Entrada de blog por Francisco del Pozo Campos - 01-10-2022


Nord Stream: cuando el chapapote invisible se hizo visible

Hace 20 años, un desastre abría los telediarios. Aún tengo recuerdos de esas playas gallegas destrozadas por el vertido de petróleo del buque Prestige. La imagen de aquellos ecosistemas costeros destrozados marcó a una generación de gallegas y gallegos. Hace menos tiempo otros vertidos también estuvieron en todos los informativos. El vertido del Shell Deep Water Horizon en el Golfo de México en 2015 o el de la fuga de petróleo de Repsol en Perú de febrero de este año son solo un par de ejemplos.

28/11/2002. Muxia, A Coruña, Galicia, España.
Pescadores y voluntarios de Greenpeace recogen fuel del agua, como consecuencia del hundimineto del petrolero Prestige
©Greenpeace/Pedro Armestre

Sin embargo, el desastre gasístico de Porter Ranch, Estados Unidos, en 2015, apenas llegó a los medios internacionales y eso que se vertieron 129.000 m3 de metano (peor que el Prestige). El incidente obligó al traslado de miles de personas de las comunidades cercanas. Esta era la mayor fuga de gas de la historia… Hasta ahora.

Hace pocos días, las autoridades marítimas de Suecia y Dinamarca alertaron de tres fugas en los gasoductos Nord Stream: una en el Nord Stream 1, mientras que en el Nord Stream hay 2. El agujero es tan grande y se está escapando tanto gas que, en las áreas afectadas se ha establecido una zona de seguridad como precaución y los barcos no pueden pasar en un radio de cinco millas (unos 9 kilómetros), ni pueden acceder vuelos a una distancia de un kilómetro.

Este desastre colosal está en todos los medios, no solo por sus implicaciones geopolíticas y energéticas para Europa, sino también por sus consecuencias ambientales. Y no es para menos, ya que este vertido podría ser unas 6 veces mayor que el de Porter Ranch.

Una bomba climática en directo

En este caso, al tratarse de una fuga submarina podemos ‘ver’ los estremecedores borbotones de gas que afloran a la superficie. Podemos comprobar que no hablamos de unos “hilillos de burbujas”, sino de una fuga masiva. Algo insólito, ya que normalmente no podemos observar a simple vista este “chapapote invisible” que es el metano, principal componente del mal llamado ‘gas natural’. Realmente estamos presenciando una «bomba climática» en directo pues hace un daño quizás más imperceptible que el petróleo, pero muy grave para el planeta. No mancha las rocas, pero es 84 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero durante los primeros 20 años (norma GPW20).

«No mancha las rocas, pero es 84 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero durante los primeros 20 años»

La Agencia Danesa de la Energía estima que se van a verter en torno a 778.000 m3 de metano y no hay manera de pararlo hasta que no se vacien las tuberías submarinas. Se calcula que el impacto climático de la fuga es de 43,8 millones de toneladas de CO2e (calculada según GPW20). Bastante más que las emisiones de todos los coches de nuestro país en un año (33 M t CO2e 2019) y la mitad de todo nuestro sector del transporte, es decir todos los coches, autobuses, camiones, aviones y barcos juntos (91,4 M t CO2e). De hecho, ya estaríamos ante el mayor desastre ambiental de estas características en la historia.

El sector gasista derrama un Nord Stream cada 2 días

Desgraciadamente, este desastre solo es un ejemplo evidente de las millones de fugas silenciosas que tenemos a diario en todo el mundo ligadas a la infraestructura que transporta a nuestros hogares e industrias el mal llamado gas natural. Pozos, plantas de refino, gasoductos, barcos metaneros, redes de distribución, las calderas de nuestras casas, todas las instalaciones pierden un poco de gas de vez en cuando aunque estén bien mantenidas. Según la AIE, casi el 5% del gas que se extrae se fuga antes de llegar a usarse. Para que nos hagamos una idea, hablamos de una cantidad similar a todo el gas utilizado en el sector eléctrico de Europa (180 millones de m3). Los vertidos totales de la industria gasista global equivalen a unos 230 desastres como el del Nord Stream al año, un ‘desastre del Nord Stream’ cada 2 días. Todos los días hay vertidos de ese chapapote invisible, incoloro, inoloro… El metano.

Por ejemplo, una reciente investigación realizada por Unearthed y Greenpeace reveló alarmantes fugas de gas en las infraestructuras de extracción y transporte de petróleo y gas a Europa desde Argelia. Hasta el año pasado, Argelia era el mayor suministrador de gas de España, solo superado este año por EEUU. Las imágenes del satélite con una cámara especial muestran columnas de metano escapando de una estación de compresión a un ritmo de unas 4,5 toneladas por hora.

No hay gas mejor o peor: el gas es el problema

La realidad es que no existen proveedores sucios, como Rusia o Argelia, frente a otros que puedan extraer gas limpiamente. Es un problema estructural inherente al uso de gas como fuente de energía. Y no, no se va solucionar obligando a mantener mejor las instalaciones o introduciendo legislación y cláusulas más duras en los contratos de suministro.

Además, este más que probable acto de sabotaje también nos muestra que lo que nos han vendido como un modelo energético seguro, infalible e inevitable era en realidad un sistema tan frágil y vulnerable como un par de tubos de poco más de un metro de diámetro. De nuevo, frente a estos modelos de infraestructuras concentradas en manos de oligarcas, necesitamos modelos distribuidos y plurales. De lo contrario, la cadena energética seguirá siendo tan débil como el más débil de sus eslabones ante ataques o accidentes.

«Lo que nos han vendido como un modelo energético seguro, infalible e inevitable era en realidad un sistema tan frágil y vulnerable como un par de tubos de poco más de un metro de diámetro»

La única solución para detener este chapapote invisible global es abandonar progresivamente los combustibles fósiles y avanzar ya en una transición urgente hacia energías renovables y en manos de la gente. Porque… ¿Sabes qué fuente de energía no produce vertidos? ¡La energía renovable!

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26/10/2021. Protesta de Greenpeace contra el gas fósil en el puerto de Sagunto.
©Greenpeace/Pedro Armestre

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Comentarios

3 comentarios
tiki 01/10/2022

En las GUERRAS , desgraciadamente todo vale . Este sabotaje cometido , es una agresión demencial contra la ecología , en la que por supuesto estamos incluid@s la humanidad .
Las guerras sacan lo peor de nosotr@s mism@s .
No caigamos en sus fauces .

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hermafrodita 01/10/2022

Este es el resultado de la sinrazón humana . Un nuevo ( desgraciadamente ) ATENTADO contra la ecología . Hasta cuando las especies vamos a poder aguantar este ritmo de ATENTADOS .
ii NO A LAS GUERRAS !!

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revelación 03/10/2022

Oligarcas del mundo mundial , ¿ sabéis en que somos tod@s iguales ? , en que estos cuerpos prestados no nos van a asilar eternamente .

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