Greenpeace considera el anteproyecto de ley del clima de Galicia insuficiente para afrontar la emergencia climática

27-07-2023

  • La organización ecologista ha presentado alegaciones al anteproyecto de Ley y valora que el texto es excesivamente simplista y vacío de contenido

  • Para la ONG la ley debería establecer objetivos concretos, vinculantes y con rango de ley de reducción de gases de efecto invernadero en todos los sectores y en etapas intermedias, no sólo para 2050

  • Echan en falta el establecimiento de una hoja de ruta clara, cuantificable y calendarizada, de abandono de los combustibles fósiles, tanto en el caso del petróleo, como del gas fósil y del carbón

Acabado el plazo de presentación de alegaciones al anteproyecto de Ley del Clima de Galicia, Greenpeace ha remitido a la Vicepresidencia Segunda e Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda su valoración, que incluye la solicitud de numerosos cambios encaminados a combatir de forma efectiva la emergencia climática. La organización considera el texto sometido al trámite de audiencia totalmente insuficiente para la lucha contra el cambio climático, al no incluir objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero acordes a lo que la ciencia pide y al no avanzar lo suficiente en mitigación y adaptación. De igual manera, carece de objetivos energéticos y no supone un avance en la transición justa o en cuestiones como la fiscalidad verde. En definitiva, aunque hay algún avance, como la inclusión de la perspectiva climática en las políticas públicas, el anteproyecto carece de medidas claras y atrevidas, y tampoco propone plazos concretos más allá de alcanzar el cero neto en emisiones en 2050, algo muy poco ambicioso.

Teniendo en cuenta la actual situación de emergencia climática, en la que cada día se superan las temperaturas medias históricas en muchos puntos del planeta y aumentan los eventos climáticos extremos, esta ley era muy esperada, pero Greenpeace considera que no cumple con las expectativas, pues debería perseguir el objetivo primario de alcanzar el cero neto en emisiones no en 2050, sino como tarde en 2040, algo más acorde con la ciencia. Además, el texto debería incluir objetivos intermedios, para que estos no queden expuestos a cambios dependiendo de las diferentes coyunturas sociopolíticas y frustren el objetivo de la descarbonización.

En sus alegaciones, la organización ecologista apunta a que debe ser aspiración de la ley el impulso de una transición acelerada hacia un modelo energético 100% renovable, inteligente, eficiente, justo y en manos de la gente, que garantice la equidad de género, incluyendo cuestiones como una mejor planificación en el desarrollo renovable, y especialmente objetivos de autoconsumo y creación de comunidades energéticas, palabras que no aparecen ni una sola vez en todo el texto. Además, debería evitar remitirse a los objetivos establecidos en la normativa estatal y europea de aplicación, que son manifiestamente insuficientes y que Galicia está en disposición de superar ampliamente. 

Para la ONG el anteproyecto deja muchas dudas también en lo referente a los instrumentos de planificación. Sólo establece un instrumento de planificación energética, careciendo de concreción en las herramientas necesarias para la planificación en cuestiones vitales como la movilidad y el urbanismo, que únicamente menciona de forma genérica. Otras planificaciones necesarias las obvia totalmente, como la necesaria en materia de agricultura, ganadería y pesca, turismo, procesos industriales, consumo, etc, sectores en los que por regla general y salvo excepciones las emisiones han aumentado desde 1990.

“En general el anteproyecto de ley es excesivamente simplista y bastante vacío de contenido. Poco útil para reforzar los humildes objetivos climáticos de la Xunta. Ni siquiera  establece unos mínimos objetivos sectoriales con rango de ley, más allá de que después se concreten de forma más detallada en las diferentes estrategias, planes y agendas, que no siempre ocurre. Aún estamos a tiempo de que el texto incluya medidas mucho más ambiciosas y alineadas con la ciencia”, ha apuntado Manoel Santos, coordinador de Greenpeace en Galicia.

Para Greenpeace es grave que no se establezca en el texto una ruta clara, cuantificable y calendarizada de abandono de los combustibles fósiles y también debería dejar claro el abandono de subvenciones y ayudas a la industria fósil, empezando con la renuncia de la Xunta de Galicia a su participación económica en Reganosa. De igual manera, se echa en falta la obligatoriedad de poner en marcha un plan autonómico complementario al estatal para que la transición energética de las comarcas con cierres ordenados-planificados de instalaciones industriales vinculadas a los combustibles fósiles (refinería, regasificadora y centrales térmicas de carbón y gas) a otra 100% renovable sea justa para todas las personas y comarcas y para la biodiversidad.

Otro aspecto muy criticado por la organización son las grandes deficiencias en la educación ambiental y la participación pública en materia de adaptación y mitigación del cambio climático, cuya presencia es testimonial y que debería tomar forma de asambleas ciudadanas por el clima. 

La ONG considera que el texto debería dar rango de ley al menos a estos objetivos:

  • Fijar el año 2040 para que Galicia consiga la situación de emisiones netas cero
  • Reducir como mínimo un 55% las emisiones para 2030, aunque se podría llegar a más
  • Alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable para 2030, potenciando la energía renovable distribuida y comunitaria y democratizando el sistema energético para acabar con el control oligopólico sobre el mismo
  • Alcanzar en el año 2040 un sistema energético de origen renovable al 100%
  • Reducir la demanda de energía al menos en un 40% sobre los niveles de 2007 para 2030
  • Abandonar la quema de gas fósil para la generación eléctrica en 2030 y en todos los usos en 2035
  • Prohibir la venta de los automóviles diésel, de gasolina y de GNC (Gas Natural Comprimido) nuevos en 2025 y de los híbridos para 2028
  • Reducir al menos un 42% las emisiones del sector agrícola en 2030 respecto a 1990
  • Fomentar la agricultura ecológica hasta alcanzar un 30% de la superficie agrícola utilizada para 2030
  • Alcanzar un 30% de superficie protegida, tanto en tierra como en el mar, para 2030

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