Gaza: Declaración de Greenpeace
Greenpeace insta a que tanto el Gobierno israelí como Hamás acepten inequívocamente apoyar y acatar en su totalidad la resolución de alto el fuego del Consejo de Seguridad de la ONU (2735) y que declaren un alto el fuego inmediato y permanente.
Greenpeace pide que se silencien las balas y las bombas para que puedan oírse las crecientes voces en favor de la paz.
Han transcurrido más de 250 días desde los terribles sucesos del 7 de octubre en los que fueron asesinados más de 1.200 israelíes en un solo día a manos de Hamás. Alrededor de 250 personas fueron tomadas como rehenes y 120 de ellas todavía permanecen en Gaza.
Desde aquel día, el horror se ha multiplicado exponencialmente. 37.000 palestinos y palestinas han sido asesinados por las fuerzas israelíes. La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se han visto obligados a abandonar sus hogares. Gran parte de Gaza ha quedado reducida a escombros, el hambre y las enfermedades están a la orden del día, no hay lugar seguro ni nadie a salvo. Se deben restablecer la cordura y la humanidad ante el genocidio que está teniendo lugar.
Desde octubre, Greenpeace ha apoyado las peticiones de un alto el fuego inmediato y permanente. Greenpeace pide a Hamás que libere inmediatamente a todos los rehenes. Greenpeace pide al Gobierno israelí que ponga fin inmediatamente a los bloqueos del suministro de alimentos, agua, medicinas y combustible a la población de Gaza y que libere a todos los civiles detenidos ilegalmente.
La violencia nunca es la respuesta, sólo trae más violencia. Además de la necesidad urgente de poner fin al sufrimiento de toda la población civil y a la devastación ecológica, todas las partes deben reanudar las negociaciones encaminadas a lograr una paz duradera basada en la seguridad, la justicia y la igualdad de derechos para todos. El derecho internacional debe respetarse.
La Corte Internacional de Justicia ha advertido de que las acciones del Gobierno israelí podrían constituir un genocidio y ha pedido que se ponga fin inmediato al asalto a Rafah. Por su lado, la Comisión Independiente de Investigación para el Territorio Palestino Ocupado, incluido Jerusalén Este, e Israel de la ONU ha concluido que las autoridades israelíes son responsables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. La Comisión también concluye que Hamás ha cometido crímenes de guerra.
Greenpeace pide un embargo mundial de todas las ventas y transferencias de armas que puedan ser utilizadas para aumentar aún más el número de crímenes de guerra a los que deberán responder todas las partes una vez finalizada esta guerra y este conflicto.
Greenpeace reconoce las profundas raíces históricas que deben discutirse y negociarse si se quiere lograr una paz justa y permanente. Greenpeace pide el fin de la ocupación ilegal de Palestina y apoya firmemente la aspiración de la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del pasado 10 de junio (Resolución 2735) de que “Israel y Palestina convivan en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, de conformidad con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”.