¡Greenpeace celebra una victoria histórica! Tras años de campaña, España recupera el sistema de retorno de botellas
- El Gobierno pondrá en marcha un sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) que podría recuperar hasta el 90 % de estos residuos frente al 40 % actual
- Greenpeace llevaba casi quince años reclamando este sistema y denunciando las mentiras y la mala gestión de Ecoembes, responsable hasta ahora del tratamiento de estos residuos
- El sistema, que empezará a implementarse en los próximos meses, ya funciona con éxito en 50 países y regiones de todo el mundo
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha dado hoy un paso importante en la batalla contra la contaminación por plástico, al denunciar el incumplimiento actual de la tasa de recuperación de botellas de bebidas de plástico de un solo uso de hasta 3 litros, fijado en el 70%. Se abre así la puerta al establecimiento obligatorio del sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para estos envases domésticos de un solo uso, una medida que Greenpeace, entre otras organizaciones, lleva demandando desde hace más de una década.
“¡Lo conseguimos! Hoy es un día de celebración para Greenpeace después de una larga y ardua batalla. Como hemos denunciado reiteradamente, Ecoembes lleva años mintiendo sobre la gestión que realizan, generando unos daños ambientales irreversibles. Poder “devolver el casco” otra vez es, sin duda, una buena noticia para nuestro maltrecho medioambiente”, celebra el responsable de la campaña de plástico de Greenpeace, Julio Barea.
De momento, la medida aplica sólo a las bebidas, pero es que todos los días se venden en España 51 millones de envases de bebidas (botellas, latas y briks), de los que solo se recuperan, para poder ser reciclados, 20 millones. El resto termina contaminando el medio ambiente, arrojados a vertederos, quemados o directamente en campos, ríos, playas y mares. Con un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) se podrían recuperar más del 90 % de estos residuos, frente a menos del 40 % actual.
El sistema SDDR se basa en vender aguas, cervezas, zumos y refrescos, que son los productos que más consumimos fuera del hogar, con una pequeña cantidad económica extra (10 ó 20 céntimos, por ejemplo) que la persona recupera íntegramente al retornar latas, botellas o briks a la tienda para su correcta reutilización o reciclaje. Esta es una práctica que en España se conoce como ‘devolver el casco’, ya que era de uso habitual hasta los años 80, y funciona con éxito en 50 países y regiones de todo el mundo (16 países ya en Europa).
Diez puntos para entender el SDDR:
- Es complementario: Volver a vender las bebidas con depósito es complementario con el sistema de contenedores actual o cualquier otra opción más eficiente como el ‘puerta a puerta’.
- No tiene ningún coste para la Administración estatal o autonómica.
- El Gobierno legisla y son las marcas de bebidas y los supermercados los que deben gestionarlo, asumiendo al 100% su responsabilidad como productores y no traspasándola a las personas contribuyentes.
- Genera ahorro para los municipios: Se reduce tanto el volumen de basura municipal, un 20 %, como la necesidad de limpieza de espacios públicos al no haber latas, botellas o briks abandonados.
- Las personas lo quieren: las encuestas dicen que más del 85 % de la ciudadanía está a favor de su puesta en marcha
- Los precios no suben. No es un impuesto. No tiene IVA. Es un depósito que se deja y se recupera.
- Se reducen un 50 % las emisiones asociadas a la gestión de los residuos de envases de bebidas, en especial las de metano, que son incluso más relevantes para el cambio climático.
- La devolución de los envases puede ser manual o automática, a través de máquinas de retorno. Son las tiendas y los supermercados quienes lo deciden.
- El comercio cobra una cantidad económica por cada envase recuperado para recompensar su trabajo.
- El sistema se financia a través de tres vías: los depósitos no reclamados, la venta del material de los envases y la aportación legal que deben hacer los envasadores.
“Que el plástico y los microplásticos son un gravísimo problema es ya bien conocido y era urgente ponerle freno en nuestro país. Por eso, desde Greenpeace sólo podemos felicitarnos por esta victoria, que consideramos en buena parte nuestra y de los colectivos que lo hemos batallado durante años. Ahora estaremos vigilantes para que el nuevo sistema funcione y sirva para proteger a la ciudadanía y al medio natural de la avalancha plástica”, concluye la directora de Greenpeace, Eva Saldaña.