Entrada de blog por Greenpeace España - 18-02-2019


Brumadinho: la muerte de un río que daba vida a un pueblo indígena

El pasado 25 de enero una balsa minera de lodos se derrumbó en Brumadinho, Brasil, liberando casi 13 millones de metros cúbicos de desechos mineros. Los lodos tóxicos barrieron la región. Hasta el pasado 13 de febrero se había confirmado la muerte de 165 personas, mientras que permanecen desaparecidas 155.

La comunidad indígena Pataxó Hã-hã-hãe se encuentra entre las afectadas por el desastre. Después de la rotura de esta balsa de lodos, propiedad de la empresa minera Vale, una de las compañías mineras más grandes del mundo, la aldea indígena Naô Xohã ya no puede pescar ni bañarse en el río Paraopeba, devastada por los desechos mineros.

Cuatro días después del desastre, un equipo de Greenpeace Brasil se dirigió a la aldea de Naô Xohã, ubicada a 22 kilómetros de distancia de la balsa colapsada. Allí les recibió su líder, Hayô Pataxó Hã-hã-hãe, y la lideresa Werymerry Pataxó Hã-hã-hãe. En sus rostros se podía leer la tensión de una comunidad que luchaba por encontrar una manera de salir de la tragedia. Nos dijeron que el tramo del río Paraopeba que pasa por su aldea está contaminado con desechos tóxicos y que ya no pueden pescar ni bañarse en ella.

«Al principio, sufrimos la desesperación de saber que esta tragedia ya había ocurrido antes y todos sabemos sus consecuencias», decía Werymerry. Ella se refería a la rotura de otra balsa de lodos en 2015, en Mariana, también en el estado de Minas Gerais, que mató a 21 personas, destruyendo un río y los medios de vida de cientos de personas. Esa balsa de lodos mineros también era de la empresa minera Vale.

“Reunimos a las personas más vulnerables de nuestro pueblo y las llevamos a la cima de la colina hasta que pudimos evaluar cuál era la situación real. Me sentí impotente porque las vidas de las personas de nuestro pueblo dependen de nosotros y, como líder, esto me hizo sentir perdido”. Hay siete mujeres embarazadas, dos residentes de edad avanzada y 19 niños que viven actualmente en el pueblo.

Antonia Remunganha, de 88 años, es la persona más anciana de la comunidad. Sentada en un taburete de madera en la entrada de su vivienda se lamenta por los últimos acontecimientos. «Es una tragedia muy dolorosa. Muchas personas murieron y también los peces, que eran nuestra principal fuente de alimento. Ahora no puedes pescar un pez y comértelo. Las aguas del río se convirtieron en lodo tóxico. ¿Qué será de nosotros?»

En la orilla del río Paraopeba, el olor a pescado muerto me hizo sentir náuseas. Para reducir el fuerte olor y evitar los mosquitos, los residentes de la aldea están enterrando a los peces. Sin su fuente principal de suministro de alimentos y agua, ahora dependen de las donaciones. En el momento de nuestra visita, la empresa minera Vale aún no se había comunicado con la comunidad.

Werrymery me enseñó dos botellas con muestras de agua cogida del río. La primera la recogió justo después del colapso de la presa, cuando el lodo no había alcanzado todavía el poblado, y la segunda, dos días después, cuando los residuos mineros ya habían alcanzado la villa. El contraste de color entre las dos muestras es impresionante, de un color casi totalmente cristalino a otro marrón terroso. “La Tierra está vomitando. Está enferma. Todo lo que destruye a la naturaleza se destruye a sí mismo”, me dijo, resaltando la importancia del río para la comunidad. “Nuestra relación con el río es muy especial porque el Pataxó surgió de una gota de agua que cayó en la Tierra”.

Agua antes y después del desastre de Brumadinho

Hayô está preocupado por la propuesta del nuevo Gobierno permitiendo la minería en los territorios indígenas, especialmente porque la falta de transparencia y de cumplimiento de la normativa deja a las compañías mineras por encima de la Ley.

“Debemos respetar la naturaleza y decir no a las compañías mineras” declaró Hayô.

En la lengua Pataxó, Naô Xohã significa “espíritu guerrero”. Abandonamos la población seguros de que el pueblo Pataxó luchará hasta el final por la conservación de su gente y de su territorio. Porque, como me dijo el líder Hayô: “Si no hay naturaleza, no podemos ser Pataxó”.

*En nuestra visita a la población Naô Xohã nos ha ayudado el Cimi, el Consejo Misionero Indígena, un organismo que depende de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).

**Mariana Campos es activista en Greenpeace Brasil y está, junto a otros activistas, en Brumadinho en el estado de Minas Gerais, documentando la tragedia y demandando justicia para las personas y el medio ambiente.

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Comentarios

13 comentarios
MARGARITA COBO FERNÁNDEZ 21/02/2019

Estas noticias, debieran hacerse virales en Brasil. Igual que se hicieron virales todos esos vídeos falsos que llevaron al poder al actual presidente. Ponéos en contacto con Avaac y otras organizaciones a nivel mundial. El mundo no puede ser sólo de las multinacionales. Hay que parar tanta barbarie, tanta guerra, tanta muerte y mal vivir.
Mis condolencias a todas las personas que hayan perdido a sus vecinos y seres queridos y mis ánimos a que luchen sin descanso, para perseguir a los culpables.Besos desde España.

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María Carmen 21/02/2019

La avaricia de unos mata a otros inocentes.
Y se pude considerarse un crimen contra la humanidad, pues quita la vida a todas las personas y destruye su medio donde vivir.
Es triste que los gobiernos miren para otro lado.😥😥😥😔😔

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Miqueldevic 21/02/2019

Otra tragedia que imcumbe a los pueblos indígenas. La posición del nuevo gobierno del Brasil no va precisamente en la buena dirección. Todas las ONG que luchan por los derechos de la tierra y los derechos de los pueblos indígenas, tendrian que lanzar una campaña mundial para denunciar casos como este. Frente a desconocimiento : unidad de acción.

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Antonio Pascual 21/02/2019

Nunca los intereses de las multinacionales deben estar por encima del bien común de las personas. Esto es un genocidio. Ante tanta injusticia nadie debe callar. El silencio de todos nos hace cómplices de la destrucción sistemática de la naturaleza y de las personas que viven en ella.

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Fina Ares 21/02/2019

Este desastre tendría que salirle muy, muy caro a la empresa, que supusiese un freno para nuevos proyectos. Que no sea más rentable ocasionar el daño que evitarlo

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María Auxiliadora Estrada Pastor 22/02/2019

Greta Thumberg ha simplificado en pocas palabras el futuro de todos. Es necesario que promovamos de manera pacífica, pero contundente, un cambio global. Cuando ese cambio se instaure, la vida será respetada en todas partes. Sin la Naturaleza, moriremos.

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Rosa Jordi Roldos 22/02/2019

Terrible!!

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Ramón Sudón Aguilar 22/02/2019

Si, terrible. No tengo mas palabras. Lo siento por todos.

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antonio mendez 23/02/2019

Es horroroso y lamentable. Todo consecuencia de un capitalismo salvaje amparado por gobiernos de ineptos y algunos corruptos que autorizan todo para cobrar sus prebendas. Ya Marx en el siglo XIX aventuraba que íbamos camino de que fuesen las multinacionales las que nos gobernasen, Pues ya llego. Solo un movimiento a escala mundial puede doblegar la codicia y avaricia de algunos

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Assumpció 24/02/2019

Me impacta y duele tanto que no puedo o tardo en contestar, ya que sale dolor, tristeza, con ira, fustración, impotencia... Creo que es un deber Trabajar para defender la naturaleza. Cuidar de la Vida que nos nutre a todos. Cada cual con su granito de arena. Mover la conciencia de quienes gestionan poder y dinero.
Toda mi Admiraciòn! Honorabilidad! Agradecimiento! Cariño! Para estas poblaciones indigenas que tanto aman y luchan por la Madre Tierra.

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José Espasandín Espasandín 25/02/2019

Da ganas de vomitar que en el siglo que vivimos tengamos que ver desastres de esta magnitud, contra las personas y contra el ecosistema, quizás por una avaricia de unos incompetentes.

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Antonio Jiménez Atienza 25/02/2019

El capitalismo, es decir, ese enfermizo y criminal concepto de "riqueza" es lo que tiene...

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Jovi 04/03/2019

Interéses sin escrúpulos.Desolador..

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