Mares calientes, huracanes más fuertes y empresas culpables
- El calentamiento de los océanos aumenta la frecuencia y dureza de los huracanes, un efecto más de la emergencia climática. La industria de los combustibles fósiles se lucra con un negocio que deja consecuencias devastadoras. Estas empresas son culpables y deben pagar por los daños que causan mientras amasan beneficios obscenos. Hablemos de mares calientes, huracanes más fuertes y empresas culpables
La meteoreología en el mar es aterradora. Huracanes, borrascas y grandes tormentas son el ejemplo perfecto de la fuerza indomable de la naturaleza. Pero con el uso de combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) y otros contaminantes estamos alimentando cada vez más a estos monstruos. Estos fenómenos siempre han existido, esto es indudable.
Sin embargo, a estas alturas ya debemos saber que cuando hablamos de impactos del cambio climático sobre los eventos meteorológicos extremos no hablamos de cosas que no sucedían, sino que ahora suceden de forma más frecuente e intensa.
«Cuando hablamos de impactos del cambio climático sobre los eventos meteorológicos extremos no hablamos de cosas que no sucedían, sino que ahora suceden de forma más frecuente e intensa»
Aguas más y más calientes
El cambio climático está calentando la atmósfera, pero también los mares y océanos. Las olas de calor marinas son ya una constante a nivel global y el ingrediente perfecto para avivar tormentas y huracanes. Estos fenómenos meteorológicos se nutren de la humedad que hay en la atmósfera, y el agua marina caliente proporciona precisamente eso, vapor de agua que se eleva, lo necesario para que una tormenta tropical pase a convertirse en un huracán, o para que un huracán de categoría inferior llegue a convertirse en uno de categoría 5, la más devastadora que existe.
En los últimos 50 años, la ciencia ha constatado que los huracanes ya no amainan rápidamente al tocar tierra como sucedía antes. Las tormentas tienen ahora mucha más energía, debido a unos mares y océanos más calientes, que las impulsa tierra adentro, multiplicando sus potenciales daños. Esta energía extra mantiene activo al huracán incluso en tierra firme.
En los últimos 40 años la temperatura de la superficie marina ha aumentado 0,6ºC. Desde la época preindustrial el incremento ha sido de 0,9 ºC. Estas cifras pueden no parecer gran cosa, por lo que siempre es útil recurrir a la comparación con una fiebre. La diferencia entre tener una fiebre de 39 ºC o de 40 ºC es el aumento inmediato de la emergencia para la salud. Cada décima de grado cuenta. Y para el clima global, y para la temperatura del agua marina, también.
Las predicciones acertaron
Las aguas del Golfo de México no son una excepción a la tendencia global, con temperaturas por encima de la media de forma constante desde 2022 y llegando a alcanzar picos de más de 1,7ºC por encima de los valores históricos. La elevada temperatura del agua, junto con otros factores climáticos, hacían predecir una temporada de huracanes para 2024 más activa de lo habitual. Y desgraciadamente las peores previsiones se están cumpliendo.
Un año de eventos inéditos
El 1 de julio, Beryl se convirtió en el primer huracán de categoría 5 en azotar el Atlántico en una fecha tan temprana desde que se tienen registros. Provocó cuantiosos daños en varias islas caribeñas y más de 40 personas fallecidas. La llegada del huracán Helene a finales de septiembre llegó a las costas con categoría 4 y dejó más de 200 personas fallecidas y cuantiosos daños provocados por el intenso viento, la lluvia y el oleaje. Los estudios de atribución indican que el cambio climático ha contribuido a que Helene haya sido más probable y con mayor intensidad de precipitaciones.
Cuando aún la población no se había recuperado de la devastación de Helene, el huracán Milton, aún más destructivo, ha impactado de nuevo en las costas de Florida y se convierte en uno de los peores, quizá el peor, en los últimos 100 años en azotar esta zona.
Aquí hay responsables
Cada año seguimos emitiendo más gases de efecto invernadero que el año anterior y, por tanto, seguimos agravando el problema: en 2024 la concentración de CO2 en la atmósfera ha subido a su máximo histórico: 427,45 ppm (partes por millón), aumentando 3,59 ppm con respecto al año anterior, y frente a las 280 ppm que había al comienzo de la revolución industrial. Tras Helene y Milton vendrán más huracanes y más devastación. La ecuación contiene mares calientes, huracanes más fuertes y empresas culpables.
El cambio climático tiene responsables claros. Las empresas petroleras y gasistas basan su negocio en extraer y vender combustibles fósiles, a pesar de que saben que su quema es lo que alimenta el cambio climático a través del CO2 que emiten. Por eso son responsables de que eventos extremos como los huracanes estén haciéndose más graves y destructivos, aumentando los trágicos daños materiales y humanos. Además trabajan para engañar a la población e influir en la política y así mantener sus privilegios.
«Las empresas petroleras y gasistas son responsables de que eventos como los huracanes estén haciéndose más graves y destructivos»
Empresas negacionistas y retardistas
Mientras las personas sufrimos estos eventos extremos, las petroleras como Repsol son las responsables directas de las emisiones actuales e históricas de los gases que están recalentando el planeta, pero es la población la que paga las consecuencias.
Es hora de que las corporaciones contaminantes rindan cuentas. Tras décadas de encubrimientos y negacionismo climático, ahora las corporaciones de petróleo y gas han optado por el lavado verde y por retrasar las soluciones para poder seguir extrayendo y vendiendo combustibles contaminantes que no podemos darnos el lujo de quemar.
Necesitamos prepararnos para abandonar lo más rápidamente posible los combustibles fósiles: y ahora que se acerca la Cumbre Mundial del Clima (COP29), los Gobiernos van a tener en su mano una clave para ello: aprobar nuevos impuestos verdes sobre la industria del petróleo, el gas y el carbón. Estos nuevos fondos son cruciales para que el mundo, y especialmente los países más vulnerables, puedan cubrir los costes de las catástrofes climáticas, adaptarse a los cambios futuros, y acelerar el necesario abandono de los combustibles fósiles.
Comentarios
don dinero , destructivo elemento .
Nos siguen forzando al enfrentamiento inhumano .