Ecosistemas devorados por el ladrillo #ATodaCosta
Hoy, a bordo de nuestro barco Esperanza, hemos visibilizado y denunciado el mal estado de conservación de las costas españolas y la consecuente pérdida de recursos naturales. Nuestro viaje comienza en Barcelona, dónde se lanza el pistoletazo de salida a este viaje con la publicación del informe científico que junto al Observatorio de la Sostenibilidad apoya nuestras demandas, “A Toda Costa”. Este informe analiza, por primera vez, las pérdidas de los beneficios que las personas obtenemos de las costas, los bienes y servicios ambientales, debido a la urbanización masiva y todos sus efectos colaterales.
La expansión de todo tipo de construcciones, como viviendas, urbanizaciones, infraestructuras, etc, ha comido terreno a los ecosistemas costeros a un ritmo vertiginoso en los últimos años. En el periodo 1987-2014, que coincide precisamente con el periodo de vigencia de la Ley de Costas, las superficies artificiales se han duplicado en los diez primeros kilómetros de costa. Esto ha provocado la destrucción de los ecosistemas costeros y por ello estamos perdiendo un 80% de los bienes y servicios ambientales que proporcionan dichos ecosistemas a las personas.
Los ecosistemas costeros proporcionan bienes y servicios ambientales claves para el desarrollo económico y social: seguridad alimentaria, I+D o turismo, entre otros. También son la tabla de salvación para adaptarnos a los impactos del cambio climático en el litoral, en un contexto de eventos climáticos extremos, que generan lluvias para frenar el avance de las sequías, al tiempo que funcionan como amortiguadores de inundaciones y controlan la erosión del suelo.
Esta pérdida tiene un precio. Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, ha estimado, que a nivel mundial, los ecosistemas costeros tienen un valor económico de más de 125 mil millones de dólares por año. Esperamos que el viaje a bordo del este barco arroje un poco de esperanza a nuestras costas y las administraciones públicas oigan nuestra llamada ¡no más construcciones en la costa!
Comentarios
Espero ver el día que entrarán en la cárcel los top políticos que destruyeron nuestro país -y siguen haciéndolo como si nada, gracias a la AUTOINMUNIDAD de la que se han autootorgado, como todo los demás privilegios inmundos- a base de especulación, tochámen y pelotazos. A todos los responsables de hacernos vivir en una pesadilla constante, mutilados pues no nos permiten pintar nada y enfermos de tristeza y de impotencia viendo cómo destruyen impúnemente nuestra amada tierra, nuestros ecosistemas, nuestra flora y fauna, nuestra biodiversidad, nuestros paisajes, nuestros entornos, nuestros lugares naturales de liberación y sanación, todo aquello por lo que vale la pena vivir... a la vez que han anulado nuestros derechos, que tantos esfuerzos y durante tanto tiempo nos había costado conseguir.
El político construye, pero nosotros compramos, alquilamos, reservamos: habitaciones, casas y hoteles en primera fila de playa. Si esta clase de mercado se quedará vacía, en dos años tendríamos playas bien anchas, sin construcciones cerca…pero todos buscamos nuestra cervecería cerquita de la orilla, el passito marítimo con los smoothies y las cafeterías, porque si me canso me siento y me cojo un refresco.
Ya vale de dar la culpa a los políticos: por muy mala que sea su política edilicia, nuestras playas están atiborradas de turistas, y no todos extranjeros, encantados de haber conseguido un balcón a la planta 10 con vista al mar. “La historia somos nosotros, ninguno se sienta excluido, ni ofendido” (F. De Gregori).
Si solo España levanta la mirada, los políticos tiemblan. El pasado, todo el pasado lo demuestra. Tengo en gran estima al pueblo español, que siempre pudo con todo, hasta cuando fue derrotado. Un saludo.
yo vivo en zona de costa, de ser un pueblo pequeño como lo fue se ha convertido en un pueblo de 23 censados y los veranos unos 120.000, un descontrol de urbanizaciones, chalet y casas de campo por todo el termino, los problemas con el ladrillo, asfalto, canalización, echar los anclas de los barcos en las Praderas de Poseidonía, desgraciadamente esta a la orden del dia, de ser un pueblo bonito los veranos es un calvario del que yo huyo, pero las ansias por seguir construyendo siguen, no se hasta cuando.
😔
Es la mayor mierda que he visto en mi vida.
Horrible