Greenpeace anima a la ciudadanía a convertir la manifestación del próximo domingo en Compostela en un clamor social en defensa de los océanos

18-01-2024

  • La organización ecologista pide una participación masiva en la movilización convocada el 21 de diciembre a las 12:00h en la capital gallega por el sector productivo, las organizaciones ecologistas y otras entidades sociales
  • El vertido de pellets plásticos del Toconao y la crisis en el sector marisquero tradicional son las dos principales razones por las que se produce la convocatoria, bajo el lema “Na defensa do noso mar” 
  • Greenpeace quiere llamar la atención sobre la crisis ecosistémica de los océanos, azotados por el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y nuevas amenazas como la minería submarina

 

Santiago de Compostela, 18 de enero de 2024.- Bajo el lema “En defensa de nuestro mar” cerca de un centenar de organizaciones, entre colectivos del mar, plataformas y organizaciones de defensa ambiental y entidades socio-culturales, han convocado una manifestación el próximo domingo 21 de enero a las 12:00 horas, con salida de la alameda Compostelana y llegada a la Praza do Obradoiro. 

La movilización quiere dar respuesta a la deficiente gestión del vertido de millones de pellets en la costa gallega y llamar a la vez la atención sobre la ruina que sufre el sector marisquero tradicional. Greenpeace, una de las entidades convocantes, hace un llamamiento a la participación masiva de la ciudadanía en la misma y pide que esta se convierta en un reclamo unánime en defensa de nuestros mares y océanos, azotados por una crisis múltiple en la que el cambio climático, la contaminación, la sobrepesca, la pérdida y destrucción de hábitats y nuevas amenazas como la minería submarina están llevando a los ecosistemas marinos a una situación límite.

Las organizaciones convocantes acusan a la Xunta de Galicia y a la administración del Estado de haber actuado de forma tardía, descoordinada y con poca transparencia en la marea de pellets plásticos que ha llegado a las costas en el último mes, y reclaman más medios para mitigar el desastre y mejores normativas para que no vuelva a ocurrir. Greenpeace también llama la atención sobre la necesidad de que la activación de los planes de contingencia por contaminación marina accidental sea realizada por comités técnico-científicos, dejando así de depender de decisiones políticas como las que frenaron la necesaria respuesta rápida en este caso.

No es de recibo que tenga que ser de nuevo la sociedad civil la que salga en primera instancia a las playas a recoger parte del vertido. Aún nos tienen que explicar por qué el Camgal se activó casi un mes después del vertido, o por qué la Xunta no publicó protocolos de recogida de pellets hasta el día 10, cuando ya muchos voluntarios y voluntarias estaban limpiando la costa sin conocer siquiera la composición del plástico. Hay que hacerlo mucho mejor”, ha manifestado Manoel Santos, coordinador de Greenpeace en Galicia.

El marisqueo tradicional en peligro

La llegada masiva de materiales plásticos se ha unido a la enorme crisis que sufre el sector marisquero tradicional en la última década, con descensos de la producción de hasta el 80 % y 90 % en muchas especies de interés comercial con respecto a las medias de los últimos 20 años, especialmente almejas y berberechos. De esta manera, identifican la llegada de millones de pellets a la costa como un indicador más del maltrato al que se está sometiendo a los océanos y por extensión al sector productivo

A los efectos del cambio climático, con eventos climatológicos extremos, subida de la temperatura del mar y acidificación de las aguas, se une un problema casi endémico de contaminación de las rías gallegas por vertidos industriales, agroganaderos y urbanos, así como la descoordinación en el vaciado de los embalses, afectando gravemente a parte de los mejores bancos marisqueros del continente. Es por ello que el sector reclama a la Consellería do Mar un plan urgente de actuación desde hace años.

Los océanos en crisis

Para Greenpeace, el vertido del Toconao o la crisis productiva de las rías gallegas son una muestra de la grave situación que atraviesan los mares del mundo. Cada año se vierten hasta 12 millones de toneladas de plástico a los océanos. Aunque el 80 % procede de actividades en tierra, también se pierden anualmente hasta 640.000 toneladas de redes de pesca, las conocidas como “redes fantasma”, que siguen atrapando especies marinas durante décadas. Además, la pesca industrial está llevando a los océanos a una situación crítica en la que el 35 % de los recursos pesqueros mundiales están sobreexplotados, con algunas especies clave, como tiburones y rayas, en dramático declive. Tan solo un 3 % de los océanos están protegidos pese a las numerosas amenazas a las que se enfrentan.

Solo un 3 % de los océanos están protegidos pese a las numerosas amenazas a las que se llevan enfrentando durante décadas. Tras la aprobación del Tratado Global de los Océanos ahora tenemos que conseguir que al menos 60 países lo ratifiquen para que pueda ser legalmente vinculante y declarar los primeros santuarios oceánicos en aguas internacionales”. Pero no todo son buenas noticias, ahora existe una nueva amenaza, la minería submarina, que están intentando poner en marcha para seguir esquilmando nuestros océanos. “Quieren bajar unas máquinas del tamaño de una ballena azul a más de 4.000 metros de profundidad para sacar metales como cobalto, manganeso o níquel. Una práctica que no sólo agravaría la crisis climática en la que nos encontramos, sino que dañaría a los ecosistemas marinos y al sector pesquero, generando daños irreversibles”, ha manifestado Marta Martín-Borregón, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace.


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