5 cosas que (probablemente) no sabías de la Antártida
Este año hemos lanzado la campaña para crear la mayor área protegida del planeta en el océano Antártico. Pero, ¿por qué la Antártida? Aparte de ser el hogar de animales increíbles como pingüinos, ballenas y focas, la Antártida juega un importantísimo papel para mantener el planeta en buen estado.
Pero la Antártida es mucho más que eso; está llena de cosas raras y maravillosas que nos han enseñado muchas cosas sobre la historia de la Tierra (y su futuro), los océanos y el cambio climático.
Para que estéis tan emocionados como nosotros y nosotras por la protección de la Antártida, te contamos cinco curiosidades que probablemente no sabías:
1. Hay una catarata roja en la Antártida
Con el acertado nombre de ‘Cataratas de Sangre’, esta cascada parece sacada de una novela de Stephen King. Desde que la descubrieron en 1911, los científicos han tenido dificultades para explicar este fenómeno.
Ahora, gracias a una investigación de la Universidad de Alaska Fairbanks, sabemos el verdadero origen de las ‘Cataratas de Sangre’. Básicamente, el agua proviene de un lago debajo del glaciar Taylor de la Antártida, que con el tiempo ha absorbido hierro de las rocas. Cuando el hierro del agua salada entra en contacto con el oxígeno, se oxida y adquiere una coloración rojiza, tiñendo el agua de un color rojo intenso. En pocas palabras: es más o menos el mismo proceso que le da al hierro un color rojo oscuro cuando se oxida.
2. ¿Nieve de sandía?
Quienes la han probado afirman que tiene un sabor parecido al de la sandía, de ahí su nombre. Y a lo mejor te parece deliciosa, pero la nieve de sandía no es comestible. En parte porque es un laxante, y su sabor no es tan fresco como parece.
La nieve de sandía aparece en el Ártico, la Antártida, América del Norte y prácticamente en cualquier lugar con nieve. A medida que en verano el sol calienta y derrite los restos de nieve del invierno, las algas verdes (llamadas Chlamydomonas nivalis) que contienen pigmentos secundarios rojos y que viven en el hielo empiezan a reaccionar ante tanto sol y producen una especie de protector solar natural que convierte la nieve en ese color rosáceo característico. ¡Y voilà, nieve de sandía!
Sí, es más bonita, pero según los científicos podría estar haciendo que el hielo se derrita más rápido. El color oscurece la nieve, lo que significa que se calienta más rápido. Es como llevar una camiseta oscura en un día con mucho sol: vas a pasar más calor.
Lo que ocurriría entonces es que esas algas pueden diseminarse en más hielo y crear un ciclo continuo de nieve, algas y fusión. Pero, hasta ahora, es solo una teoría y hay que recopilar más datos antes de poder estar seguros.
3. En algunas partes de la Antártida no llueve ni nieva desde hace más de 2 millones de años
La Antártida es el continente más seco, con más viento, alto y frío de la Tierra. Pero lo más impresionante es que en algunos lugares casi no ha llovido desde hace más de 2 millones de años: son los llamados Valles secos.
Las montañas que rodean los Valles secos son lo suficientemente altas como para impedir que el hielo que fluye hacia el mar desde la capa de hielo del este de la Antártida llegue al mar de Ross.
Estas condiciones únicas son causadas, en parte, por vientos catabáticos: son vientos súper poderosos que ocurren cuando el aire frío y denso es arrastrado cuesta abajo por la fuerza de la gravedad. Los vientos pueden alcanzar velocidades de 320 km/h, calentando mientras sopla y evaporando todo el agua, el hielo y la nieve.
Los científicos dicen que los Valles secos de la Antártida son similares al entorno de Marte. Imagínate, ¡pingüinos espaciales!
4. Las ballenas azules comen kril, mucho kril
La ballena azul es el animal más grande del planeta, por lo que es normal que también tenga el mayor apetito.
Su principal fuente de alimento es el kril: un crustáceo similar a una gamba, de aproximadamente 5 centímetros de largo. Imagínate: una ballena se lanza hacia un banco de kril acelerando con la cola y con la boca abierta en 90 grados. Con el empuje de la corriente, la boca se expande y la lengua (del tamaño de un elefante) se mueve para hacer más espacio. Con este bocado la ballena traga hasta 110 toneladas de agua, y cualquier kril dentro de este se filtra y lo ingiere.
Si hablamos de una ballena grande, puede tragar hasta 500 kilos de kril, ingiriendo 457.000 calorías en un solo bocado. Si haces los cálculos, es el equivalente a unas 200 pizzas 🤤.
Pero lo que más nos preocupa es que enormes barcos pesqueros están navegando rumbo a la Antártida desde el otro lado del mundo para capturar kril y luego venderlo como suplemento alimenticio o comida para peces de cultivo. La industria pesquera tiene la vista puesta en capturar más y más de esta criatura de la que dependen tantos animales en la Antártida. Pero un Santuario en el océano Antártico pondría este área fuera de los límites de la pesca industrial y la explotación empresarial, permitiendo que ballenas y pingüinos continúen alimentándose de kril en paz.
5. ¿Citas de Tinder en la Antártida? 😍
¿No se te derrite el corazón?
En el verano austral de 2013/2014, en la base McMurdo de la Antártida, un científico americano que estaba allí por una investigación decidió abrirse Tinder «para divertirse». Al principio, no aparecía nadie. Pero cuando amplió el radio de búsqueda de la aplicación, encontró a alguien: otra investigadora, trabajando en un campamento tierra adentro a 45 minutos en helicóptero de la estación base. Él deslizó el dedo a la derecha y unos minutos más tarde, hicieron match.
Por desgracia, la historia no terminó en un romance antártico. Uno de los investigadores tenía que volver a casa el día después de conocerse y ahí fue donde terminó todo.
Esperamos que después de esto te hayas enamorado de este lugar tan increíble y nos ayudes a crear un Santuario en el océano Antártico.