Entrada de blog por Celia Ojeda - 12-11-2018


Leer y entender las etiquetas para consumir lo que quieres y no lo que quieren

Ya hay mucho movimiento social de consumidores y consumidoras que leen las etiquetas, aún así alrededor del 19% de la población española no lee las etiquetas de los alimentos que consume. Lo entiendo, es pesado y tedioso, pero una vez que lo haces, ya sabes qué productos te quedas y vas cogiendo destreza al asunto.

Pero, ¿por qué leer las etiquetas? Te doy varias razones. Porque una cosa es marketing y diseño y otra realidad. Porque supongo que quieres saber lo que comes o compras. Porque igual hasta te da rabia que te “tomen el pelo”. Por salud, tú y sólo tú decides lo que comes. Porque si elegimos de una manera sostenible nuestros productos podremos, como personas consumidoras, luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad y contra el consumismo. Leer las etiquetas nos ayuda a decidir si lo que compras es sostenible: si es ecológico o usa componentes químicos, si es local y contamina menos su transporte.

Unos principios básicos: en la etiqueta los ingredientes vienen ordenados por orden de importancia, es decir, de lo que más contiene a lo que menos. Por ejemplo: si quieres una lata de garbanzos y estos no aparecen los primeros de la lista, no son los principales componentes. Otra de las pautas es no dejarse sorprender o convencer por los dibujos, o palabras que aparecen en el envase, y leer la etiqueta. Hay palabras que se usan como reclamos como BIO, natural, orgánico, producido responsablemente…, sin ninguna certificación oficial. El etiquetado, muchas veces, llega a contradecir el packaging o el propio marketing.

En el pescado hay que distinguir entre fresco, congelado o envasado, diferenciando entre lo que se considera “marketing” o nombre comercial y realmente la especie que estamos consumiendo. Por ejemplo, “Bonito del Norte” es una denominación comercial aceptada, que nos lleva a pensar qué comemos un bonito capturado en el Cantábrico, cuando no siempre es así. Hay que mirar la etiqueta para saber si ha sido capturado en el Cantábrico o bien en el Pacífico.

En el caso de la ropa, donde cada vez hay más movimiento “slow fashion” la etiqueta que tenemos que leer bien es la de cómo cuidarla y lavarla con muchos menos tóxicos. Existen certificaciones que suelen ser exigentes pero también son caras y no accesibles para emprendedores, por eso hay que poner en valor las pequeñas marcas que, como mínimo, aseguran ediciones limitadas y empleo local, dos criterios de sostenibilidad. Otra cosa a evitar en una prenda es la cantidad de poliester, que es plástico que se desprende como microplásticos en cada uno de los lavados, llegando directamente al océano. Al año se fabrican más de 100 mil millones de prendas de ropa y el 60% contiene fibras sintéticas hechas a base de crudo, que no son biodegradables.

Para los cosméticos hay que seguir el criterio del orden de los ingredientes. Existen numerosas guías que nos ayudan a identificar a través del INCI (International Nomenclature Cosmetics Ingredients) el listado de los componentes de un producto de belleza, así podremos detectar detectar los parabenos, los perfumes o los derivados del petróleo. Y decidir qué queremos comprar.

Otro punto es qué rodea nuestro producto, ya que principalmente los envases son de plástico, y solo a nivel mundial el 9% del plástico se recicla, el 12% se quema y el restante 79% acaba en vertederos o en el medioambiente. La mejor manera de no tener que mirar una etiqueta de un plástico es no consumirlo y tener una alternativa que se pueda usar muchas veces. Sin embargo, lo que sí es importante detectar en el etiquetado o bien saber si es marketing, son “las falsas soluciones” por ejemplo aquellos productos que vienen etiquetados como que su recipiente es “biodegradable” – que tienen un porcentaje de materia vegetal, pero la mayoría siguen conteniendo plástico en grandes cantidades. Este envase no se degrada, porque en el medio no se dan las condiciones para que esto pase; o bien los “plásticos compostables” – para que lo sea debe llevar el sello de OK compost. Estos recipientes pueden seguir llevando plástico y solo se degradan en condiciones de altas temperaturas (hasta 70ºC) y aireación, condiciones que no se dan en la naturaleza. Un producto no llevará indicado en su etiquetado el envase que lo contiene, pero cada vez más vemos estos términos como un “plus” del producto y desde Greenpeace creemos que hay que saber no solo lo que consumimos, sino también el envase que lo contiene.

Entre las actividades que hemos planteado para los eventos de HAZ, se ha diseñado un taller de etiquetado para entender lo que compramos y poder responsabilizarnos así de nuestras decisiones.

Y RECUERDA QUE NO TODO ES COMPRAR.
EN “HAZ CAMBIO” PUEDES REPARAR O INTERCAMBIAR
¡¡MIRA BIEN LA AGENDA Y APÚNTATE!!
www.hazgreenpeace.org

Celia Ojeda - autor del blog.
Celia Ojeda
Doctora en Biología por la Universidad de Alicante y Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Europea de Madrid. Responsable del Área de Biodiversidad. Trabajando en consumo sostenible. Twitter: @celia_ojeda Mi perfil en LinkedIn
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Comentarios

9 comentarios
Laura 12/11/2018

Gracias por la información, me parece muy interesante. Con respecto a HAZ CAMBIO. ¿Hay que inscribirse en algún sitio para asistir a las actividades? Un saludo

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santi 13/11/2018

Gracias, como siempre, Greenpeace! Siempre llevo encima unas gafas con unos aumentos. No es caxondeo.
Y sòlo para leer lo que compro...Para el resto no las necesito. Van muy bien, también, para la letra pequeña, por ejemplo anuncios de viajes, verdad Corte Inglés? entre tantas empresas y publicistas sinvergüenzas....Además de Greenpeace soy de la Ocu, o sea procuro estar al loro de tanto empresario, justo éso....sinvergüenza.!

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Enrique 15/11/2018

Me gustaria que se profundizara mas y no articulos generales, para que supieramos que consumir e incluso mojaros con marcas.

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Alicia Dompedro 15/11/2018

Muchas gracias por la información tan interesante y práctica como siempre.
Sobre el tema de comer lo que nos dan, tengo que deciros que a mi me gusta el yogur natural sin azúcar ni edulcorantes añadidos, pero me resulta difícil y a veces incluso imposible. Pregunté una vez en Mercadona de mi ciudad, Torremolinos y me dijeron poco más o menos que allí no pedían los artículos sino que los dejaban los repartidores. Sinceramente, no entendí nada, pero lo cierto es que sigo sin encontrar fácilmente los yogures sin endulzar. Seguro que se os ocurre algo para solucionarlo.

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Maria Cruz Domínguez 15/11/2018

Agradezco muchísimo vuestra información y de ahora en adelante pondré más atención en la lectura de etiquetas porque creo es importante no sólo para mi salud, sino para detener prácticas nefastas con el medio ambiente.
Alicia Dompedro, efectivamente: lo de los yogures naturales, sin aditivos ni edulcorantes, es un "expediente X". Es prácticamente imposible encontrarlos incluso en los hoteles o balnearios donde, se supone, deben velar por tu salud alimentaria...
A ver si se puede hacer algo también en esto. Gracias GRACIAS y gracias por vuestra labor

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santi 18/11/2018

Puede ser de utilidad, a quien le interese: (aditivos-alimentarios.com), para saber, por ejemplo, que E443 (aceite vegetal bromado) tiene toxicidad alta, lo mismo que E284 (ácido bòrico)....y un largo etc...Con lo que respiramos y comemos, en cuatro dias, Mutantes...

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ELENA LAMARAIN 19/11/2018

hace un tiempo miro las etiquetas de la ropa que compro, ultimamente desecho las que están confeccionadas al 100% poliester, procuro algodón, no siempre consigo, siempre tienen algo de componentes químicos. La viscosa, que últimamente se está proliferando, nos podemos fiar?. Cada vez me estoy concienciando a la hora de comprar, cada vez reciclo más. Estáis haciendo una gran labor en cuanto a las informaciones, seguid así, cada vez veo más gente llevando sus bolsas a los supermercados. Muy fan vuestra.

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isabel carrion 24/11/2018

Gracias por vuestra informacion sobre Oreo y las etiquetas. habría que exigirselo al gobierno para que todo el mundo lo supiese y obrase en consecuencia

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Antonio 05/01/2019

Ya se venden podructos de limpieza liquidos a granel ¿por qué no se obliga a las grandes marcas y se incentiva la venta de sus productos líquidos a granel? Se reduciría significativamente las botellas de plástico sobre todo si se notara en el precio.

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