Mosquitos, enfermedades y (no solo) cambio climático
- El dengue, la malaria o la fiebre del Nilo Occidental quizá te suenen a enfermedades remotas si vives en España. Sin embargo, los cambios que estamos causando en el planeta están abriendo las puertas a algunos patógenos tropicales en nuestras latitudes. ¿El motivo? Los mosquitos que transmiten los patógenos causantes de estos males se encuentran cada vez más a gusto en nuestro territorio.Hablemos de mosquitos enfermedades, cambio climático y mucho más.
Martina Ferraguti*
Vivimos en un mundo en constante transformación. Los cambios se suceden a un ritmo sin precedentes y con dinámicas complejas, impulsados en gran medida por el Cambio Global – el conjunto de transformaciones ambientales causadas por la actividad humana que afectan al funcionamiento del sistema Tierra. Sus múltiples componentes, ya sea el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, la globalización, la alteración de hábitats y el cambio de uso de suelo, la urbanización, la pérdida de biodiversidad o la introducción de especies no nativas, entre otros factores, afectan día tras día la alteración en la dinámica de las plagas, y los mosquitos son una de las preocupaciones más destacadas.
Mosquitos, los animales más mortíferos
Estos diminutos insectos, además de ser una gran molestia para muchos de nosotros, son los animales más mortíferos que existen en nuestro planeta debido a la multitud de patógenos que son capaces de transmitir. Los mosquitos, con sus numerosas especies, desempeñan un papel crucial como vectores, es decir, como portadores de enfermedades que afectan tanto a humanos como a la vida salvaje.
«Los mosquitos, con sus numerosas especies, desempeñan un papel crucial como vectores, es decir, como portadores de enfermedades»
Aunque hay miles de especies (alrededor de 3.700 especies y más de 40 géneros), es interesante notar que solo un pequeño porcentaje de ellas, menos del 10%, son responsables de transmitir patógenos perjudiciales para la salud humana. Este hecho destaca la necesidad de enfocar nuestras investigaciones en especies particulares de mosquitos vectores. Un ejemplo son los parásitos de la malaria humana, pertenecientes al género Plasmodium, que son transmitidos por mosquitos Anopheles y aún hoy provocan la muerte de cerca de 400.000 personas cada año, con millones de personas afectadas a nivel mundial.
«Los parásitos de la malaria humana, transmitidos por mosquitos Anopheles, aún provocan la muerte de cerca de 400.000 personas cada año”
En la actualidad hay 465 especies de mosquitos anofelinos formalmente reconocidas y más de 50 ‘complejos de especies’ en todo el mundo. De ellas, casi 70 especies son capaces de transmitir parásitos de la malaria humana. Entre estas, 41 especies, o complejos de especies, se consideran vectores epidemiológicamente importantes. Es decir, son una gran preocupación para la salud pública, como por ejemplo el bien conocido An. gambiae, que inicialmente se consideró una sola especie.
«41 especies o complejos de especies se consideran vectores epidemiológicamente importantes a un nivel de gran preocupación para la salud pública»
Amenaza para la salud humana y animal
Existen otros numerosos patógenos de importancia en la salud pública transmitidos por mosquitos: Zika, Chikungunya, dengue o los recientes casos muy mediáticos de infección por el virus de la fiebre del Nilo Occidental en España. En las últimas cuatro décadas, las enfermedades transmitidas por mosquitos han surgido como una de las amenazas globales más importantes para la salud humana y animal.
Aunque estas enfermedades no son endémicas en España, la presencia conjunta del mosquito vector y la ocasional coincidencia de casos importados con viremia (capacidad de contagiar a otras personas), representan un riesgo elevado para la transmisión local de estos patógenos.
La expansión de las diferentes especies invasoras de mosquitos en nuestro país, en especial de aquellos vectores competentes debido, entre otros factores, a fenómenos como la globalización, que implica un aumento en el transporte a larga distancia de personas y bienes, o el cambio climático, ha aumentado el riesgo de transmisión de estas enfermedades. De hecho, ya se han reportado casos aislados de transmisión autóctona de Dengue en España en los últimos años.
Comité de expertos
El mosquito tigre, Aedes albopictus, identificado por primera vez en 2004 en Sant Cugat del Vallés, se ha expandido principalmente a lo largo de la costa mediterránea, las Islas Baleares y algunos municipios del norte e interior de la península. El mosquito de la fiebre amarilla (Ae. aegypti) estuvo presente en España durante al menos los siglos XVIII y XIX, siendo visto por última vez en 1953. Aunque reapareció puntualmente en 2017, muestreos exhaustivos posteriores no confirmaron su presencia.
Desde hace años, un comité de expertos del Ministerio de Medio Ambiente elabora una Evaluación Preliminar de los Impactos en España debido al cambio climático, alertando sobre los impactos que el cambio climático puede tener en la salud humana y en millones de animales y plantas causados por el pronosticado aumento en el número y la virulencia de diferentes parásitos, muchos de ellos transmitidos por los mosquitos.
El invierno ya no es suficiente
Enfermedades anteriormente mencionadas como la malaria y el dengue se consideran típicas de zonas tropicales porque, en general, el clima de las regiones templadas no favorece el crecimiento y la reproducción de los mosquitos responsables de transmitir los patógenos que las causan.
Las bajas temperaturas durante el invierno en muchas regiones templadas también impiden la supervivencia de las larvas de estos insectos, lo que evita las infecciones en esas localidades al no tener el vector presente en algunos meses del año. Sin embargo, un clima más cálido con inviernos más suaves como los que estamos viviendo año tras año en España, está favoreciendo la aparición de enfermedades consideradas típicamente tropicales en nuestras latitudes.
El cambio climático ha alterado los patrones climáticos a nivel global, generando condiciones más propicias para la proliferación de diversas especies de mosquitos. Las temperaturas más altas y las variaciones en los patrones de lluvia han creado entornos cada vez más adecuados para la maduración de sus larvas y el desarrollo de la fase adulta, resultando en un aumento de su población y expansión geográfica.
Casos autóctonos de dengue
A medida que las temperaturas aumentan, los mosquitos acortan su ciclo de actividad, se reproducen más veces al año y prolongan su período diario de actividad, lo que incrementa el riesgo de transmisión de enfermedades. Un ejemplo destacado es el mosquito tigre, originalmente de regiones tropicales de Asia. A pesar de esto, en las últimas dos décadas, las condiciones climáticas en Europa Central se han vuelto más propicias para el establecimiento de poblaciones de este mosquito y de su pariente, el mosquito de la fiebre amarilla. La presencia de ambas especies, capaces de transmitir enfermedades tropicales, ha provocado la aparición de casos autóctonos de dengue en Europa en los últimos años. En 2023, se observó un aumento significativo de casos autóctonos de dengue en Italia y Francia.
Sin embargo, es crucial considerar que este hecho está además influenciado por diversos factores, como la globalización, que permite a las personas desplazarse rápidamente de un lugar a otro. Por ejemplo, un viajero que contrae el dengue en Brasil puede encontrarse en España o Italia en poco tiempo, estando en la fase de viremia y expuesta a mosquitos vectores con riesgo de transmisión local. Otros factores determinantes incluyen el crecimiento y agrupación de la población humana en ciudades, que puede afectar la exposición y el contacto cercano, así como las medidas de prevención y control sanitario implementadas en diferentes países.
No solo cambio climático
Es importante señalar que, en este mundo cambiante, el cambio climático no actúa solo. Los procesos interrelacionados que forman parte del Cambio Global están dando lugar a una nueva interfaz «vector-animal reservorio-patógeno», donde tanto las poblaciones humanas como animales se ven expuestas a patógenos previamente desconocidos, resultando en la aparición de nuevas enfermedades y a la propagación de otras ya conocidas en regiones del mundo donde antes no se transmitían. Estos procesos están vinculados o facilitados por ciertas actividades humanas, planteando la pregunta de cómo lograr un desarrollo económico y social sin comprometer la salud de todos.
‘One Health’
En este contexto, la relación entre los mosquitos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad destaca la interdependencia de los ecosistemas y la salud humana y animal, un concepto conocido como One Health (Una Salud). Vivimos en un momento crítico donde la acción global es esencial para proteger tanto nuestra salud como el equilibrio del planeta.
La rápida implementación de medidas preventivas y correctivas frente a los efectos del Cambio Global emerge como uno de los mayores desafíos para la ciencia, la salud global y el desarrollo humano. Enfrentar estos retos requiere enfoques integrales que incluyan desde la mitigación del cambio climático hasta estrategias de conservación de la biodiversidad y la búsqueda de soluciones innovadoras en salud pública y veterinaria.
*Martina Ferraguti es investigadora en Biología de la Conservación y Cambio Global en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). Su investigación se centra en estudiar el impacto de la biodiversidad sobre las enfermedades transmitidas por mosquitos. Su objetivo trata de comprender los factores ecológicos y evolutivos que afectan la transmisión de enfermedades transmitidas por vectores.
Comentarios
No debemos olvidar a las mosquitas que succionan nuestra sangre . Como necesidad natural para poder procrear . Dicho esto tod@s podemos serles útiles para seguir perpetúandose . Est@s pequeños insectos pueden desiquilibrar aún más nuestro devenir .
HASTA CUANDO VAN A SEGUIR PERMITIENDO Y SECUNDANDO LAS GUERRAS . TANTO L@S UN@S COMO L@S OTR@S .