Las trampas del hidrógeno para mantener la energía sucia
Seguro que últimamente has oído hablar del hidrógeno, el nuevo elemento “de moda” en el sector de la energía, pero ¿qué es esto de usar el hidrógeno en la energía y por qué ahora? ¿quién está detrás de todo esto?
Hasta ahora, el hidrógeno se usa fundamentalmente como materia prima en procesos industriales, en refinerías, metalurgia, o para la fabricación de plásticos y fertilizantes, pero con la llegada de los Fondos europeos para la recuperación económica las empresas del sector energético de toda la Unión han visto una oportunidad para mantener su negocio en las energías sucias (especialmente en el gas) accediendo a millones de euros para invertir en proyectos de hidrógeno en los que no lo habrían hecho sin esta lluvia de millones. Sus intenciones son obtener hidrógeno a partir de combustibles fósiles, obtener hidrógeno renovable, … pero siempre destinados a mantener sus actividades de gas y/o petróleo o el mantenimiento de las infraestructuras y el uso del gas fósil en las que verterán solo un pequeño porcentaje de gas hidrógeno.
El lobby del hidrógeno está formado en su mayoría por el lobby del gas y por el de los combustibles fósiles en general. Prueba de ello es que en Europa han creado la “Alianza de Hidrógeno Limpio” una nueva plataforma formada casi en su totalidad por actores de la industria energética tradicional como Cepsa, Naturgy, Repsol, y la matriz de Endesa, Enel, entre otras, sin apenas representantes del sector renovable y casi sin ONG climáticas. Entre otras cosas, piden un marco político sólido en apoyo de todas las formas de hidrógeno, incluido el procedente del gas fósil y, lamentablemente, lo van consiguiendo. La Comisión ya amplió sus objetivos para incluir el hidrógeno con “bajas emisiones de carbono” (eufemismo que en realidad significa “producido con gas fósil”) y el Consejo europeo acaba de aprobar la mezcla de hidrógeno con el gas fósil sin ninguna definición de los porcentajes ni garantía de que el hidrógeno deba de ser de origen renovable.
¡Que no te engañen!
Como puedes leer en nuestro informe ¿Por qué lo llaman gas natural cuando quieren decir gas fósil? las grandes energéticas de nuestro país (Repsol, Naturgy, Endesa, Iberdrola, Enagás…) hacen una apuesta clara para los próximos años centrada en el hidrógeno. Eso no sería malo si de verdad tuviesen intención de cambiar su negocio principal hacia el abandono de los combustibles fósiles, pero la realidad es que fundamentalmente se pretende usar como tapadera para mantener ese mismo negocio fósil.
Además, las energéticas intentan que el debate en torno al hidrógeno se defina por el uso de un código de colores: verde, azul, gris, etc. Pero este código sólo sirve a la industria de los combustibles fósiles, ya que enmascara el verdadero impacto medioambiental de sus destructivas prácticas empresariales y es confuso para responsables políticos y aún más para las personas consumidoras. El uso de «hidrógeno limpio» para incluir tanto el hidrógeno renovable como el hidrógeno de gas fósil con captura y almacenamiento de carbono es extremadamente engañoso y por tanto las definiciones correctas deberían ser solamente hidrógeno renovable (que utiliza únicamente electricidad renovable para producir el hidrógeno) y el hidrógeno fósil (todos los demás tipos).
Entonces, ¿tiene alguna ventaja el hidrógeno?
El hidrógeno no es una fuente de energía primaria sino que es un vector energético que tiene la ventaja de ser almacenable y transportable lo que puede ser de gran utilidad para dotar al sistema eléctrico de la flexibilidad necesaria y, además, puede jugar un papel allí donde no es posible la electrificación de algunos sectores, como el transporte aéreo y marítimo y el transporte en carretera en vehículos pesados; lo que evitaría el agravamiento del cambio climático (siempre y cuando sea hidrógeno renovable).
Y aun así, el hidrógeno no es la prioridad dentro de la transición energética, mucho más importante y urgente que el desarrollo a gran escala del hidrógeno es el aumento de la producción de energía renovable, su integración en el sistema eléctrico, la electrificación, la eficiencia, y la gestión de la demanda.
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