Entrada de blog por Francisco del Pozo Campos - 15-04-2024


Biocombustibles: lo que Repsol no quiere que sepas

Quemar combustibles fósiles es malo para el clima y que las energías renovables son buenas. Eso parece que está claro. Negro sobre blanco. Pero, como en tantas otras facetas de la vida en la transición energética, vivimos en la era de los grises. Es decir, llegan a nuestros oídos y al mercado nuevas opciones energéticas que pueden ser buenas o malas para el clima en función de muchos factores. Es decir… que ni blancas, ni negras, grises. Es decir… que según de dónde vengan o cómo se hagan pueden ayudar a una transición verde y ciudadana o pueden ser un camino oscuro y contaminante que mantenga el negocio de la industria fósil de siempre. Esto complica el debate pues no se puede decir “a tope con esta solución” o “la descartamos definitivamente”. Hay que zambullirse en un mar de detalles técnicos y casuísticas para decidir si ayuda o no a quitarnos de encima el petróleo y el gas. 

Ponte el bañador y vamos a saltar a la piscina farragosa de “los grises” 

Una de las soluciones que últimamente está en boga, por la campaña agresiva de su comercialización por parte de nuestros “amigos” de Repsol y la posterior denuncia de lavado verde y competencia desleal por parte de Iberdrola, son los biocombustibles o como los llama Respol, los combustibles 100% renovables. Los biocombustibles son un claro ejemplo de solución energética gris oscura tirando a negra, pero (siempre hay un dichoso “pero”) en determinadas circunstancias de producción y para algunos usos podrían ser útiles y necesarios… Pero tranquis que ahora desgranamos un poco el tema.

Un biocarburante o biocombustible es una mezcla de sustancias orgánicas que refinadas pueden usarse como combustible en un vehículo convencional. Existe una versión para motores gasolina llamada biogasolina o bioetanol. También existe una versión para motores diésel (biodiésel o biogasóleo) y una versión para aviones o bioqueroseno. Como veis, hay una versión de biocombustibles para todos los vehículos fósiles. El caso es que para fabricar o refinar estos combustibles se pueden utilizar como materia prima plantas de uso agrícola como la caña de azúcar, remolacha o cereales, ricas en carbohidratos, o plantas ricas en aceites como la soja, girasol o la palmera africana. También se está experimentando con residuos agrícolas, forestales o agroalimentarios, como el aceite de freidora. 

Como en tu familia, en el mundo de los biocombustibles existen generaciones. Se entiende como biocombustibles de primera generación o convencionales los que llevan décadas entre nosotros:

  • La biogasolina de primera generación o convencional se fabrican con un proceso parecido al de la cerveza o al del vino, por fermentación alcohólica de azúcares de diversas plantas como la caña de azúcar, remolacha o cereales. Los avanzados o de segunda generación se fabrican por hidrólisis de residuos de material leñosos seguida de fermentación. 
  • El biodiesel de primera generación o convencionales se fabrica a partir de aceites vegetales, reciclados o no. En este último caso, se puede usar casi cualquier aceite como la colza o la soja. El biodiesel avanzado se denomina HVO y se fabrican mediante la hidrogenación de grasas o residuos, gasificación de plantas leñosas y posterior síntesis.
  • También en el mundo incierto de los “sueños” tecnológicos habitan los biocombustibles de tercera y cuarta generación. Estos se producen a partir de microorganismos como algas y plantas acuáticas con un alto contenido de aceite. Los de cuarta generación van un paso más allá y lo que buscan es modificar genéticamente estos microorganismos acuáticos para mejorar su eficiencia. La producción de este biocombustible aún no se ha llevado a cabo a escala comercial aunque muchas petroleras, incluida Repsol, le dieron mucho bombo dentro del «lavado verde” al que nos tiene acostumbrados.

¿Sabías que la UE estableció que todo combustible líquido deberá contener un porcentaje obligatorio de biodiésel de 7,5%?

Ahora que sabes lo que son los biocombustibles, vamos a aclarar algunas cosas: 

Los Biocombustibles no tienen 0 emisiones netas 

Los biocombustibles emiten una cantidad similar de CO₂ al de los carburantes fósiles en el momento de la combustión. Pero se suelen considerar erróneamente neutros en carbono ya que estas sustancias liberan el CO₂ que ya habían absorbido en el ciclo de vida de la planta de la que proceden. Realmente no son neutros el carbono, dado que tiene emisiones ligadas al cultivo o residuos del que proceden, incluido emisiones ligadas a los fertilizantes y tractores necesarios para el cultivo, los medios de selección y cribado de los residuos, el transporte hasta la planta de refinado, el proceso de refinado y distribución posterior hasta las gasolineras. Para algunos cultivos estudios científicos​ han señalado que en realidad los agrocombustibles emiten más CO₂ si se tiene en cuenta la cadena completa de producción y la deforestación.

Los biocombustibles convencionales compiten por el territorio y el agua

Greenpeace considera la mayoría de los biocombustibles una solución dañina para el clima y el planeta pues la materia orgánica de la que proceden no cumplen con criterios de sostenibilidad salvo en condiciones muy específicas. En la mayoría de los casos proceden de agricultura intensiva con su impacto en el territorio. Restan espacio y agua para el cultivo de comida (lo que encarece los alimentos) y la biodiversidad. Por ejemplo, en el caso del aceite de palma tiene una contribución directa o indirecta a la destrucción de los bosques.

Los biocombustibles siguen emitiendo otros gases nocivos 

Es cierto que el uso de biocarburantes reduce, que no suprime, las emisiones nocivas de óxidos de azufre por el tubo de escape frente a los derivados del petróleo. Pero debido al uso de fertilizantes nitrogenados en el cultivo, en determinadas condiciones el uso de biocarburantes incrementa las emisiones de óxidos de nitrógeno que el uso de productos derivados del petróleo.

Los biocombustibles de residuos leñosos aún no está disponible  

La lógica nos dice que los biocombustibles a base de residuos reducirían las emisiones de CO₂ y la competición con la producción de comida y el impacto sobre el territorio y los recursos hídricos. Por ejemplo, se ha experimentado con la utilización de pulpa de remolacha, paja de trigo, coronta de maíz o cortezas de árboles. Pero la realidad es que la hidrólisis de estos residuos es más compleja que la utilización de almidón de cereales para la obtención de azúcares fermentables. Por lo tanto, requiere una mayor cantidad de energía inicial para procesar los compuestos antes de la fermentación. Dada la complejidad, esta tecnología está aún en desarrollo y no es comercial. Además, los residuos agrícolas tiene muchos otros usos ecosistémicos. Por ello, consideramos que solo se deben producir combustibles a base de residuos que no tengan otra finalidad alternativa.

Biocombustibles, escasos e ineficientes

Los biocombustibles “climáticamente aceptables“ ya disponibles, como los producidos a base de residuos como del aceite vegetal usado, son muy escasos y sólo pueden jugar un pequeño papel en la reducción de las emisiones del sector del transporte. Además, los motores de coches y camiones son per se ineficientes y ”tiran” entre el 60 y el 70% de la energía.

Resumiendo, el modelo energético de Greenpeace considera Negro el empleo masivo de biocombustibles para motores de combustión independientemente de que sean de producción sostenible. Solo podría considerarse gris si estos combustibles se emplearan de manera controlada y de proximidad en aplicaciones muy concretas no electrificables, como los vehículos y maquinaria pesada. Para coches y camiones ligeros ya se disponen de soluciones de electrificación directa más eficientes. El futuro de la movilidad no es cambiar un combustible por otro o cambiar todos los coches por eléctricos. Será un mundo más local con ciudades y pueblos más vivibles, con más transporte público que privado y donde los coches serán eléctricos pequeños y ligeros. 

Es decir, lo contrario a lo que propone Repsol con sus combustibles 100% renovables. Tanto si los producen a partir de aceite de palma o soja, como si los producen a partir de residuos, su oferta en sus gasolineras pretende generar una falsa sensación de conducción sostenible en sus clientes y entorpecer el cambio real a la movilidad eléctrica y colectiva.

Francisco del Pozo Campos - autor del blog.
Francisco del Pozo Campos
Ingeniero Técnico Industrial especializado en mecánica, Graduado en Ingeniería Energética, Responsable de gas fósil en Greenpeace @fpozo28
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Comentarios

7 comentarios
Silvestre 16/04/2024

Todo esto ocurre por la escasez de unas economías autosuficientes . Capaces de poner en marcha la no dependencia de los combustibles fósiles en su plenitud .
Nos siguen adentrando en las guerras .

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M Jose Gomez Donat 16/04/2024

Ahora debíamos llevarlo a los tribunales. Si miente que pague

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Pilar 16/04/2024

Debemos luchar por conseguir todo lo que contribuye a mejorar nuestro mundo y los que lo incumplan y contaminen deberán ser condenados y pagar por destrozar el planeta

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María jose Palacios Sánchez 16/04/2024

Simplemente lavan su imagen modificando el vocabulario metiendo ecolo en lo que no lo es.Entiendo que la transición no se puede hacer de la noche a la mañana pero que no insulten la inteligencia del resto del mundo.Qu les metan taxas millonarias a pagar por contaminar y destruir la vida en general y las compañías que no inviertan en auténticas renovables deben pagar grandes multas,si no pagan que les embargue el estado y este se encargue de la transición....lo que es un crimen es que estén matando todo tipo de vida y se burlen de nosotros al tiempo que no hacen nada ya que nada ni nadie les detiene.Aqui dios dinero es el que manda y mi salud,la tuya y la del resto del mundo les importa cero.Solo quieren aumentar sus cuentas y seguir usando fósiles.No quieren la transición pués perderán dinero y eso no les gusta.Todos estos son como Putin.Desprecian todo tipo de vida y los gobiernos protegen sus intereses antes que la salud y bienestar del pueblo.Las leyes están hechas para someter a los pobres y que los ricos como estas compañías se vayan de rositas.Lo siento más por los animales de cielo mar y aíre porque ellos no tienen culpa de la maldad humana.Ellos no cambian el horario,ni usan joyas, petróleo..... todo aquello que nosotros utilizamos los destruyen a ellos.S.xxi y siguen destruyendo, contaminando, provocando enfermedades, destruyen el agua,comida, aire.....y las farmafias y la industria alimentaria cómplices, agricultura, ganadería,pesca... cómplices que no protegen el medio que los alimenta... más pesticidas, microplasticos, aguas residuales al océano y ríos sin tratar..... más de lo mismo y nadie paga el daño que lo mata todo y a todos pués formamos parte de esa cadena tan frágil. ..... Horrible,

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Hugo 16/04/2024

Gran artículo. Si señor. Qué más se puede añadir? Somos esclavos del petróleo, de sus multinacionales y de un modelo de transporte que nos llevará a más guerras. Espero que la película Mad Max no se convierta en realidad. Lo más triste es que los ciudadanos de a pie, poco podemos hacer contra los que realmente manejan los hilos. Y que nadie se lleve a engaño, el apoyo de los grandes paises a Israel es porque ellos son los mini Usa de la zona. Esperemos que prevalezca la cordura, un poquito al menos. Estamos en un momento crítico, y valga la redundancia, el petróleo está detrás 👀

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el bosque habitado 16/04/2024

Desgraciadamente dependemos de los medios de transporte contaminantes . Los oligopolios se valen de nuestra dependencia energética en esclavizarnos aún más , salvando por gracia cada vez un número mayor de personas con recursos para liberarse de las cadenas de un consumo contaminante . Luego estamos l@s que nuestra escasez económica nos ayuda a no caer en el consumo perjudicial . REPSOL LA HONRA ES NUESTRA CONDICIÓN.
¡¡¡¡¡ NO CAIGAMOS EN LOS TENTÁCULOS DE LAS GUERRAS !!!!! . 💚

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Josep 18/04/2024

Lo que está claro es que a día de hoy, no hay un sustituto limpio de verdad y en abundancia. Lo que no se puede es llamar bio a lo que no lo es, cómo hace años con los alimentos.

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