Entrada de blog por Francisco del Pozo Campos - 28-02-2025


Escapar de la trampa del gas fósil en el Arctic Sunrise

Hoy, tranquilo pero firme, ha entrado el mítico rompehielos Arctic Sunrise en la ría de Avilés. A un lado montañas de carbón, chimeneas y tanques de hidrocarburos. En el otro, piezas de enormes molinos eólicos apilados en el muelle esperando a ser cargados. Minutos después, ha atracado frente al modernista Centro Niemeyer. Esta escena portuaria, que se abre frente al barco de Greenpeace, esconde el gran dilema, casi existencial, que ha traído a uno de los barcos ecologistas más famosos a la ciudad de Avilés. El dilema está entre lo viejo: los combustibles fósiles, el carbón, el petróleo pero también el gas, no terminan de desaparecer; y lo nuevo: las energías renovables, no terminan de tropezar con obstáculos. 

«Lo viejo: los combustibles fósiles, el carbón, el petróleo pero también el gas, no terminan de desaparecer; y lo nuevo: las energías renovables, no terminan de tropezar con obstáculos» 

Por ello, el Arctic Sunrise está recorriendo diversos países europeos para llamar la atención sobre los riesgos de la dependencia europea de los combustibles fósiles y, sobre todo, para decir alto y claro: tenemos que poner una fecha de caducidad a TODOS. No caigamos en la trampa del gas que nos tienden las petroleras, que nos quieren vender lo que necesitamos para prescindir del petróleo o el carbón. La ciencia es clara: gas, petróleo y carbón, cada uno con sus peculiaridades, son muy agresivos con el clima y con las personas.

El gas del que hablamos es básicamente metano, que se extrae de pozos de petróleo o solo de gas, y también se encuentra con el carbón, como el temido grisú de los mineros.Llega a nuestras casas por tubería para calefacción, para calentar agua y para cocinar, pero también, y sobre todo, se utiliza para producir electricidad y para la industria No confundir con el gas de la bombona de butano que se obtiene del petróleo 

La elección de Avilés no es casual. Asturias, y sobre todo sus cuencas mineras, han sido históricamente una zona muy contaminada por la extracción y quema de carbón para producir energía eléctrica y acero. Afortunadamente, este combustible fósil se fue abandonando, debido a sus problemas ambientales, sociales y económicos, y se fueron cerrando minas y centrales.  

Pero ahora Asturias sigue en peligro, la lucha no ha terminado, pues se está invirtiendo mucho dinero en cambiar un modelo energético basado en el carbón por otro basado en gas. 

Un ejemplo es la regasificadora de El Musel en Gijón. Esta planta tiene una historia plagada de casos de corrupción, dinero público malgastado y constantes litigios judiciales. Por falta de actividad, ya que no era necesaria, la planta fue hibernada de 2014 a 2023 y hace dos años se puso de nuevo en marcha para la exportación al mercado europeo, aunque en cualquier caso tiene muy poco uso. 

No podemos permitir que ni en Asturias ni en ningún otro lado gane la falsa idea de que el gas es un combustible de transición. Necesitamos prohibir todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles en toda la Unión Europea, ya que son incompatibles con la limitación del calentamiento global a 1,5°C.

Las plantas regasificación como la del Musel reciben gas licuado (gas muy frío a -160º C en estado líquido que ocupa menos) de buques metaneros de distintos continentes y lo calientan para inyectarlo en la red de tuberías en formato gaseoso y a presión.

Otro ejemplo asturiano de esta apuesta por el gas, es la actual reconversión de la térmica de carbón de Aboño a gas. Este tipo de plantas que queman gas para producir electricidad están cayendo cada vez más en desuso. Solo el pasado año España integró 7.644 MW de nueva potencia renovable por lo que se quemó un 22,0 % menos de gas. La reacción de los dueños de las plantas de gas como los de Aboño no se hizo esperar: reclaman al gobierno un rescate en forma de mercado de capacidad.

Necesitamos detener todas las subvenciones a plantas existentes de combustibles fósiles y fomentar un mercado de capacidad y una fiscalidad verde que realmente saque el gas y el petróleo del sistema energético.

El mercado de capacidad funciona como cualquier otro mercado pero en lugar de ofertar verduras se oferta energía en momentos clave. El objetivo es asegurar la estabilidad de la red eléctrica cuando hay menos energía renovable del sol y del viento. A priori esto parece correcto, pero el problema es que en lugar de priorizar la energía de sistemas eficientes de almacenamiento renovable (hidráulicas, termosolares o limitar el consumo en determinados momentos,etc… ), se va a permitir que se presenten sin restricciones también las plantas de gas. Este mecanismo, si se aprobara, mantendría la quema de gas en Aboño y muchas otras plantas de todo el país. Este mercado aseguraría beneficios extraordinarios de sus propietarios a costa de los usuarios que las pagarán por estar disponibles, aunque no funcionen.

«Necesitamos detener todas las subvenciones a plantas existentes de combustibles fósiles y fomentar un mercado de capacidad y una fiscalidad verde que realmente saque el gas y el petróleo del sistema energético»

Desde Greenpeace consideramos que todos los esfuerzos han de orientarse al cambio de modelo energético hacia un sistema 100% renovable. Afortunadamente Asturias es una de las pocas regiones que con su Estrategia de Acción por el Clima a 2030 (EAxCLIMA) pretende reducir las emisiones un 55% respecto de 1990 gracias al cierre de las plantas de carbón. Pero además necesita ser más ambiciosa a la hora de avanzar en la transición energética instalando más energía renovable y sistemas de almacenamiento para descarbonizar completamente el sistema eléctrico y la industria . 

Necesitamos presionar al gobierno regional para que lo nuevo, la revolución renovable, avance a pasos agigantados y lo viejo, los fósiles, no nos hagan dar pasos atrás, pasos atrás como con el gas.

Ven a vernos a Avilés 

El barco estará situado desde las 13:00 del viernes 28 de febrero, hasta las 21:00 del domingo 02 de marzo de 2025 en el Puerto de Avilés, Muelle turístico frente al Centro Niemeyer.

¿Qué puedes hacer tú?

En Greenpeace sabemos que cualquier inversión en gas es un error catastrófico, por ello hemos lanzado una Petición para reclamar la prohibición a nivel europeo de estas nuevas infraestructuras de gas fósil. Reclamamos también que se evite que con fondos públicos o de los usuarios, se rescaten infraestructuras de gas ruinosas ya dado su bajo nivel de utilización. 

Francisco del Pozo Campos - autor del blog.
Francisco del Pozo Campos
Ingeniero Técnico Industrial especializado en mecánica, Graduado en Ingeniería Energética, Responsable de gas fósil en Greenpeace @fpozo28
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