Redefinir la seguridad
El gasto militar global está en aumento. Es la principal conclusión de las últimas cifras publicadas hoy por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Los gobiernos de todo el mundo gastaron 1,9 billones de dólares en 2019 para estar preparados para la guerra, un aumento del 3.6% respecto al año anterior. Ya está confirmado que los costes en 2020 aumentarán aún más, porque las grandes potencias como EE. UU. y Reino Unido han aumentado sus presupuestos y gastos militares.
¿Te hace esto sentir seguridad?
Si los últimos meses nos han enseñado algo es que la seguridad no se puede lograr a través del potencial militar. Nuestra actual pandemia de COVID-19 ha provocado la reclusión simultánea de millones de personas en todo el mundo. Las personas que tenemos la suerte de tener refugios adecuados permanecemos dentro, aisladas y preocupadas por nuestros seres queridos. Observamos con horror cómo los sistemas de salud en todo el mundo están llegando a los límites de su capacidad y cómo el valiente personal en primera línea trabaja bajo mucha presión.
Si hoy tuvieras que elegir entre una pistola y un respirador para salvar su vida, ¿cuál elegirías?
A lo largo de la historia, la seguridad se ha equiparado con el potencial militar, lo que nos lleva a creer que son necesarios gastos militares masivos para nuestro bienestar. Esta es una mentira peligrosa difundida y sostenida por la industria armamentística para justificar gastos desproporcionados y ganancias muy lucrativas.
Un avión de combate frente a más de 3.000 camas en UCIs
La realidad es que el gasto militar desaforado se realiza a expensas de la salud y de otros servicios cruciales para la gente. Los políticos de todo el mundo han estado ignorando las advertencias de pandemia. Durante años, han ido recortando los gastos relacionados con sanidad y mientras iban aumentando los presupuestos en defensa. Por ejemplo, en EE.UU, el presupuesto del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) es solo el 1.5% del presupuesto del Pentágono. Son 11 mil millones de dólares para el CDC frente a 738 mil millones que se lleva el Pentágono. Desde 2018, la administración Trump ha estado recortando el presupuesto en sanidad y aumentando el militar.
Y en un momento en que las comunidades de todo el mundo están luchando con la falta de camas de unidades de cuidados intensivos (UCI), respiradores e incluso mascarillas, piensa en las siguientes cifras:
- Un solo avión de combate F-35 cuesta 89 millones de dólares, con lo que se podrían pagar 3.244 camas de UCI. Una hora de vuelo de un F-35 es equivalente al salario anual de una enfermera en un país de la OCDE. El Reino Unido ha informado de la compra de 138 aviones F-35 y EE.UU de 1.763.
- Una única fragata de la clase FREMM cuesta 936 millones de dólares. Esto es equivalente a los salarios anuales de 10.662 médicos en un país de la OCDE. Las fragatas de la clase FREMM están en servicio en Italia y Francia. EE.UU. estaría negociando la compra de estas fragatas por un valor de más de 1.000 millones de dólares.
- Un tanque Leopard 2 cuesta 11 millones de dólares, lo que podría pagar 440 respiradores. El precio de una carga del tanque (3.200 dólares) podría pagar 90 pruebas de COVID.
- El presupuesto anual de armas nucleares en todo el mundo es 10 veces superior al presupuesto de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) juntas.
Esto es una locura, pero también es la realidad actual. Lo que realmente necesitamos en este momento son menos armas, aviones, tanques y portaaviones, y mucho más personal sanitario, ambulancias y hospitales.
Durante generaciones hemos estado atrapados en la mentalidad de combatir las amenazas externas a través de medios militares. Nos hemos estado preparando para guerras pasadas y enemigos imaginarios. Esto ya no se sostiene. La pandemia también nos ha dado un anticipo de las conmociones que están por venir a medida que nuestra crisis climática siga desarrollándose. Un nuevo informe del IPS demuestra cómo el militarismo alimenta la crisis climática y viceversa. Debemos cambiar, según el informe, de una cultura de guerra a una cultura del cuidado.
La actual pandemia ha expuesto y sacudido nuestro concepto de seguridad. 2021 debe ser el año en que el gasto militar comience a caer a proporciones más realistas y se desvíe hacia lo esencial, como brindar atención médica universal, combatir la pobreza y proteger el medio ambiente. Por primera vez en décadas, existe una posibilidad real de conseguirlo.
La crisis de la COVID ha puesto en evidencia lo mal preparados que estamos para enfrentar amenazas reales. En lo que respecta a la inminente crisis económica mundial, los gobiernos tendrán que elegir cuidadosamente cuáles son sus prioridades, ya que la sociedad civil se está volviendo más abierta al exigir a los gobiernos que trabajen por la seguridad real. En Estados Unidos, por ejemplo, Greenpeace se ha unido a más de 60 organizaciones que exigen que ningún dinero de respuesta a la crisis de la COVID-19 vaya al Pentágono.
¿Qué puedes hacer tú? Mostrar oposición a un gasto militar excesivo y necesidad de una asignación mejor y más inteligente de los presupuestos nacionales para la ciudadanía y el planeta. En Greenpeace creemos que necesitamos dejar de invertir dinero en nuestro complejo industrial-militar y dedicarlo para asegurar un futuro más verde y en paz.
¿A qué dedicamos este dinero? La Campaña Global sobre Gasto Militar (GGOMS) invita a las personas a compartir sus sugerencias en Twitter con el hashtag #movethemoney.
Además, puedes apoyar al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en su llamada a un alto el fuego mundial o mostrar tu apoyo y solidaridad para la campaña #Doves4Peace, utilizando su filtro en su perfil de redes sociales. Es hora de que comencemos a redefinir cuál es nuestra idea de seguridad.
Post por Jen Maman, asesora senior en temas de paz en Greenpeace International, traducido por Sara del Río
Comentarios
El lado PEACE de la Organización.
¿No sería más productivo y eficaz, como se ha podido comprobar en esta pandemia, que ese dinero vaya destinado a Investigación científica y Salud Pública?
Quizás la Madre Tierra y la Humanidad entera salgan más beneficiadas, no?
ESPERO QUE ASÍ SEA
PERO VI EN ALGUNAS NOTICIAS QUE PESE AL COVI 19 ALGUNOS PAISES SIGUEN EN CONFLICTO,LAMENTABLE.