Extremadura va despidiéndose de sus dehesas con cerdos, la mitad ya son de macrogranjas

14-10-2021

  • La organización medioambiental Greenpeace ha publicado el informe “Macrogranjas, veneno para la España rural”, que analiza la evolución de la ganadería en los últimos años y sus efectos medioambientales
  • En Extremadura la mayoría de los cerdos ya no son ibéricos: el 51 % es de producción industrial
  • El 91% de los municipios extremeños en los que aumenta la cabaña de porcino tiene lugar una pérdida de población

14 de octubre de 2021.- En el marco de la Semana de Acción contra la Ganadería Industrial que se celebra estos días, la organización medioambiental Greenpeace España ha lanzado su nuevo informe Macrogranjas, veneno para la España rural. Efectos ambientales de la ganadería industrial”, en el que desvela la expansión descontrolada de la ganadería industrial en España y su enorme impacto ambiental.

Entre las principales conclusiones del informe destacan los más de 910 millones de animales sacrificados en 2020 en España o que en el período de 2016-2020 la producción de carne aumentó un 16,2 %, alcanzando un total de 7,5 millones de toneladas en 2020. La producción de alimentos de origen animal derivada de esta inmensa cabaña ganadera está teniendo efectos nefastos para el medio ambiente, algo que el análisis de Greenpeace deja claro.

En Extremadura, la mayoría de las explotaciones ganaderas son aún extensivas, característico del paisaje extremeño, pero destaca, sin embargo, la preponderancia del sistema intensivo exclusivamente en el sector porcino. En los últimos seis años (2015-2020), ha tenido lugar un mayor incremento del censo ganadero porcino y también del bovino en el sistema intensivo con respecto al extensivo. El 51% de los cerdos son ya de producción industrial y en el sector bovino en los últimos seis años el número de animales en intensivo ha crecido un 37 %, pero sigue predominando la ganadería extensiva.

Pero esta apuesta por el porcino industrial es un claro ejemplo de que la ganadería industrial es una falsa solución al despoblamiento rural.  En el 51,2% de los municipios extremeños ha aumentado la cabaña ganadera porcina en el periodo 2015-2020 (173 de 338 municipios), y en el 90,8% de éstos (157 municipios) tiene lugar una pérdida de población.

“La imagen de los cerdos comiendo bellotas en las dehesas de Extremadura podría desaparecer si no se actúa rápido. La ganadería industrial de porcino ha puesto el ojo en esta aún casi olvidada región y las macrogranjas avanzan a marchas forzadas. El 51 % de la producción de cerdos es ya industrial”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.

Este lunes la Comisión Europea publicó su informe de seguimiento de la Directiva de Nitratos y ha vuelto a insistir en la gravedad de la situación y a remarcar que es necesario “hacer más contra la contaminación por nitratos”, ya que en la última década se ha avanzado muy poco. La Comisión señala claramente a la ganadería como la principal responsable de esta contaminación, ya que “es responsable del 81 % de la aportación del nitrógeno agrícola a los sistemas acuáticos”. En el informe se vuelve a llamar la atención de España, incluyéndonos entre el grupo de países que se enfrentan a los mayores desafíos para afrontar este problema. Según este informe, España tiene “un problema sistémico para gestionar la contaminación por nutrientes procedentes de la agricultura” y debe “adoptar con urgencia medidas adicionales para alcanzar los objetivos de la Directiva”.

Demandas de Greenpeace

La organización ha incluído en su informe las siguientes demandas para poner fin a la ganadería industrial y sus consecuencias ambientales:

  • Poner en marcha una moratoria estatal y/o moratorias regionales a la ganadería industrial de al menos cinco años: ni explotaciones nuevas ni ampliaciones de las existentes
  • Reducir gradualmente la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50 % menos en 2030
  • Adopción de una nueva regulación de nitratos que permita reducir al menos un 50 % las emisiones de nitrógeno para 2027, teniendo como referencia el año 1996
  • Establecer una carga ganadera máxima de 1,5 UGM (unidades de ganado mayor) por hectárea a nivel provincial
  • Establecimiento de un impuesto en origen a las emisiones contaminantes de la ganadería industrial (gases de efecto invernadero, nitrógeno, amoniaco…)
  • Prohibir la publicidad de productos alimentarios insostenibles, tal como los provenientes de la ganadería industrial, e insanos como las carnes procesadas y rojas

“El avance demencial de las macrogranjas en España está provocando consecuencias que se tardará décadas en revertir. El informe que ha presentado hoy Greenpeace muestra que actuar ya y poner en marcha medidas urgentes que frenen en seco la ganadería industrial y reduzcan el número de animales en intensivo no es una opción, es una necesidad de vital importancia que tendría efectos muy beneficiosos para el clima, la biodiversidad, el agua, el bienestar animal y la vida en los pueblos”, ha concluido Ferreirim. 

Mañana, 15 de octubre, tendrán lugar movilizaciones regionales contra la ganadería industrial en al menos 50 localidades de España. Ninguna en Extremadura, pero para Greenpeace “la población aún no se ha dado cuenta de lo que le viene encima, pero debería activarse con urgencia contra la ganadería industrial para evitar consecuencias realmente negativas en su territorio”.


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