«He sentido la angustia de ver las consecuencias del cambio climático»
- Hablamos con Lourdes y Fede, dos de las personas del voluntariado de la DANA que, como miles y miles de rostros anónimos más, se han movilizado estos días para ayudar a sus vecinos y vecinas tras la DANA que golpeó Valencia y Albacete.
Lourdes nos envía su vídeo una semana después del impacto de la DANA. Sus palabras acuden pronto a recordar uno de tantos momentos vividos en estos días por las decenas de miles de personas en las zonas afectadas.
«Creo que nunca olvidaré el gesto desolado de un señor de Massanassa. Estábamos volviendo en nuestras bicis a casa después de descargar. Era ya de noche. Estábamos perdidos aún dentro del pueblo y nos metimos por una calle cualquiera que alguien nos indicó. A pesar de que ya habían pasado tres días desde el desbordamiento, en la calle llegaba el agua hasta las rodillas. No había luz, solo se veía lo que las luces de nuestras bicis alumbraban. Pasamos al lado de varios vecinos que, a pesar de la oscuridad, seguían trabajando en la calle. Pasé al lado de un señor que dirigió su mirada hacia nosotros con un gesto cansado, desolado. Creo que a mí ni siquiera me vio, pero me llegó al corazón la tristeza en su rostro«, recuerda Lourdes.
Fede explica que guarda en su recuerdo «historias de las personas a quienes entré en sus casas para poder ayudarles, personas que realmente vivieron momentos durísimos en saber que lo estaban perdiendo todo, que vieron como la corriente les quitaba sus mascotas de los brazos, de ver personas flotando en las calles«.
Aunque también Fede retiene en su memoria una imagen que le ha marcado, la de «un hombre sentado con una sola bolsa en la mano» y que le dijo: «es lo único que me queda».
«Un hombre sentado con una sola bolsa en la mano me dijo: es lo único que me queda»
En bici a la zona cero
Fede pudo acercarse en bici hasta las zonas afectadas, con lentitud «por la gran cantidad de gente que decidimos hacer lo mismo», pero sin dificultad. Lourdes recuerda más problemas para llegar: «Me uní a un grupo de gente que, en pequeños grupos, iba en bici a los pueblos de Horta Sud a llevar agua, alimentos, mascarillas… La vía más rápida era la carretera y allí había muchos coches atascados que, de repente, cuando veían la oportunidad arrancaban para avanzar. Nosotras teníamos que ir entre los coches para poder llegar lo antes posible y era peligroso circular así. Además, reinaba el caos a pesar de que había guardia civil y policía».
Quitar barro y escuchar
Los brazos de Lourdes y Fede se han unido a otros muchos para quitar barro, retirar enseres destruidos, apartar coches, llevar alimentos, medicamentos… Pero a estas tareas logísticas, se añadió otra labor de acompañamiento a las personas afectadas: «escuchar sus historias, lo que vivieron en el momento de la inundación y como lo están llevando ahora».
El escenario que ambos dibujan es similar: «Por mucho que hayamos visto fotos y vídeos, no es nada comparable con ver en directo pueblos enteros devastados, calles y calles con coches amontonados, enseres y muebles de toda una vida reducidos a basura en medio de la calle, barro por todas partes, olores desagradables», explica Lourdes. Una experiencia que desencadena en ambos palabras que se repiten: dolor, rabia, frustración, incertidumbre, impotencia, desesperación, incomprensión…
Un desastre con mirada climática
Su vivencia individual coincide con tantas y tantas otras que han experimentado lo mismo en estos días, pero ¿cómo lo sienten dos personas que, además, acumulan muchas horas de activismo climático y ambiental? «He sentido la angustia de ver que las consecuencias del cambio climático no son algo que sufriremos a futuro sino que están aquí ya, ahora, con su cara más devastadora.», cuenta Lourdes. Y Fede coincide: » te puede golpear y cambiar la vida de un momento a otro».
«Siento la urgencia de actuar ya, de exigir a los principales responsables que dejen de contribuir al calentamiento global y que asuman las consecuencias de lo que estamos sufriendo», reclama Lourdes. Fede siente algo similar: «Las prioridades tienen que ser otras y no seguir apostando a este modelo de vida y consumo que nos imponen».
Como resume Lourdes, «es necesario cambiar las prioridades, defender la vida y la naturaleza por encima del beneficio económico de unos pocos».
«Es necesario cambiar las prioridades, defender la vida y la naturaleza por encima del beneficio económico de unos pocos»
Comentarios
Un suceso terrible que ya lo ha sufrido en tiempo pasado y lo seguirá sufriendo en un futuro imprevisto. La zona es propicia a ello. No sé cómo no aprendemos. En ésta, gracias a vosotros, a los voluntarios, a los bomberos, la UMR, la policía, los vecinos... Excepto las autoridades locales. ¡Qué vergüenza! ¡Ánimo, chicos, representáis l a esperanza del planeta!
En estos críticos momentos , hay personas que dan en todos los aspectos lo mejor de si mism@s , y por contra quienes sacan lo más bajo de si mism@s .
La madre naturaleza está saturada; no le damos tregua!!! No tenemos otra alternativa; cambiar la forma de vida, sí ó sí. Estamos deshaciendo TODO a beneficio de unos pocos. Espabilemos ya
Los protocolos tienen que aplicarse con ensayos habituales con la población a la que se sirve. En caso de que se plantee mejorarlos, debería ser siempre después de haber detectado fallos en los ensayos, antes no. Lo ocurrido en Valencia indica que lo realizado hasta ahora por la CA en cuanto a protocolos es 0.