Día mundial del Medioambiente: El descontrol del agua (datos y casos ‘sangrantes’)

04-06-2024

  • No es solo falta de lluvia. En España hay agua escasa, contaminada y mal gestionada y doce millones de personas viven ya en zonas con restricciones
  • Greenpeace señala, en este día, cinco casos flagrantes de mala gestión del agua: desde la desaparición de los humedales, hasta la contaminación por nitratos y arsénico o la sobreexplotación del recurso para el turismo
  • Ejemplo del despropósito: en plena crisis hídrica, los campos de golf que hay en España consumen el mismo agua que 23 millones de personas

5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medioambiente. Naciones Unidas ha querido dedicarlo este año a la lucha contra la desertificación, la restauración de tierras y la sequía y Greenpeace no puede estar más de acuerdo en poner el foco de este día en el problema del agua que, cada vez, será más grave y prioritario.

Existe la falsa percepción de que la desertificación y la sequía en España son sólo causadas por la falta de lluvia, pero también son consecuencia de la mala gestión del agua, poniendo en riesgo multitud de ecosistemas y la salud de las personas. En España, casi 12 millones de personas viven en regiones con algún tipo de restricción en el uso del agua, bien por escasez o contaminación o porque se priorizan otros usos. Eso está generando dotaciones limitadas, prohibiciones de riego, baldeos… y todo ello, a pesar de las últimas lluvias.

La contaminación del agua está causada principalmente por los nitratos, pero también por la presencia de pesticidas, arsénico o por la salinización por intrusión marina. Según los datos del Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC), en 2022 – último dato disponible – 171 municipios se han quedado sin agua de consumo por tener una concentración de nitratos por encima de 50 mg/l (Real Decreto 140/2003 que establece los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano). Más de un millón de personas viven ya en “puntos críticos”, zonas que superan los 30 mg/l de manera continuada y, por lo tanto, con implicaciones para su salud.

El modelo agrícola y ganadero se ha vuelto intensivo e industrial, contribuyendo a la degradación de la tierra, la contaminación y la disminución de la productividad agrícola. La desertificación conlleva la pérdida de suelo fértil, lo que afecta la capacidad de producción de alimentos y la sostenibilidad de la agricultura. La pérdida media anual de suelo agrícola por erosión en España está en torno a las 30 toneladas por hectárea. Esto indica que el campo español está entrando en un estado de alta erosión que deteriora la calidad del suelo, lo que podría conducir a una disminución de la productividad agrícola y a la necesidad de importar más alimentos, con claro impacto en la economía. Ejemplo de descontrol y de sobreexplotación es el número de pozos ilegales del país. Greenpeace estima que superan el millón, de los que todos los años se extrae “ilegalmente y sin control alguno”, el consumo equivalente a abastecer a una población de más de 118 millones de personas.

Mención específica requiere el capítulo del regadío. Sólo los regadíos legales superan en España los 3,9 millones de hectáreas (y se calcula que, al menos, habría un 15% más de regadíos ilegales). Según Greenpeace, el 16,23 % de estos regadíos están en áreas ya tensionadas (con acuíferos en mal estado cuantitativo y/o cualitativo, con elevados niveles de nitratos o en lugares donde ya se ha producido una evolución climática hacia condiciones más áridas), lo que supone que habría que recortar casi 633.000 hectáreas regadas, priorizando regadíos ilegales, intensivos e industriales.

Otro factor importante que agrava la desertificación es la urbanización excesiva y el turismo masivo, que aumentan el desarrollo de infraestructuras, modifican el uso del suelo y el consumo de bienes y recursos como el agua, contribuyendo también a la pérdida de suelo fértil y a la degradación del territorio.

CINCO EJEMPLOS ‘SANGRANTES’ DE LA PÉSIMA GESTIÓN DEL AGUA EN ESPAÑA

En este Día del Medioambiente, Greenpeace quiere poner foco en cinco puntos que, lamentablemente, sólo son ejemplos de prácticas peligrosas y extendidas:

        1.- Contaminación y sobreexplotación (ejemplo Castilla y León)

          2.- Parques Nacionales en vías de extinción (ejemplo Castilla La Mancha)

          3.- Municipios sin agua por sequía (ejemplo Cataluña)

          4.- Turismo insostenible (ejemplo Andalucía)

          5.- Humedales desapareciendo (ejemplo Galicia)

1.- Contaminación y sobreexplotación (Castilla y León)

El acuífero de los Arenales tiene una extensión superior a los 7.700 km2 y es una de las mayores reservas de agua del país, actualmente contaminada por arsénico, fundamentalmente por el empleo de fertilizantes y la sobreexplotación para satisfacer el regadío intensivo de la zona. El problema es tan grave que decenas de municipios deben ser abastecidos con agua a través de camiones cisterna o por derivaciones de agua desde otros lugares, no pudiendo usar el agua del grifo ni para la ducha.

@PedroArmestreGreenpeace. Potabilizadora en Santovenia (Zamora) dando servicio puntual por alto porcentaje de nitratos

2.- Parques nacionales en vías de extinción (Castilla la Mancha)

Según el Gobierno, “Parque Nacional es un espacio natural de alto valor, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, merece su conservación una atención preferente”. En la realidad no existe esa atención preferente. Un caso paradigmático es el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. A pesar de contar con la máxima figura de protección ambiental, está “prácticamente desaparecido”, siendo un humedal artificial alimentado por bombeo. La situación de Daimiel apunta el camino que llevan otros espacios, también supuestamente protegidos, como Doñana.

@AlejandroDelgadoGreenpeace. El humedal de las Tablas de Daimiel secándose (imagen del 30 mayo 2024)

3.- Municipios sin agua por sequía (Cataluña)

A pesar de las lluvias de mayo, diversos municipios en el Alt Empordà (Gerona) siguen en Emergencia II. Las restricciones incluyen disminuir los litros por persona y día disponibles, incluidas actividades económicas y comerciales. El riego de jardines privados está prohibido, mientras los públicos se pueden regar únicamente para la supervivencia de los árboles con aguas regeneradas o freáticas. Es sólo el principio de lo que podría ir en aumento debido al cambio climático, que dejará menos precipitación en la zona mediterránea.

@PedroArmestreGreenpeace. Río Fluviá seco en La Vall d’en Bas (Gerona) Mayo 2024

4.- Turismo insostenible (Andalucía)

El pasado año 2023, visitaron España 85 millones de turistas extranjeros. El consumo diario de agua del turismo duplica el gasto que hace la población local. A este gasto se suman algunas instalaciones, muy dirigidas al sector, como los campos de golf. Hay casi 500 en el país, más de 100 en Andalucía, una de las regiones con más problemas de agua. Los riegos para mantenerlos emplean unos 310 hm3/año, el equivalente al agua consumida por una población de 23.327.067,669 personas/año (133 litros/persona/día). Destacan casos como el de Málaga, que cuenta con campos de golf, unas 70.000 piscinas y apuesta por cultivos de gran demanda de agua como los aguacates.

@PedroArmestreGreenpeace. Campo de golf en Coín (Málaga), provincia con sobreexplotación turística y, a la vez, falta de agua

5.- Humedales desapareciendo (Galicia)

Los humedales son los espacios naturales más amenazados. La laguna de Antela (Orense), con más de 3.500 hectáreas de superficie, constituía la joya del humedal de A Limia, que se acercaba a las 8.000 hectáreas y, hasta 1958, era uno de los mayores humedales de la península. A la desecación y canalización de los cursos fluviales, especialmente por la implantación de cultivos intensivos, las concentraciones parcelarias, la deforestación y la minería a cielo abierto para la extracción de áridos, se ha unido, en los últimos 20 años, el desarrollo de la ganadería industrial.

@ManoelSantosGreenpeace En es este prado estuvo, hace décadas, la desaparecida Laguna de Antela

España ha entrado en emergencia hídrica y las administraciones no se están tomando suficientemente en serio el problema. Todo lo contrario, siguen con un modelo de gestión basado en aumentar el consumo de agua. Greenpeace lleva años denunciando las malas prácticas y advirtiendo del colapso. Urge actuar porque tenemos agua escasa, contaminada y mal gestionada”, ha declarado Julio Barea responsable de aguas de Greenpeace.

En resumen, la desertificación, la sequía y la consiguiente pérdida de biodiversidad en España no solo representa una amenaza para el medioambiente y la salud de las personas, sino que también tiene repercusiones directas en la economía del país. Especialmente en sectores clave como la agricultura y el turismo. Es fundamental abordar de manera urgente esta problemática para preservar la sostenibilidad económica y ambiental de España.


¡ Comparte !