Pídele a tu ayuntamiento más espacio para moverte de forma segura
Cada vez estamos más cerca de poder salir de casa. Desde ayer es posible pasear por nuestro barrio acompañando a nuestros niños y niñas, y previsiblemente en unos días podamos salir a hacer ejercicio al aire libre, siempre manteniendo la distancia de seguridad. Una situación a veces imposible cuando nuestras calles se han diseñado solo para los coches, dejando unas aceras ridículas para caminar de forma segura.
Ahora más que nunca es necesario cambiar el diseño de las calles y una planificación basada en las necesidades de todas las personas, también de quienes se mueven andando, en transporte público o en bicicleta, para afrontar la desescalada de la crisis sanitaria con todas las garantías de seguridad.
Evitar contagios con más espacio para andar
Siempre que salgamos a caminar es preciso mantener una distancia de al menos dos metros con el resto de transeúntes. Pero el 85% del espacio urbano está dedicado al automóvil, a pesar de que en las ciudades españolas la mayoría de desplazamientos se hacen andando. Desde Greenpeace queremos sumarnos a los técnicos, colectivos sociales y a la ciudadanía que ya están solicitando cambios urgentes en el espacio urbano de nuestro país, siguiendo la estela de otras ciudades que están apostando por soluciones de urbanismo táctico.
Estas medidas permiten ampliar de manera provisional la superficie peatonal para garantizar el espacio entre las personas transeúntes, ya sea peatonalizando calles completas para crear ejes peatonales o extendiendo las aceras mediante vallas sobre la calzada. Y es que mientras por un carril de coche caben solo 1.500 personas cada hora, si lo convertimos en acera pueden circular hasta 19.000 peatones cada hora.
La bicicleta como solución para los trayectos urbanos
Si los ayuntamientos dedican una parte de las calzadas en exclusiva para las bicicletas, estarán promoviendo el uso de un vehículo sin riesgo de contagio de coronavirus, en especial cuando se trata de nuestra bici particular. La bicicleta y los vehículos de movilidad personal resultan mucho más eficientes en términos de espacio, moviendo 10 veces más gente que un carril solo para automóviles.
Por eso ciudades como Berlín o París han empezado a dibujar de manera urgente carriles bici “rápidos” en las grandes avenidas. Una solución que se puede implantar de manera rápida y a coste muy reducido, ya que se emplean vallas, señales y pintura sin necesidad de obras de construcción.
El transporte público es fundamental para evitar atascos
Para aquellos trayectos más largos, seguiremos necesitando transporte público. Los servicios de cercanías, metro y autobuses han sido esenciales durante el confinamiento, permitiendo desplazarse a los trabajadores esenciales. Nuestras redes de transporte colectivo se enfrentan al reto de desplazar a la población a sus trabajos o rutinas de manera segura permitiendo la distancia física. Para ello será necesario aumentar el servicio en los tramos más congestionados.
Aquí el autobús tiene un papel clave por su flexibilidad, pudiendo aumentar su velocidad comercial si se prioriza su acceso a las ciudades mediante carriles bus exclusivos, lo que nos permitirá mejorar la frecuencia al no tener autobuses atascados. También se pueden habilitar líneas exclusivas para aquellos trayectos clave, como ya se han hecho en algunos hospitales. Mientras que comprar y fabricar nuevos trenes puede llevar años, un carril bus puede señalizarse en tan solo una noche.
Apostar por el automóvil particular para defenderse del virus es un error. Incluso en un futuro donde se reduzca la movilidad en su conjunto, bastaría que un 10% de los viajeros del transporte público se cambiasen al coche para colapsar totalmente una ciudad. Además, varios estudios comienzan a vincular la contaminación del aire a una mayor propagación y letalidad del Covid19.
De cara a la desescalada, nuestros ayuntamientos tienen la responsabilidad de garantizar un espacio público seguro y suficiente para evitar un repunte en los contagios y, no menos grave, frenar los atascos y la contaminación derivados del incremento en el uso del automóvil cuando se recupere la actividad. Y si conseguimos mantener estos nuevos modelos urbanos, estaremos ayudando a reducir las emisiones contaminantes y, por tanto, luchar contra los efectos del cambio climático y prevenir nuevos problemas de salud.
Comentarios
Acuerdo con todo. Me perece muy buena idea para aplicar inmediatamente, quitar carriles a los coches mediante vallas de hormigo.