'Alcarràs' gana el premio Lurra de Greenpeace en el Festival de San Sebastián
- La actriz mexicana Cecilia Suárez entregó ayer, miércoles 21 de septiembre, el premio a la productora María Zamora
- El jurado ha destacado la película por su sensibilidad a la hora de retratar la pérdida de un modelo de explotación respetuosa con la naturaleza
Por octavo año consecutivo, Greenpeace ha entregado, en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, su premio Lurra (tierra, en euskera). En esta edición, el galardón ha sido para la película Alcarràs. La actriz mexicana Cecilia Suárez (La casa de las flores) ha entregado a la productora María Zamora el galardón que premia cada año a la película que mejor refleja los valores medioambientales y de paz, señas de identidad de la organización.
El jurado ha premiado a Alcarràs por su sensibilidad en el retrato de un modelo que discrimina el respeto por la naturaleza y la necesidad de cambio hacia otras maneras más sostenibles de trabajar el campo como la que ejemplifica la familia protagonista. El jurado considera que el modelo extractivista se corresponde con una hegemonía patriarcal que debe dar paso a otro que empodere a la ciudadanía. También se ha valorado en la película la maestría para huir del sentimentalismo y apelar a la dignidad y la resiliencia.
El jurado -compuesto por el productor Álvaro Longoria (Campeones, En los márgenes); el periodista Nando Salvá (El Periódico de Catalunya); el actor y escritor Carlos Bardem; la actriz mexicana Cecilia Suárez (La casa de las flores) y la responsable del área Marca y Alianzas Estratégicas en Greenpeace, Cristina Castro- ha decidido que Alcarràs se alzara con el premio. “Alcarràs’ visibiliza cómo el sector de la distribución de alimentos expulsa al pequeño negocio familiar por una rebaja en los precios, que no alcanzan muchas veces a cubrir los costes de producción. El dominio del mercado global en el sector alimentario expulsa a las pequeñas explotaciones impidiendo iniciativas de producción alimentaria adaptadas a un medio local”, ha señalado el jurado.
La necesidad de políticas que apoyen modelos ecológicos de producción es un aspecto que sobresale en esta película a través de la familia protagonista, que quiere seguir trabajando la tierra y ve cómo el beneficio a toda costa se impone, marginando y desprotegiendo a gente que quiere seguir vinculada a la tierra para trabajarla de manera sostenible. Recordando así la urgencia de un cambio de sistema que ponga la vida en el centro.
La película competía junto con la producción española El agua, de Elena López Riera, y Secaderos, de Rocío Mesa.
El premio Lurra ha sido diseñado por la artista Marina Anaya.