Una declaración verde del cine español en Seminci
Durante estos últimos dos días hemos estado participando en una jornada sobre cine y cambio climático en el contexto de la 63ª edición de la Seminci, la semana internacional del cine de Valladolid. Representantes del mundo del cine, de la comunidad científica y organizaciones ecologistas hemos estado debatiendo y analizando la forma en que el mundo del cine puede contribuir a combatir el cambio climático. Este espacio creado por la organización del festival es sumamente importante si tenemos en cuenta la urgencia de pasar a la acción para afrontar uno de los mayores retos planetarios, junto a la pérdida acelerada de biodiversidad, al que se enfrenta la humanidad.
Hemos dedicado muchas horas a abordar este auténtico reto y he comprobado el alto grado de receptividad, interés y conocimiento que las profesionales y profesionales del cine, presentes en el Festival de Cine de Valladolid, y que han participado en estas jornadas, han mostrado en relación a la imperiosa urgencia de solucionar el problema del cambio climático.
Tras conversar y escuchar y los argumentos y propuestas planteadas, su respuesta ha sido esperanzadora ya que como agentes del cambio cultural y social, son conscientes del importante rol que pueden y deben desempeñar y se comprometen a analizar de qué forma pueden luchar por esta causa a través de su trabajo con el fin de abordar soluciones al cambio climático, y así contribuir a salvaguardar la humanidad y la naturaleza amenazadas.
Conscientes de que el cine también contamina y contribuye al cambio climático, se comprometen a tomar iniciativas para avanzar hacia formas de rodaje más respetuosas con el medio ambiente. Un paso realmente positivo y esperanzador que esperamos se extienda de forma rápida por todo el sector audiovisual. De hecho han puesto en circulación durante el festival de cine un manifiesto en el que instan al Gobierno e instituciones a que se unan a esta propuesta y tomen medidas urgentes para apoyar proyectos que garanticen y potencien la introducción de criterios de sostenibilidad y respeto al medio ambiente en futuras producciones.
También han instado a las televisiones a que incluyan en su programas, películas, documentales y series que, de manera transversal, aborden la protección del medio ambiente.
Todo esto en el primer año de la Espiga Verde, un galardón que reconoce a la película que mejor refleje los valores medioambientales. El jurado, del que formaba parte una compañera de Greenpeace, ha premiado la película Aga, del búlgaro Milko Lazarov, la historia de una pareja de ancianos y su forma de vida tradicional en la que se vislumbran algunos de los grandes problemas ambientales del Planeta. También ha otorgado una mención especial a Youth unstoppable, la emocionante película de la directora canadiense Slater Jewell-Kemke.
Comentarios
Siempre suelo decir en mi argumentario "catastrofista" que muchas películas de ciencia ficción sobre el futuro del planeta se quedarán cortas desgraciadamente, pero si las películas empiezan a mostrar otro futuro y las heroinas son científicas,biólogas, ingenieras, doctoras,activistas , limpiadoras, presidentas...y con la influencia brutal que tiene el cine y la TV, seguro que al planeta le queda una oportunidad. MUY BUEN TRABAJO MARIO Y STAFF