Greenpeace analiza los primeros 100 días de Gobierno de la Comunidad de Madrid y de los municipios más grandes y les pone un suspenso
- La ONG critica que el Ayuntamiento de Madrid sigue sin apostar por una verdadera transformación de la ciudad y que dedica 900 millones de euros al vehículo privado
- También apela a la responsabilidad de los nuevos Gobiernos municipales y al de la Comunidad para que pongan en el centro el bienestar de las personas y el cuidado del planeta
Greenpeace ha analizado las medidas tomadas en materias de transporte y adaptación al cambio climático en el medio urbano por parte de la Comunidad de Madrid y varios ayuntamientos de sus municipios más grandes tras las elecciones del pasado 28 de mayo. Para esa fecha la organización presentó una serie de propuestas dirigidas a los partidos que se presentaban a las elecciones, centradas en impulsar la sostenibilidad y proteger a la ciudadanía de la emergencia climática. Ahora, 100 días después, la organización critica que no se han tenido en cuenta por parte de los actuales gobiernos y que la línea que se está siguiendo dista con creces de lo esperado ante una situación de emergencia climática.
Pese a la presión explícita de la crisis climática, como el récord de temperatura media mundial que vivimos el pasado mes de septiembre, las administraciones públicas siguen sin hacer una verdadera apuesta por la transformación de nuestras ciudades para que transiten hacia un modelo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, con espacios seguros para la convivencia. Para la ONG buen ejemplo de ello es el Ayuntamiento de Madrid, que en su opinión sigue sin apostar por una verdadera transformación de la ciudad tras la aprobación en el año 2022 del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), donde más del 50% de la inversión, casi 900 millones de euros, está dedicada al vehículo privado.
En esa línea el Ayuntamiento continuará con el proyecto de construcción de un macroparking junto al estadio Santiago Bernabéu. Propuestas como un Abono Único de Transporte, el aumento de inversión en la red de transporte público y el desarrollo de redes de carriles bici, junto a restricciones al uso de vehículos privados, siguen sin ser prioritarias para los nuevos Equipos de Gobierno municipal y de la Comunidad de Madrid.
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) tampoco están cumpliendo sus objetivos iniciales y las pocas que se están implementando lo están haciendo con restricciones muy laxas que no supondrán una reducción sustancial de gases contaminantes, como por ejemplo la ZBE de Plaza Elíptica en Madrid o la futura ZBE de Leganés. En otras localidades, como Getafe o Fuenlabrada, los plazos no se cumplen y no se esperan que puedan estar aprobadas antes de finalizar este año, tal y como exige el Real Decreto que regula las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
“Nuestro planeta está enfermo y la urgencia del desafío que tenemos delante requiere estar a la altura. Debemos superar la noción de cambios cosméticos, incrementales o de segundo nivel. Necesitamos un cambio revolucionario en nuestra forma de pensar y de actuar y la buena noticia es que eso supondrá una enorme oportunidad de progreso y bienestar para la gran mayoría de las personas de la sociedad madrileña”, ha apuntado Carlos Antón, voluntario de Greenpeace, en Madrid.
La concepción de la ciudad como un espacio en el que las personas puedan vivir es parte crucial para atenuar el impacto del cambio climático en nuestras vidas. Mientras la comunidad científica consensúa nuevas escalas para medir el aumento de temperatura y la gravedad de los fenómenos meteorológicos las ciudades siguen siendo espacios cada vez más hostiles para las personas. La construcción de refugios climáticos pasan a ser proyectos prioritarios en las ciudades. Buen ejemplo de ello son los nuevos proyectos de refugios climáticos que está desarrollando el Ayuntamiento de Getafe, que si bien deben ser el inicio de un proyecto mucho más ambicioso, marca el camino que deben recorrer el resto de ciudades.
La contraparte la pone de nuevo el Ayuntamiento de Madrid con el nuevo diseño diseño de la Puerta del Sol, sin espacios verdes o de sombra, que lo único que hace es potenciar el llamado “efecto isla de calor”, y que sitúa Madrid como la ciudad del mundo con el mayor aumento de temperatura por esta causa.
Para Greenpeace la Comunidad de Madrid, junto al Ayuntamiento de la capital, parecen no tener en cuenta ninguna de estas circunstancias y continúan con el proyecto de ampliación de la Línea 11 de metro en el que se van a talar cientos de árboles con el único objetivo de no perjudicar la circulación de vehículos durante las obras. Y de esta forma se vuelve a poner como prioritaria la circulación de vehículos privados por delante de la salud de las personas.
Por ello desde Greenpeace apelan a la responsabilidad de los nuevos Gobiernos municipales y al Gobierno de la Comunidad de Madrid para que ponga en el centro el bienestar de las personas y el cuidado del planeta. La ciencia nos dice que esta década es crucial para actuar contra la crisis climática y que los cuatro próximos años serán decisivos para poner en marcha las mejores propuestas, estrechar la colaboración de las instituciones e implicar decisivamente a la ciudadanía.