Mañana, 22 de marzo, Día Mundial del Agua
ALERTA: España está en “sequía meteorológica” y casi la mitad de sus aguas subterráneas, las reservas del futuro, están en mal estado
- El Gobierno reconoce que un 40% de las masas de agua superficial y un 45% de las subterráneas no se encuentran en buen estado
- Según la AEMET, se han registrado este invierno una reducción de lluvias del 55% y el agua embalsada apenas alcanza el 44%
- El último informe del IPCC anuncia, para nuestro país, menos lluvias y más evaporación de agua por aumento del calor en las próximas décadas
- Urge una transición hidrológica justa, que supere la política de satisfacción permanente de la demanda y que plantee estrategias de adaptación al cambio climático
- El incremento exponencial de la ganadería industrial en España, que conlleva un aumento de las presiones sobre los recursos hídricos: por un lado, una mayor demanda de agua para dar de beber a los más de 900 millones de animales sacrificados en 2021 y para la producción de los piensos y forrajes que los alimentan y, por otro lado, una ingente producción de excrementos que genera contaminación por nitratos tanto del agua superficial como de los acuíferos. Esto supone un problema grave que ha obligado a la Comisión Europea a llevar a nuestro país ante el Tribunal de Justicia de la UE.
- La falta de un control suficiente por parte de las administraciones del más de un millón de pozos ilegales que se reparten por toda nuestra geografía. A través de ellos se estima que se está extrayendo anualmente el equivalente al consumo de agua de 118 millones de personas. Esto supone esquilmar nuestras reservas estratégicas de agua —que ya se encuentran en un estado grave de sobreexplotación y contaminación— y asumir una situación de permanente incumplimiento de la legalidad.
- La emergencia climática aumenta y agrava riesgos como las olas de calor, las sequías o los incendios forestales que, a su vez, empeoran los procesos erosivos y de desertificación. Precisamente, hoy conmemoramos el Día Internacional de los Bosques y es necesario también recordar la importancia del binomio agua-bosques. La falta de una gestión forestal adecuada genera afecciones en los caudales que aportan las cuencas de cabecera, tanto en el flujo medio anual de los principales ríos españoles como en la infiltración de agua, que es esencial para la recarga de los acuíferos.
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- Superar la política hidráulica tradicional, centrada en la ejecución de grandes obras, y abordar una verdadera transición hidrológica que responda al actual contexto de cambio climático.
- Luchar contra el grave estado de sobreexplotación y contaminación que sufren nuestras aguas y prestar especial atención a las aguas subterráneas, al ser reservas estratégicas y aún muy desconocidas.
- Reducir nuestra vulnerabilidad al riesgo de sequía, aminorando la cantidad total de agua consumida, fundamentalmente por el regadío al ser éste el mayor consumidor (80% del total).
- Incluir a la ciudadanía en la gestión del recurso agua y de los riesgos hídricos, a través de procesos participativos reales y asambleas ciudadanas.
- Implantar regímenes de caudales ecológicos científicamente establecidos.
- Cerrar el más de un millón de pozos ilegales repartidos por toda la geografía española.
- Orientar las políticas agrícolas y ganaderas hacia la sostenibilidad y la reducción del consumo de agua, a través de una transición hidrológica justa.
- Establecer una hoja de ruta para potenciar la agricultura ecológica y reducir la cabaña ganadera en intensivo en un 50% para 2030.
- Adaptar las políticas forestales a las necesidades del país más árido de Europa.
- Aumentar el presupuesto destinado a la gestión forestal —que debe centrarse en la planificación y protección de los recursos hídricos— para avanzar en la adaptación de los bosques mediterráneos al cambio climático y, por tanto, en la protección de suelo y agua (gestión ecohidrológica).