Entrada de blog por Greenpeace España - 18-05-2020


La necesidad de cancelación de deuda para todos los países del Sur Global: el caso de Argentina

Este mes, Argentina enfrenta la devastadora perspectiva del incumplimiento en los pagos de la deuda internacional. El 22 de mayo es la fecha de vencimiento para un pago de intereses de 500 millones de dólares a los acreedores internacionales, de una deuda de 65 mil millones.

Con tantas naciones endeudadas y fuertemente afectadas por el colapso económico de la pandemia de COVID-19, es hora de repensar este modelo financiero agotado.

Por esta razón, desde Greenpeace pedimos la cancelación incondicional de la deuda externa de Argentina y de todos los países del Sur Global, junto con una financiación adicional de emergencia que no genere nueva deuda.

Estamos ante una triple crisis: una crisis económica, una crisis de salud pública y una crisis ecológica, que requieren soluciones. Nuestras soluciones deben ser holísticas, no debemos tratar de resolver una crisis profundizando otra. En pocas palabras, la cancelación incondicional de la deuda es la forma más rápida de mantener el dinero en los países y liberar recursos para hacer frente a las crisis resultantes de la pandemia mundial de COVID-19.

La primera prioridad debe ser la salud y el bienestar de las personas. Para crear resiliencia contra la propagación de enfermedades futuras, es fundamental garantizar que las necesidades humanas básicas sean cubiertas y que tengamos un entorno saludable.

La trampa cíclica de priorizar el pago de la deuda en moneda extranjera mantiene a los países del Sur Global, como Argentina, atrapados en un modelo de desarrollo extractivista que depende de la extracción de recursos para las exportaciones al extranjero. Para ganar más dólares para pagar intereses sobre deudas insostenibles, estos países se ven presionados a expandir las exportaciones de las industrias que están causando la destrucción de ecosistemas clave.

Esta es una de las razones principales por las que Argentina está sufriendo una deforestación continuada, la explotación de los recursos oceánicos y la agricultura, la ganadería y la minería intensificadas. Este extractivismo continúa aún durante las últimas semanas de cuarentena.

De forma urgente, son necesarios planes sólidos para la recuperación post-COVID hacia un futuro justo y verde basado en un sistema económico más inclusivo y equitativo que opere dentro de los límites ambientales de nuestro planeta y coloque a la ecología en el centro de la toma de decisiones. Esto requiere de deforestación cero, un cambio profundo en el uso de la tierra para apoyar a los pequeños productores y agricultores, no más extracción de combustibles fósiles o minerales, y requiere también priorizar la restauración de ecosistemas críticos y la creación de nuevas reservas en bosques y océanos, lo cual también tiene potencial de generación de fuentes de trabajo.

Este es un nuevo paradigma para nuestra sociedad moderna, pero no es realmente nuevo; tenemos mucho que aprender de los pueblos indígenas y su forma tradicional de relacionarse con la naturaleza.

No podemos lograr justicia social mientras se dé prioridad a un modelo de desarrollo desigual e insostenible. En lugar de más endeudamiento y más extractivismo, necesitamos un nuevo modelo económico de desarrollo que se centre en una transición justa para las personas y para la naturaleza. Y es necesario comenzar esta transición hoy. Liberar la carga de la deuda internacional abre la oportunidad para el restablecimiento que precisamos para la recuperación post-COVID.

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Comentarios

2 comentarios
Juan 24/05/2020

Cuánta razón. Un modelo económico esclavista es el que rige en el mundo. Solo que la esclavitud no se produce directamente de persona a persona, sino de país a país.

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Cristina Arias Fuertes 29/05/2020

Ni una palabra de en qué y cómo gastaron el dinero los gobiernos. Ni un reproche a modelos políticos altamente corruptos. Ello no tiene nada que ver con ningún modelo económico ni de desarrollo. Habrá que replantearse muchas cosas sobre la deuda y su posible condonación, pero con criterios más sólidos y críticos con muchas cosas.
Una de las razones de que esté pensando desde hace un tiempo en abandonar Greenpeace, es la falta de rigor en muchos temas sensibles, también su visión tan parcial de los problemas.

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