El enfoque en la militarización de la UE ignora otros peligros

21-03-2025

Los líderes europeos avanzan con una rapidez inédita en las medidas para financiar la expansión militar, al tiempo que generan más inseguridad al desmantelar la protección ambiental y los servicios públicos y son reacios a gravar a los ultrarricos para proteger a la población de otros peligros, advierte Greenpeace ante la cumbre de la UE que se celebrará este jueves y viernes.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen en Bruselas para debatir el aumento del gasto militar, la guerra en Ucrania y nuevas fuentes de ingresos para el bloque. Sin embargo, hasta ahora se han mostrado reticentes a poner fin a la importación de gas y combustible nuclear de la Rusia de Vladimir Putin y los Estados Unidos de Trump. Greenpeace pide un impuesto sobre la riqueza extrema y sobre los beneficios de las empresas que venden combustibles fósiles y armas: Estos recursos son necesarios para financiar la transición hacia energías renovables y una agricultura sostenible, con el fin de proteger a las personas vulnerables y restaurar la naturaleza, medidas que harían de Europa un lugar más seguro para vivir. Así lo solicitó Greenpeace España por carta al presidente, Pedro Sanchez para que el Gobierno español lidere la creación de nuevos impuestos europeos más justos y que refuercen un presupuesto para 2028-2034 con foco puesto en el bienestar y en una transición ecológica justa que contribuya a una autonomía estratégica sin vasallajes. 

Thomas Gelin, responsable de la campaña de clima y energía de Greenpeace en la UE, afirmó: “Los líderes de la UE están movilizando enormes sumas de dinero para tanques y armas, mientras cierran el grifo a otros gastos públicos, e ignoran por completo la urgencia de proteger a la población europea del colapso ecológico, la crisis climática y la pobreza. La gente común sufre inundaciones y sequías, y la dependencia de la UE de los combustibles fósiles importados, incluidos los de Rusia y EE.UU., sigue elevando los precios de la energía y las facturas de los hogares. Mientras tanto, los multimillonarios aumentan sus fortunas, las empresas petroleras y gasísticas obtienen beneficios récord, y la industria armamentística se prepara para hacer caja. Es hora de aplicar un impuesto a la riqueza extrema y a los beneficios de las empresas de combustibles fósiles y armas, para que la UE pueda financiar el tipo de seguridad que las balas y las bombas no pueden proporcionar”.


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