Activistas de Greenpeace abordan un gigantesco buque de minería submarina mientras los gobiernos deciden esta semana el futuro del suelo marino
- La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos está reunida estos días en Jamaica para decidir si se autoriza la minería submarina en el fondo marino en los próximos dos años
- De aprobarse por primera vez la explotación comercial de la minería submarina, se podría causar un daño irreversible al ecosistema más grande de la Tierra, acabando con mucha especies y empeorando la crisis climática
- Existe una creciente oposición a la minería en aguas profundas y el propio Parlamento Europeo instaba este año a la Comisión y a los Estados miembros a promover una moratoria contra esta actividad
Mientras las naciones de todo el mundo se reúnen para discutir si permiten que se lleve a cabo la minería en aguas profundas, activistas de Greenpeace han escalado un gigantesco barco de minería submarina, de 228 metros de eslora, en el puerto holandés de Rotterdam, que está preparándose para realizar prospecciones mineras el próximo año, con el fin de denunciar su devastador riesgo ambiental.
Veinte activistas de Greenpeace Holanda, Alemania y Suiza han escalado esta mañana la embarcación, paradójicamente llamada Hidden Gem (la gema oculta), para desplegar una pancarta con el mensaje «No a la minería en aguas profundas«. El enorme barco de perforación, de propiedad suiza y más largo que dos campos de fútbol, está en el puerto para ser reformado y podría convertirse en el primer barco del mundo en ser clasificado como buque de minería submarina por el American Bureau of Shipping. [1] El trabajo se está llevando a cabo en asociación con la firma canadiense The Metals Company (antes DeepGreen), que planea ya pruebas en el mar en 2022.
“Esta monstruosa máquina está construida con fines de lucro, nada más. Sabemos más sobre la superficie de la luna que sobre el fondo marino y todavía estamos descubriendo nuevas especies en las profundidades del océano, pero estas empresas solo ven símbolos de dólares allí abajo. Si no actuamos ahora, corremos el riesgo de ceder el destino del ecosistema más grande de la Tierra a un puñado de empresas cuyo único interés es el dinero. Necesitamos detener la minería en aguas profundas antes de que comience a explotarse comercialmente”, ha declarado Samuel Gosschalk, activista de Greenpeace desde Rotterdam.
Esta semana, gobiernos de todo el mundo están reunidos en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) en Jamaica, para discutir si se autoriza la minería submarina en el fondo marino en los próximos dos años. El Estado insular del Pacífico, Nauru, inició esta actividad, en junio de 2021, respaldada por la industria. Concretamente respaldada por The Metals company, que sorprendió en las reuniones de la ISA hablando en nombre del gobierno de Nauru [2].
Existe una creciente oposición a la minería en aguas profundas por parte de gobiernos, comunidades y empresas. De hecho, en España, tanto los parlamentos de Canarias como el de Galicia han aprobado solicitar al Gobierno de España una moratoria a la minería submarina para proteger el monte submarino Tropic. También el Parlamento Europeo, en resolución de 9 de junio de 2021, instó a la Comisión Europea y a los Estados miembros a promover una moratoria sobre minería submarina. Cabe recordar que la ISA nunca ha rechazado una solicitud de licencia y exige una tarifa de 500.000 dólares por cada una.
Ecologistas y científicos/as advierten que permitir que comience la minería en aguas profundas sería catastrófico para los ecosistemas del fondo marino y la salud del océano, incluidas posibles extinciones de especies y alteraciones en el sistema del almacenamiento de carbono, lo que agravaría la crisis climática.
“Si la minería submarina puede causar un daño severo e irreversible al ecosistema más grande de la Tierra, ¿por qué los gobiernos van a dejar que comience esta actividad, solo porque algunas empresas lo están presionando? Dependemos del océano. Hay mucho en juego. Necesitamos evitar que se inicie la minería en aguas profundas y necesitamos un Tratado Global de los Océanos que ponga grandes extensiones del océano fuera de los límites de la actividad humana dañina «, ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace España.
Se han vendido ya 1,5 millones de kilómetros cuadrados de los océanos del mundo, un área cuatro veces el tamaño de Alemania, para abrir una nueva frontera de extracción industrial porque “el llamado regulador”, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, está dominado por intereses corporativos y gobiernos, como Bélgica, Alemania y Reino Unido, que, aunque afirman preocuparse por la protección de los océanos, patrocinan esta peligrosa industria.
Greenpeace señala que las últimas pruebas y maniobras de minería submarina en el océano Pacífico resultaron en la pérdida de control de una máquina minera de 25 toneladas, dejándola varada en el lecho marino antes de que se pudiera montar una operación de recuperación. [3]
————————————————–
Notas
[2] En junio de 2021, la pequeña isla del Pacífico Nauru, en colaboración con una subsidiaria de propiedad total de la empresa canadiense, The Metals Company, utilizó un procedimiento controvertido dentro de la ISA llamado la ‘regla de los 2 años’ para notificar a los gobiernos que se comenzará a desarrollar la minería de aguas profundas a gran escala en dos años, con cualquier regla vigente en ese momento. Este desencadenante ha sido criticado por los gobiernos de África, América Latina y el Caribe debido a importantes cuestiones pendientes de negociación, desde la equidad hasta los riesgos ambientales, cuando la COVID-19 aún impide que los delegados participen plenamente en las discusiones. Los gobiernos reunidos en la ISA esta semana discuten la ‘hoja de ruta‘ propuesta por el Secretario General de la ISA que hace que completar estas reglas para julio de 2023 sea el ‘enfoque principal’ de esta reunión de la ISA, a pesar del supuesto mandato del regulador y las obligaciones legales de los gobiernos de proteger los océanos. El momento de este desencadenante coincidió con la fusión de The Metals Company y su posterior cotización en NASDAQ, lo que confirma las afirmaciones de la compañía de que podrá comenzar la minería en aguas profundas y producir ingresos para 2024. The Metals Company se enfrenta a un déficit de 200 millones de dólares y ahora está involucrada en múltiples casos legales.