le alcanza ni de broma a las eléctricas o a la movilidad, pero contribuye y bien al cambio climático. 
  2. El transporte en avión de la fast fashion genera unos 16 millones de toneladas de CO2. Por poner un ejemplo, Inditex gestiona cada semana unos 32 vuelos de carga con unas 100 toneladas de ropa. Esto supone más de 1.600 vuelos al año. Pero aunque decidieran transportar toda su producción en bicicleta seguirían destruyendo el planeta, sigue leyendo…
  3. Puede contener sustancias nocivas para tu salud. Sí, aunque hay normativas europeas que lo prohíben hay marcas que se las saltan, como Shein. El año pasado Greenpeace encontró sustancias tóxicas que son disruptores endocrinos o provocan alergías en la ropa. Cadmio, mercurio, ftalatos, por poner algunos ejemplos. En la carrera de producir rápido no sólo el medio ambiente se ve dañado, sino también nuestra salud. 
  4. La ropa está “hecha para tirar”. Hace unos 15 años había dos temporadas, primavera/verano, otoño/invierno y poco más. Ahora hay más de 50 microtemporadas, eso implica que hay ropa nueva cada semana, y sólo tardan semanas en producirse desde su diseño a su venta. Mucha ropa, fabricada muy rápido y de muy mala calidad. Estas empresas siempre ganan y a pesar de la inflación ellas nunca pierden. 
  5. Montañas de basura: Mucha de esta ropa se tira sin usar. Sí has oído bien, las propias marcas se deshacen de ella o bien tiran las devoluciones, completamente nuevas. Esta ropa acaba en vertederos e incineradoras contaminando el aire y las aguas subterráneas. Son muy conocidas las imágenes del desierto de Atacama o de países como Ghana. Un ejemplo más de como el primer mundo llena de basura “ese tercer mundo”.
  6. El reciclaje textil ha tocado techo, igual que ha pasado con los plásticos de un solo uso.  Aunque ahora ya hay normativas que hacen responsables a las empresas de su producto cuando se acaba su vida útil (se conoce como responsabilidad ampliada del productor) esta industria se ha quedado anclada en el reciclaje y ya no cabe más. De hecho solo un 1% de toda la ropa que se tira se vuelve a reciclar en una nueva materia para una nueva prenda. Es decir esa ropa que llevas al contenedor de la tienda o de tu barrio puede tener una alta probabilidad de acabar su vida ahí.
  7. Contamina los océanos con microplásticos. Las fibras más utilizadas son fibras sintéticas, el 64% del total provienen de combustibles fósiles como el petróleo, que además de tener una alta huella de carbono, desprenden microplásticos a la hora de lavarse. El poliéster es un plástico que genera microplásticos y está presente en casi toda la ropa. 
  8. Desigualdad y pobreza. Países ricos, personas pobres. En Bangladesh la industria textil (de marcas europeas entre otras) generan el 20 por ciento del PIB y más del 80% de los ingresos por exportaciones, al tiempo que emplean a 4,5 millones de personas, en su mayoría mujeres. Sin embargo, nueve de cada diez trabajadores no pueden permitirse alimentos suficientes para ellas y sus familias, lo que los obliga a saltarse comidas con regularidad y comer de forma inadecuada, o endeudarse.
  9. Se utiliza mucha agua. En la producción de una camiseta de algodón se utilizan 2.700 litros de agua. La misma cantidad de agua que bebería una persona en dos años y medio. Producir un vaquero son 7.500 litros, la misma cantidad de agua que bebería una persona en siete años. 
  10. Contamina el agua. Para teñir o estampar se utilizan productos tóxicos, que acaban en el agua de los ríos. La moda es responsable del 20% de las aguas residuales que se producen cada año en el mundo. Agua contaminada que no se puede volver a utilizar y que acaba en ríos y mares. 
Y entonces, ¿qué hago?

Emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación de agua o mucha basura… pero si yo sólo quiero ir a la moda, ¿cómo lo hago?

  1. Usa lo que ya tienes en tu armario, es lo más sostenible, ya se ha usado agua y energía para producirlo. Alarga su vida útil. Si no sabes como combinarlo busca a alguien que te asesore: con lo que ya tienes, seguro que puedes hacer 30 looks diferentes.
  2. Repara. Una y mil veces, repara la ropa que te gusta. Estás dando empleo y alargando la vida de un producto.
  3. Alquila. Si ya las princesas pueden hacerlo ¿por qué tú no? Antes de buscar algo nuevo es mejor alquilar.
  4. Compra o intercambia de segunda mano. La segunda mano no siempre tiene que ir asociada a las plataformas de internet, también la puedes hacer con tus amigas o amigos. Es más hay ya muchos modelos de negocio en los que distintas personas reciben una caja al mes con ropa que ya han usado otras personas, y no sólo está en adultos sino también para los más pequeños.
  5. Si realmente necesitas comprar, ¿has valorado la slow fashion? Esta industria textil igual la ves menos si paseas por la calle, pero está muy presente en el mundo on line. Es ropa hecha de forma sostenible, con criterios de durabilidad, sin tóxicos, por personas con nombres y apellidos.

Si realmente ne-ce-si-tas ese abrigo o esos zapatos, y si realmente ne-ce-si-tas el descuento del Black Friday (muchas veces descuentos falsos o tramposos), adelante, no te estoy diciendo que no lo hagas. Solo te pido que pares un instante antes de hacer ‘clic’ en ese botón de ‘comprar ya’ que palpita en tu pantalla. Haz una pausa, piensa unos segundos, repasa los motivos que te han llevado a llenar ese carrito de la compra… Ya lo sabes, no vas a ser más feliz ni te van a querer más -de verdad- por tener una prenda nueva durante un rato; que no te engañen con su maquinaria millonaria de marketing y big data; intenta repensar un instante y sal a dar un paseo por el parque o el bosque más cercano: es gratis todo el año.

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Comentarios

7 comentarios
Lluis 17/11/2023

Estoy de acuerdo nos utilizan en consumir y consumir para ser felices es una trampa.
La verdadera felicidad esta dentro dentro de cada uno de nosotros pero hay que descobrirlo.

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María 17/11/2023

Si los jóvenes se pusieran de acuerdo con sus grupos de amigas/os para no dejarse manipular, creyéndose el canon de belleza y fortaleza que las empresas infiltran hasta en el sueño; si fueran conscientes de que muchas de esas prendas tan "necesarias" para "triunfar" son realizadas por niños y jóvenes explotados miserablemente, se convertirían en una gran fortaleza y el ingenio y la lealtad a lo justo, les dejaría crecer más allá de las medidas que las grandes firmas imponen y conseguirían ser más quienes realmente son, libres de lo que se quiere que sean, por el vicio de aumentar capital.

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tiki 18/11/2023

La cadena continua agregando eslabones en su embocar las puertas de la inestabilidad extrema , seguimos sumando personas al consumo irresponsable , nos seguimos encadenando a un presente desesperanzador por no ver más allá de nuestras narices .

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Hugo 20/11/2023

Las grandes multinacionales explotan en Asia a mujeres y preadolescentes en talleres 24 horas. Esas zapatillas de marcas... tan cómodas para hacer deporte están hechas en Asia por niños cobrando una limosna. Por no hablar de la ropa, a ellos les sale demasiado barato montar una fábrica en Vietnam y luego vender el producto a precio de oro en Occidente. La culpa es de los empresarios, de nadie más. Su deber es darle a sus empleados el sueldo y la dignidad que merecen. Vosotros habláis de contaminación, que también. Yo hago hincapié en todas esas niñas que dejan el colegio para irse con su madre al taller para echar un puñado de horas por "5 céntimos ". Así se hace el dinero, ¿verdad señor Amancio Ortega?

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Victoriano 21/11/2023

Las guerras están a merced de la BESTIA .

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Loto 22/11/2023

Y he tenido un sueño , en el que la TREGUA SE PROLONGABA Y PROLONGABA HERMANANDOSE L@S UN@S CON L@S OTR@S . 🕊🌍 .

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Tatiana 01/02/2024

Me encanta toda la información que nos instruya a contribuir con nuestro planeta, ya que es vital y de suma importancia el cuidado del mismo.
Muchas gracias

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