Greenpeace arroja 20 kilos de abejas muertas frente al Ministerio de Agricultura para exigir su protección

24-04-2018

  • La organización solicita al Gobierno español que el viernes vote en Bruselas la prohibición de tres insecticidas neonicotinoides peligrosos para las abejas
  • España apoyó en 2013 la prohibición parcial de los neonicotinoides, pero todavía no ha hecho pública su posición de cara a la votación de la UE
  • La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria confirmó el pasado mes de febrero la peligrosidad para las abejas de estos tres insecticidas
  • En Europa, el 37% de las poblaciones de abejas está en declive
Activistas de Greenpeace dejan 20 kilos de abejas muertas en la puerta del Ministerio de Agricultura para protestar contra el uso de productos químicos que acaban con su vida

Greenpeace / Pablo Blázquez

Greenpeace ha arrojado esta mañana 20 kilos de abejas muertas envenenadas por el uso de insecticidas en España en la puerta del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Con esta acción, la organización ecologista pretende llamar la atención de la ministra Tejerina para que vote a favor de las propuestas de la Comisión Europea de ampliar las restricciones a tres insecticidas neonicotinoides (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam) en la votación que tendrá lugar en Bruselas el próximo viernes 27 de abril. En 2013 el Gobierno español ya apoyó la prohibición parcial de estos insecticidas, pero en esta ocasión todavía no ha hecho pública su posición.

Varios activistas de la organización se situaron junto a una lona blanca, donde estaban esparcidas casi 300.000 abejas muertas, portando pancartas donde se podía leer “Tejerina, este viernes ¡salva las abejas!”, “#SOS Abejas” y “Save the Bees”.

“Las abejas siguen muriéndose debido al uso de plaguicidas en la agricultura industrial y el Gobierno español no está haciendo nada para parar esta barbaridad”, ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. “Si aún existía alguna duda sobre el tema, la principal autoridad europea en seguridad alimentaria la despejó el pasado mes de febrero: los insecticidas neonicotinoides son peligrosos para las abejas. Ha llegado el momento de prohibirlos.”

Lamentablemente, y pese a la abrumadora evidencia científica y las conclusiones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) -máxima referencia para el Gobierno español en este asunto, según ha declarado públicamente en varias ocasiones-, fuentes del Ministerio aseguran que aún no se ha definido la posición de España. Ferreirim señala que “por las conversaciones que hemos mantenido con representantes ministeriales, tenemos la sensación de que el Gobierno podría hacer caso omiso a la ciencia. Esperamos que no sea así”.  

Ayer, más de 110 entidades nacionales e internacionales (entre ellas, de varios países de la Unión Europea), enviaron una carta abierta a la ministra Tejerina para solicitarle el respaldo del Gobierno español a las propuestas de la Comisión Europea.

Las abejas, vitales para el equilibrio del planeta

La importancia de las abejas y otros polinizadores es incuestionable. Son vitales para el equilibrio ecológico del planeta y nuestra propia alimentación. Cerca del 90% de las plantas con flor y el 75% de los principales cultivos a nivel mundial dependen en mayor o menor medida de los polinizadores. Además, los insectos están en la base de la cadena alimenticia y de ellos dependen muchas otras especies. Sin embargo, pese a su importancia, las abejas y otros polinizadores están desapareciendo. En Europa, el 37% de las poblaciones de abejas está en declive, según datos de la Coalición para la Conservación de los Polinizadores, a la que pertenece España desde 2016.

“El próximo viernes, el Gobierno español tiene la oportunidad de demostrar que ser parte de la Coalición para la Conservación de los Polinizadores no es un gesto vacío. La ministra Tejerina debe decidir si quiere salvar a las abejas o dejar que sigan muriendo. España debe votar sí a la prohibición de los neonicotinoides”, ha concluido Ferreirim.

Aunque no hay un único factor responsable del declive de las abejas y otros polinizadores, eliminar aquellos plaguicidas que suponen un peligro directo para estas especies supone un paso crucial, realizable en el corto plazo y efectivo para proteger el papel vital que desempeñan en los ecosistemas.

En España, casi 470.000 personas han apoyado la petición de Greenpeace para que el Gobierno español se comprometa finalmente en la protección de las abejas y de la agricultura, apoyando la prohibición total de los neonicotinoides y demás plaguicidas peligrosos para estos animales, desarrolle un plan de acción para protegerlos y apoye de forma decidida la agricultura ecológica.


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