Entrada de blog por Julio Barea Luchena - 04-08-2025


La cumbre que debería frenar la crisis del plástico

Del 5 al 14 de agosto de 2025, Ginebra es el escenario de una de las negociaciones ambientales más relevantes de nuestro tiempo: la quinta ronda (INC-5.2) para alcanzar un Tratado Global sobre Plásticos. Esta es la cumbre que debería frenar la crisis del plástico

Oportunidad histórica

Se trata de una oportunidad histórica para que la comunidad internacional acuerde un instrumento jurídico vinculante que frene de raíz la contaminación plástica. Greenpeace ha sido clara en sus demandas: no basta con mejorar la gestión de residuos o aumentar el reciclaje; es urgente reducir la producción de plásticos desde su origen, y esta reunión representa quizás la última gran oportunidad para lograrlo.

Reducir la producción

La postura de Greenpeace es firme: el tratado debe abordar todo el ciclo de vida del plástico, comenzando con una reducción significativa y obligatoria en la producción.

Según nuestra organización, más del 90% del plástico en el mundo se produce a partir de combustibles fósiles, lo que convierte a esta industria en un doble enemigo del planeta: por un lado, por sus emisiones contaminantes, y por otro, por los impactos devastadores del plástico en los océanos, la biodiversidad y la salud humana (cada vez con más evidencias al respecto).

Greenpeace exige un tratado ambicioso que incluya límites claros y cuantificables a la producción de plástico virgen, con un enfoque en la justicia ambiental y la economía circular.

Negociaciones estancadas y avances

En las rondas anteriores, las negociaciones se han visto estancadas por divisiones profundas entre países: mientras que un bloque importante de naciones (junto con la industria petroquímica) busca mantener un enfoque voluntario centrado en la gestión de residuos, otros como España y la Unión Europea —respaldados por organizaciones como Greenpeace— insisten en atacar el problema desde su origen.

A pesar de estos desacuerdos, ha habido avances importantes, como la inclusión del diseño de productos reutilizables y la promoción de políticas nacionales para reducir el plástico de un solo uso. Greenpeace reconoce estos logros, pero advierte que sin un lenguaje jurídicamente vinculante y metas claras de reducción, el tratado corre el riesgo de convertirse en una herramienta ineficaz.

«Sin un lenguaje jurídicamente vinculante y metas claras de reducción, el tratado corre el riesgo de convertirse en una herramienta ineficaz»

Sin embargo, las consecuencias de no hacer nada hacen que la creciente producción de plástico no solo se vean en los océanos o en la cadena alimentaria, sino también en el aire que respiramos. El informe Every breath you take de Greenpeace Internacional advierte que millones de personas viven cerca de instalaciones petroquímicas vinculadas a la producción de plásticos, y están expuestas diariamente a contaminantes peligrosos.

‘Zonas de sacrificio’

En once países estudiados, más de 51 millones de personas viven a menos de 10 km de estas instalaciones, con riesgos demostrados de enfermedades respiratorias, cáncer y otras condiciones graves. Algunas regiones afectadas ya han sido catalogadas como “zonas de sacrificio” por las Naciones Unidas, donde la salud de comunidades enteras ha sido puesta en segundo plano frente a la expansión industrial.

«En once países estudiados, más de 51 millones de personas viven a menos de 10 km de instalaciones de producción de plástico, con riesgos demostrados de enfermedades respiratorias, cáncer y otras condiciones graves»

Estos datos subrayan la urgencia de establecer un tratado fuerte que no solo regule los residuos plásticos, sino que detenga la expansión de la industria petroquímica. Greenpeace advierte que, si no se limita la producción, se seguirán generando productos de corta vida útil, como envases desechables o moda rápida, que alimentan tanto la crisis de residuos como la contaminación del aire.

Justicia intergeneracional

Por eso exigimos que el tratado incluya una reducción de al menos el 75% en la producción de plásticos para 2040. Proteger la salud de las comunidades, la integridad del planeta y la justicia intergeneracional depende de decisiones que deben tomarse ahora, y Ginebra es el lugar donde esto debe comenzar.

«Exigimos que el tratado incluya una reducción de al menos el 75% en la producción de plásticos para 2040«

Para Greenpeace, la reunión en Ginebra no puede ser otra cumbre de compromisos suaves y acuerdos diluidos por la presión de las grandes industrias. Por ello, la organización ha desplegado campañas globales para exigir a los líderes que actúen con responsabilidad y valentía.

Desde acciones de presión ciudadana hasta presencia directa en la negociación de Ginebra, Greenpeace busca garantizar que el resultado final sea un tratado fuerte, ambicioso y justo. 

Saber más: Cómo las empresas petroquímicas están haciendo descarrilar el Tratado Global de Plásticos

Julio Barea Luchena - autor del blog.
Julio Barea Luchena
Doctor en Geología, especialidad de Hidrogeología, Ingeniería Geológica y Geología Medioambiental, por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Gestión y Tratamiento de Residuos por la Universidad Autónoma de Madrid. Responsable de campañas de Consumo y Biodivesidad. Bluesky: @juliobarea.bsky.social
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Comentarios

1 comentario
Juan Carlos Otazu Pipaòn 04/08/2025

Si la humanidad tiene una mínima oportunidad , está pasa por adelantarnos a los acontecimientos , y cómo está el sistema creado lo veo cada vez más complicado , con todo esto no decaigo en apoyaros , siguiendo algunas de vuestras enseñanzas , no siendo éstas a pies juntillas , GRACIAS .
NOS HACEN SACAR LO PEOR DE NOSOTR@S MISM@S EN TODO TIPO DE GUERRAS .

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