Entrada de blog por Nanqui Soto - 17-04-2019


Es un farol: Albert Rivera no va a plantar 500 millones de árboles

Albert Rivera va de farol, y lo sabe.

Y no solo Rivera. Cuando se echa un rápido vistazo a los programas electorales de los principales partidos políticos de cara a las Elecciones Generales del 28 de abril se constata que, más allá del surgimiento de una preocupación colectiva por la “España Vaciada”, ningún partido político es consciente de que la mitad del territorio español es superficie forestal, lo que llamamos monte y que, buena parte de esos montes, están cubiertos por árboles.

Paradójicamente, ha sido el éxodo rural la causa del regreso del matorral y el arbolado a una parte de nuestro territorio. En otra parte, la costa, los ecosistemas forestales y litorales han visto sucumbir su capacidad de mitigar el cambio climático bajo el ladrillo. Pero la España interior, la vaciada, se ha ido llenando de matorrales y árboles a través de un proceso lento pero firme, conocido como “regeneración natural”. Pese a los grandes incendios forestales, la cobertura vegetal del suelo en España se encuentra en expansión. Y esta expansión de arbustos, bosques y plantaciones forestales se asocian fundamentalmente con disminuciones importantes en la densidad de población.

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España, el segundo país de Europa en superficie forestal

En el imaginario de algunos políticos perdura la imagen machadiana de una España desértica y triste, una imagen de España que no es real. Pero cualquier líder político con aspiraciones a gobernar debería saber que en el territorio español los ecosistemas forestales avanzan, al menos en cantidad. España es el segundo país de Europa después de Suecia en superficie forestal; y el primero de la ecorregión mediterránea. También es el tercero en superficie arbolada después de Suecia y Finlandia. Según las estadísticas, España es una potencia forestal dentro de la Unión Europea.

Pero, una vez más, constatamos que es más fácil ceder a la tentación de proponer medidas imposibles que tengan un impacto en los oídos de la ciudadanía que proponer una política forestal coherente. Una política que afronte los retos de la adaptación de nuestras masas forestales ante veranos más largos y años con menos precipitaciones, potenciar su capacidad de mitigar el cambio climático, seguir reduciendo el riesgo de grandes incendios forestales y aprovechar el potencial del sector forestal para crear empleo en el medio rural.

Explicar la complejidad ante el reto de la conservación de nuestros masas forestales en tiempos del cambio climático es complicado, y los líderes políticos prefieren ir de farol. Albert Rivera ha prometido plantar 10 árboles por cada ciudadano español, 500 millones durante la próxima legislatura. Una medida que, siempre según Rivera, sería financiada por la Unión Europea. Qué astuto, en caso de llegar a gobernar siempre puede echar la culpa a otro por su incapacidad de cumplir esta promesa.

Una vieja promesa

Esta jugada no es nueva. En 2004, cuando Mariano Rajoy era el candidato del PP a la presidencia del Gobierno español, prometió plantar 800 millones de árboles si ganaba las elecciones. Pero no ganó, así que está excusado. En 2007, y con vistas a las elecciones de 2008, Rodríguez Zapatero prometió plantar un árbol por cada ciudadano en cuatro años, 45 millones de árboles en toda la legislatura. Para esa misma contienda Rajoy contraatacó con un Plan de reforestación nacional que supondría plantar 500 millones de árboles a lo largo de la legislatura. La promesa multiplicaba por 10 a la que hacía el entonces presidente de gobierno Zapatero.

Y no solo en el espacio territorial nacional se farolea con estas cuestiones. Sucesivos alcaldes de Madrid han prometido plantaciones masivas y “anillos verdes” para pintar de verde el contorno urbano de la capital. En 2007, Ana Botella prometió plantar 1,5 millones de árboles en Madrid para luchar contra el cambio climático. Sobra decir que esos prometidos “anillos verdes” están hoy cubiertos de cemento y ladrillo en forma de barrios residenciales y crecimientos urbanísticos acaecidos en la ciudad en las últimas décadas.

No aprenden. Los líderes políticos no se han molestado en analizar por qué anteriores gobiernos no pudieron llevar a cabo esos planes de reforestación tan bienintencionados.

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¿Por qué es una promesa irrealizable?

En primer lugar, un líder político con aspiraciones a gobernar debería saber que el Estado y las Comunidades Autónomas no son propietarias del suelo, y los escasos montes de titularidad pública están ya cubiertos de bosques y plantaciones. La mayoría de la propiedad forestal en España está en manos de propietarios privados (en sus diversas modalidades), en manos de ayuntamientos o son compartidas por comunidades de vecinos en régimen mancomunado. Cuando Zapatero y Rajoy quisieron plantar árboles, acabaron ejecutando proyectos de reforestación modestos en algunos pocos montes, en vías pecuarias y campos de maniobras militares propiedad del Ministerio de Defensa.

A principios de marzo de 2017, transcurridos por tanto 6 años desde la llegada de Mariano Rajoy a la Moncloa, el Grupo Parlamentario Confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, realizó una pregunta al gobierno referida a la promesa realizada por el Partido Popular de plantar 500 millones de árboles durante la anterior legislatura. La respuesta fue sincera y elocuente. Resulta que el gobierno reconoció que: “las competencias de la plantación de árboles corresponden a las Comunidades Autónomas”. No obstante, informó que en el periodo 2012-2016 los proyectos de reforestación de terrenos quemados sumaban 3.738.000 nuevos árboles, un 0,74% de lo prometido.

En resumen. Los 500 millones de árboles de Mariano Rajoy eran un brindis al sol. El candidato prometió algo que no podía cumplir. Y ni siquiera se molestó en dar a conocer lo que realmente se había plantado en terrenos propiedad del Estado. Se limitó a dar una cifra de los árboles repuestos tras los grandes incendios forestales de 2012.

En segundo lugar, nuestros políticos deberían saber que donde es más urgente actuar es, precisamente, donde es más difícil hacerlo. La España seca, la que se parece al desierto o está en riesgo de desertificación, y sus correspondientes cabeceras de cuencas hidrográficas, deberían ser la prioridad, tras los correspondientes convenios y acuerdos con sus propietarios. Los procesos de desertificación constituyen una de las principales amenazas que se ciernen sobre gran parte del territorio español como consecuencia del calentamiento global y sucesivos informes señalan que más de un tercio del suelo de España, concretamente un 35%, está sujeto a riesgo significativo de desertificación.

Si Rivera, Casado, Sánchez, Iglesias y demás líderes políticos quieren hacer algo por los montes españoles, y por ende por la “España Vaciada”, podían rememorar el espíritu de consenso alcanzado entre los grupos parlamentarios del Senado cuando en mayo de 2011 apoyaron una moción que instó al Gobierno a elaborar y propiciar una estrategia de mejora de la competitividad del sector forestal y de la madera, en colaboración con las CC.AA, asociaciones forestalistas e industria.

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Está bien plantar más árboles, en especial donde se necesitan, pero es mejor conservar y aprovechar lo que ya tenemos. Son necesarias políticas de conservación de nuestras masas forestales y medidas de adaptación al cambio climático, promoviendo una gestión adaptativa a los nuevos parámetros climáticos (veranos más largos, más olas de calor, menor precipitación, etc.) y sus consecuencias (estrés hídrico, plagas, riesgo de grandes incendios forestales). Y dentro de este contexto, son urgentes medidas para incentivar y apoyar la planificación y ordenación de los aprovechamientos forestales, que se cumpla la legislación en materia de planificación ante el riesgo de incendios forestales, el uso ordenado y sostenible de la biomasa para producción de energía, la agrupación de propietarios para combatir el minifundismo; la promoción del uso de la madera como material de origen sostenible y reciclable; fomentar el “vertido cero” de madera al vertedero; promover en los procesos de compra pública, la compra verde para fomentar la utilización de productos de madera; etc.

El verdadero reto: reducir las emisiones

Los bosques son también víctimas del cambio climático. Es importante que nuestros líderes políticos dejen de prometer árboles como solución al cambio climático y que asuman el verdadero reto: reducir emisiones en todos los sectores, especialmente en el energético, el transporte y el residencial; no utilizar el efecto sumidero de los bosques para evitar reducir emisiones en sectores clave; preservar la salud de los ecosistemas existentes y sus servicios ambientales con políticas de adaptación al cambio climático y gestión sostenible de los recursos forestales, humedales, litoral, etc.; combatir los incendios forestales desde una visión integrada que combine investigación de las causas, la persecución del delito, una mejor planificación del territorio con políticas preventivas en zonas de riesgo, mejora de los medios de extinción y condiciones laborales dignas al colectivo de extinción.

Rivera, no puedes utilizar los árboles como excusa para no comprometerte con los objetivos del Acuerdo de París. Además de promover y mejorar las políticas para conservar los bosques que ya tenemos, necesitamos que asumas unos objetivos de reducción de emisiones para el estado español de al menos un 55% en 2030 respecto a 1990 y descarbonización completa para 2040. Necesitamos la sustitución de las fuentes de energía sucias y peligrosas por renovables, con prioridad a la participación de la sociedad en la generación eléctrica renovable, el autoconsumo (tanto individual como compartido y de proximidad), el almacenamiento, el libre intercambio y la gestión de la demanda. Y frenar el crecimiento de la demanda energética y fomentar el ahorro, la eficiencia energética y la electrificación para la reducción de gases de efecto invernadero.

Y en estas circunstancias, si logramos evitar un incremento de la temperatura media global superior al 1,5 ºC, quizás podremos evitar una catástrofe para nuestros montes. Y la «España Vaciada» solo podrá tener futuro si tiene en el sector forestal uno de sus pilares.

Nanqui Soto - autor del blog.
Nanqui Soto
Licenciado en Biología por la Universidad Complutense de Madrid, Postgrado en Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Valencia y Diplomado en Educación Ambiental por la UNED. Responsable de las campañas de Bosques y Empresas y DDHH en Greenpeace España. Twitter: @NanquiSoto
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Comentarios

20 comentarios
santi 17/04/2019

Eses pijo d Rivera y los suyos, están demasiado ocupados en retirar lazos amarillos como para plantar algo...

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Elena 17/04/2019

Cuidado con referirse a los políticos como si fueran todos iguales. Greenpeace no debe colaborar en el desprestigio generalizado de la política. Soy socia.

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MIGUEL ANGEL GARCIA PAREDERO 17/04/2019

Llevo 25 años de socio de GREENPEACE y me parece muy muy peligroso que se intente beneficiar indirectamente a otros partidos utilizando el descrédito a políticos que en principio son honestos con sus planteamientos.. Aunque en el fondo el artículo tiene una base sólida y razonablemente bien estructura, en las formas parece un mero instrumento al servicio de otras finalidades.. GREENPACE por favor, mucho cuidado con pensar que el medio ambiente es únicamente patrimonio de los partidos políticos de izquierda..

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Josep Gavilá Boscá 17/04/2019

Me parece indignante que se ponga en duda y se desprecie una buen intencionada medida, aunque obviamente con puntos de mejora. Me parece más fuerte aún que Greenpece se pretenda beneficiar a ciertos partidos en campaña electoral...

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Tamara 17/04/2019

A mí me parece un artículo MUY ACERTADO!
Explica porqué es imposible, llevar a cabo determinadas medidas, para que con demagogia, no se nos embauquen!

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Eva 17/04/2019

Soy socia. No me parece bien que se ataque así a los políticos ya que no es nada constructivo. Si queremos contribuir a la agenda 2030, vamos a informar y a pedir a los políticos que apoyen. No creo que decir " cualquier político debería saber..." ayude. Díselo.

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Virginia 17/04/2019

A mí me parece un artículo estupendo. No se porque decís que es de izquierdas si pone a todos en el mismo saco. Aparte me parece bastante importante saber el porqué de las cosas, en este caso explicando porque la medida no es posible. A parte greenpeace siempre se ha metido en política y hace muy bien porque al final el medio ambiente está dentro de la política y son los políticos de todo el mundo los que tienen en sus manos el cambio hacia un mundo más sostenible. De verdad no seamos hipócritas, porque se haya criticado a un político que os gusta.

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Rosa 17/04/2019

A mi me parece muy buen artículo, gracias Greenpeace. La gente se siente muy atacada pero estaria bien quitarse la venda de los ojos, porque lo que explicas tiene mucho sentido, lo has argumento y tienes los conocimientos necesarios para hablar con conocimiento de causa, pues eres biólogo (no como los que hacen la promesa). Está bien seguir ideologias pero por encima de todo, debemos ser íntegros para que no nos tomen el pelo, y discernir entre lo que nos quieren "vender" y lo que nos "regalan".

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Alfonso 18/04/2019

El artículo estaría muy bien si no fuera por el título. Lo correcto hubiera sido decir algo cómo “los políticos hacen promesas que no cumplen”. Particularizar en el Sr. Rivera me hace pensar que hay otros intereses más allá del medio ambiente, en cuyo caso vamos mal. No creo que Greenpeace deba intentar adoctrinar a sus seguidores.

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Fernando 18/04/2019

Me parece que solo señala a un partido que no ha gobernado.
Artículo muy sesgado. Me decepciona Greenpeace

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Diego 18/04/2019

Soy socio. Cierto es que la inmensa mayoría de los terrenos son privados, lo mejor es que las administraciones regalasen árboles y arbustos a los propietarios para la reforestacion de terrenos considerados agricolamente como improductivos, siempre bajo el asesoramiento y supervision de los técnicos forestales.

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Alberto 18/04/2019

¡Enhorabuena por el artículo!. Muy claro :).

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Lorenzo 19/04/2019

Gran artículo. No entiendo muy bien a la gente que lo crítica diciendo que pretende favorecer a ciertos partidos.

Esto no se trata de izquierdas o derechas. Esto trata de que no podemos seguir esperando todas nuestras vidas a que llegue un Mesías político que nos salve. Eso no va a pasar, ellos miran por los intereses de unos pocos y se llenan la boca diciendo que miran por nosotros.

El pueblo es el líder que necesita el planeta, y tenemos que empezar a actuar.
Si se tiene claro que se necesitan políticas eficientes de conservación de bosques y reducción de emisiones. Entonces empecemos a promover la creación de estas con sus respectivos objetivos y planes de acción bajo el consenso de profesionales en dichas materias.

Y una vez que esto se tenga, exigir a esos políticos que dicen representarnos, que escuchen nuestras propuestas y las lleven a cabo.

Libertad, igualdad, acción y respeto.

Mucha salud a todxs

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Fernando 19/04/2019

El artículo no tiene nada de partidista, puesto que aclara lo ocurrido con el PP y el PSOE, anteriormente.
Si un político nos hace promesas imposibles, no necesáriamente para engañarnos, sino por ignorancia, está muy bien que alguien nos aleccione sobre la imposibilidad de cumplir esas promesas y dicho político rectifique sus planteamientos. Dado el escaso nivel sobre ecología y medioambiente en este país, tenemos que agradecer que entidades como Greenpeace, Amigos de la tierra, Ecologistas en Acción...etc nos demuestren que ,como decía mi abuelo, una cosa es predicar y otra dar trigo.
Nos hemos acostumbrado en España a no pedir responsabilidades políticas por las promesas incumplidas, así que cualquier político cree tener barra libre para soltar lo que mejor suene a nuestros oídos.
Si por ser socio desde hace 25 años ,lo cual le honra, cree muy peligroso el artículo, cuando lleve 36 años de socio,como yo, estoy seguro que lo verá como lo que es : una información veraz, documentada y, sobre todo imparcial.

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barbara 21/04/2019

bravo al articulo. si ha de meterse en política pues la política mata el medio ambiente y lo venden en muchos casos. hay que decir la verdad y qué partidos están dispuestos a no vender la naturaleza aún más de lo que está ya

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pablo 22/04/2019

SOY SOCIO. Me parece muy mal que no apoyeis a ciudadanos y a VOX en la regeneracion patriotica. Es importantisimo acabar con el rojerio internacional que lleva demasiado campando a sus anchas gracias a soros y sus socios los bancos judios, y evitar la entrada de mas moros y negros. Por favor, no mezclemos churras con merinas. La derecha tb cree en la ecologia y en la caza. no dejemos que los pijiprogres se aduenen de los bosques. Queremos un mundo limpio!! SOY SOCIO.

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santi 23/04/2019

A Virginia: menos mal ke hay gente kon dos dedos de frente, komo tú!

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Lola 23/04/2019

"reducir emisiones en todos los sectores", ¿y ni se menciona la ganadería industrial, por ejemplo? Mí no comprender.

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Diego 11/03/2020

Muy acertado el artículo.
Sobre los comentarios veo mucha susceptibilidad; pero poco comentario de fondo.

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Elena 02/02/2021

Me parece muy preocupante la poca importancia que se le da en el artículo al problema de la desertificación, cuando por otra parte reconoce que es un 35% del territorio el que está en ese proceso. ¿Acaso en esa parte del país no debemos plantar arboles, arbustos y todo lo que podamos para regenerar el suelo y frenar la desertización? ¿Acaso no contradice esto todo lo expuesto anteriormente en el articulo? Yo busco soluciones a este problema y no veo otra que plantar.

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