Preguntas y respuestas sobre la Antártida


1. ¿No está la Antártida ya protegida?

La masa de tierra de la Antártida está protegida, pero el océano que la rodea no lo está. El Tratado Antártico de 1961 prohibió toda actividad militar y estableció el entorno terrestre para la investigación científica. Después, en la década de 1980, Greenpeace pidió que esta protección se fortaleciera frente a las amenazas de las industrias del petróleo y la minería y aseguró un nuevo acuerdo. Pero, por el momento, el océano Antártico no está protegido de la misma manera; es por eso que necesitamos un Santuario Antártico.

2. ¿Por qué hablamos solo de la Antártida en vez de hablar de todos los océanos o del Ártico?

Greenpeace es parte de una coalición global de ONG y científicos que piden a los gobiernos que protejan al menos el 30% de los océanos del mundo para el 2030. A pesar de los compromisos mundiales de proteger el 10% de los océanos para 2020, que no se han cumplido, actualmente solo el 3% está protegido. La Antártida es el lugar obvio para comenzar, porque ya existe un convenio internacional para la protección de todo su océano. Ya hay una propuesta sobre la mesa para la protección del océano para el mar de Weddell y Greenpeace quiere asegurarse de que esto ocurra. Si esto es así, supondría un fuerte impulso para la protección de muchas otras áreas de altamar mientras la ONU negocia un Tratado de los Océanos, por el que Greenpeace lleva más de diez años luchando. Un viaje hacia la protección de la mitad del planeta que comienza en la Antártida.

La gobernanza en el Ártico es compleja y, si logramos que Naciones Unidas blinde las aguas internacionales, siguiendo el ejemplo de la Antártida, lograremos que se impulse aún más el Santuario Ártico, a pesar de los bloqueos constantes de gobiernos como el de Rusia, Noruega o Estados Unidos. Una victoria en la Antártida nos prepara para una victoria hacia el Tratado Internacional de los Océanos.

3. ¿Qué son los santuarios marinos?

Los santuarios marinos (también conocidos como reservas marinas) son áreas que están protegidas contra el impacto humano directo: actividades como la pesca, la extracción de petróleo, la minería de aguas profundas y otras industrias extractivas quedan prohibidas.

4. ¿Por qué importan los santuarios marinos?

Muchas especies marinas están sufriendo los impactos del cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. Los santuarios marinos proporcionan alivio para las especies y los ecosistemas para recuperarse. Y no se trata solo de proteger majestuosas ballenas azules y colonias de pingüinos, los beneficios son globales: los océanos sanos desempeñan un papel esencial en la absorción de dióxido de carbono y nos ayudan a evitar los peores efectos del cambio climático. Los santuarios no solo protegen la biodiversidad, también brindan seguridad alimentaria a miles de millones de personas que dependen de los mares. Nuestro destino y el destino de nuestros océanos están íntimamente conectados. Los líderes mundiales no deberían permitir que un océano casi sin perturbaciones se convierta en un territorio industrializado.

5. ¿Qué zona englobaría el santuario del Océano Antártico?

El Santuario cubriría un área del mar de Weddell, que se extiende desde el sudeste de América del Sur y se encuentra al lado de la Península Antártica, y sería cinco veces el tamaño de Alemania, el país que ha propuesto su creación a la comisión que se reúne el próximo mes de octubre. El mar de Weddell, descubierto en 1823, es una de del total de nueve regiones que la planificación ha dispuesto para dividir el océano Antártico. Se estima que el mar de Weddell alberga unas 14.000 especies.

6. ¿Qué gobiernos son los responsables de la gestión en la Antártida?

En un periodo de la historia en que la confianza en la fortaleza de la gobernanza internacional es baja, la Antártida es un raro ejemplo que demuestra que el internacionalismo y la gobernanza global funcionan y que las naciones pueden unirse en torno a la protección de grandes áreas del océano común. La Antártida se rige por una serie de acuerdos internacionales conocidos colectivamente como el sistema del Tratado Antártico que regulan las relaciones internacionales con respecto a esta zona del planeta. Los otros acuerdos son la Convención para la Conservación de las Focas, la Convención para Conservación de los Recursos Vivos Marinos y el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (también conocido como Protocolo de Madrid, ya que fue firmado en España en 1991). El Tratado Antártico entró oficialmente en vigor en 1961 y los doce firmantes originales del Tratado fueron Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética, pero dejó la puerta abierta a cualquier miembro de la Organización de las Naciones Unidas o a otro estado invitado por la totalidad de los signatarios consultivos. Desde su firma, el número de signatarios ha aumentado hasta un total de 53 en 2017, pero solo 29 de ellos posee la categoría de “miembros consultivos”, que les otorga plenos derechos decisorios. Los restantes 24 son considerados «miembros adherentes», por lo que no gozan de derecho a voto Los doce países firmantes estuvieron muy activos en el continente, estableciendo bases desde los años 50. España se unió en 1982 y es miembro consultivo. Además reclama territorialmente varias islas y ejerce la jurisdicción en la Base Antártica Española Juan Carlos I y en la Gabriel de Castilla.

7. ¿Sería esta realmente el área protegida más grande de la Tierra?

¡Sí, lo será! Con 1,8 millones de kilómetros cuadrados superará la superficie de la zona protegida más grande del planeta hasta ahora, en el mar de Ross, creado en 2016 por la Comisión del océano Antártico. Esto supuso un gran paso adelante para el océano y la vida silvestre de la Antártida. Pero debemos aprovechar este impulso para continuar. Es vital que este año hagamos historia y consigamos la creación de este Santuario del océano Antártico, para que esto sirva como un trampolín para continuar protegiendo el 30% de los océanos del mundo para 2030, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

8. A menudo se habla del kril como una de las razones para proteger el océano Antártico, ¿qué es el kril y por qué es tan importante?

Aunque muy pequeño (del tamaño de un dedo meñique), el kril es esencial para la vida en la Antártida. De hecho, asegura la supervivencia de los animales más grandes del planeta, las ballenas azules, junto con la mayoría de la fauna de la Antártida, que se alimentan de esta criatura rosada. El krill se reúne en grandes bancos que a menudo pueden tener kilómetros de ancho, con miles de crustáceos por cada metro cúbico. Algunos de estos bancos rosados de kril se pueden ver incluso desde el espacio.

9. ¿Ayuda realmente el kril a detener el cambio climático?

Un océano sano es una de las mejores defensas contra el cambio climático. Existen evidencias de que el kril puede ayudar a capturar carbono, uno de los principales responsables del cambio climático en la atmósfera. El kril se acumula en enormes bancos y solo aquellos individuos cercanos a la superficie pueden alimentarse. Una vez que están llenos, se hunden en el banco y otros toman su lugar. Normalmente cuando están en el fondo del banco es cuando excretan y esas heces ricas en carbono son como pellets fecales que luego se hunden en el fondo del océano. Este es un proceso llamado “hundimiento por saturación” y ayuda a reciclar el carbono, capturándolo de la superficie (donde puede volver fácilmente al aire) y enviándolo a las profundidades del océano donde permanece. Un estudio reciente del British Antarctic Survey muestra que el kril podría capturar y almacenar hasta 23 millones de toneladas de carbono cada año, ¡el equivalente a todas las emisiones residenciales de gases de efecto invernadero en el Reino Unido!

10. En definitiva, ¿por qué es tan importante proteger el océano Antártico?

Entre otras muchas razones, el océano Antártico es uno de los pocos espacios donde el ser humano todavía no ha llegado, es una de las zonas más prístinas del planeta. Proteger el océano antártico es proteger un patrimonio que nos pertenece a todos y todas.

Este océano, de momento, queda relativamente aislado de la explotación industrial, pero cada vez está más acosado por la pesca de kril. Es necesario aplicar un principio de precaución antes de que sea demasiado tarde. Es muy significativo que los países con mayor concentración de flota pesquera de esta especie estén ya manifestándose en contra de la regulación de la pesquería y de la protección de esta zona.

El mar de Weddell, nuestro Santuario Antártico, es -junto con las islas Orcadas y Georgia del Sur-, la zona donde más se está pescando el kril, que es la base alimentaria esencial para el funcionamiento del ecosistema antártico. Esta zona es el hogar de majestuosos pingüinos emperador y grandes ballenas. Proteger el mar de Weddell significa proteger algo que no ha sido contaminado aún, un espacio seguro para la biodiversidad que pueda hacer frente a los impactos del cambio climático.