Entrada de blog por Mariajo Caballero - 29-01-2025


Danas, inundaciones y cambio climático: transformar el riesgo en supervivencia

  • Analizamos en un nuevo informe algunos de los riesgos climáticos a los que se enfrentan nuestros municipios y qué soluciones hay para tratar de minimizarlos.

En octubre de 2024, la Comunidad Valenciana fue testigo de una de las danas más destructivas de su historia, dejando un saldo trágico de 227 vidas perdidas e innumerables daños materiales. Este evento nos recuerda con crudeza que el cambio climático está intensificando y haciendo más frecuentes los fenómenos meteorológicos extremos, desde lluvias torrenciales hasta olas de calor y sequías. Desde Greenpeace hemos recogido en el informe “Danas, inundaciones y cambio climático: aprender de los errores para salvar vidas” medidas y soluciones que nos ayuden a salvar vidas ante la emergencia climática que vivimos.

Construir un futuro más seguro

El cambio climático no solo está amplificando la intensidad de estos desastres, sino que la falta de acción efectiva está exacerbando sus consecuencias. En España, más de 2,7 millones de personas residen en zonas de alto riesgo de inundación y muchas infraestructuras críticas siguen siendo planificadas en estas áreas vulnerables, ignorando las evidencias científicas y priorizando intereses económicos a corto plazo. Es alarmante que cerca del 20% de la superficie de llanuras de inundación, las áreas por las que un río se desbordará para recuperar su espacio natural, asociadas a zonas urbanas se encuentre ocupada por tejido urbano, comercial, industrial o de transporte. Esta cifra asciende al 75% si se contabiliza también el uso agrícola del suelo inundable. Esto demuestra que no estamos haciendo frente adecuadamente ante la emergencia climática.

«Es alarmante que cerca del 20% de la superficie de llanuras de inundación asociadas a zonas urbanas, las áreas por las que un río se desbordará para recuperar su espacio natural, se encuentre ocupada por tejido urbano, comercial, industrial o de transporte»

Responsabilidad y resiliencia: una necesidad urgente

La buena noticia es que podemos transformar el riesgo en resiliencia, empezando por identificar a los culpables del cambio climático y exigirles responsabilidades: la industria petrolera, del gas y del carbón debe pagar los daños y terminar con su negocio destructivo. Sus obscenos beneficios deben servir para paliar los millonarios daños causados por el cambio climático. Los objetivos de reducción de emisiones también tienen que hacerse más ambiciosos para adecuarse a lo calculado por la ciencia. 

Además, para reducir el impacto de los eventos meteorológicos extremos como las danas es crucial implementar medidas de adaptación y prevención. Los sistemas de alerta temprana y los planes de gestión del riesgo de inundaciones no sólo salvan muchas vidas, sino que además  reducen los daños económicos. Por ejemplo, diversos estudios muestran que los países con sistemas de alerta temprana consolidados tienen tasas de mortalidad ocho veces más bajas que aquellos con sistemas limitados o inexistentes y pueden reducir los daños económicos en un 30%.

«Países con sistemas de alerta temprana consolidados tienen tasas de mortalidad ocho veces más bajas»

Por su parte, las soluciones basadas en la naturaleza, por ejemplo respetando el ciclo del agua en las ciudades, son clave para mitigar los efectos de los eventos meteorológicos extremos, además de tener bajo coste y otros beneficios asociados que mejoran la calidad de vida y la biodiversidad. Los ejemplos son incontables y, además, económicos: por ejemplo, los drenajes urbanos sostenibles, como los jardines de lluvia o las aceras y cunetas verdes, disminuir la escorrentía en los espacios urbano, reducen la contaminación y mejoran la calidad del agua que llega a los sistemas de drenaje y al subsuelo, mejoran la integración de la vegetación en el espacio urbano, permiten la reutilización de agua para otros usos y contribuyen a mejorar la calidad de vida en los espacios urbanos. Si a esto añadimos propuestas como los parques inundables o el depaving (sustituir pavimentos impermeables por tierra), estaremos reduciendo una parte considerable del riesgo.

Es fundamental que los municipios revisen sus planes de urbanismo, especialmente aquellos que no consideran los riesgos de inundación. Prohibir la construcción en zonas inundables y priorizar soluciones basadas en la naturaleza debe ser parte de una estrategia integral.

El papel de la ciudadanía y las administraciones: claves del cambio

La educación y sensibilización sobre la gestión de riesgos es esencial. La ciudadanía debe estar preparada para actuar en emergencias, y esto requiere una integración de estas enseñanzas en los programas educativos y en la formación profesional, para que desde los distintos ámbitos de la sociedad se aprenda a actuar ante el riesgo. 

Asimismo, las administraciones deben liderar el cambio con políticas claras y ambiciosas. Esto incluye establecer normativas más estrictas, asignar recursos adecuados para poder aplicarlas y fomentar la participación ciudadana en el diseño de estrategias de adaptación.

Una carrera contrarreloj

Estamos a tiempo de actuar aunque la situación sea crítica. Las administraciones responsables tienen que poner en marcha las medidas necesarias para proteger a la población. 

Por un lado, se necesitan medidas de mitigación para impedir que el cambio climático siga avanzando, lo que ocurrirá si no se reduce drásticamente la quema de combustibles fósiles y sus emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, tenemos que adaptar nuestros municipios y hogares a los eventos extremos como las olas de calor, los incendios y las inundaciones.

Frenar el cambio climático y adaptarnos a sus efectos es posible si se toman medidas urgentes. Es hora de tomar decisiones que marquen la diferencia entre un futuro seguro y otro lleno de tragedias evitables.

Mariajo Caballero - autor del blog.
Mariajo Caballero
Bióloga especializada en Zoología por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Dirección y Gestión de ONGs por ESADE. Responsable del área de Respuesta Rápida en Greenpeace España. Twitter: @mjocaballero
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