Valoración de Greenpeace sobre el nuevo Plan Estratégico de Endesa

Greenpeace considera un triunfo de la lucha contra el cambio climático que Endesa haya accedido a fijar la fecha de cierre de sus térmicas de carbón

28-11-2019

  • El Gobierno debe aprovechar la COP25 para anunciar un plan de cierre de todas las centrales térmicas de carbón para 2025
  • Endesa, desafortunadamente, todavía invierte demasiado en energías sucias frenando así la transición energética

En el día en que la Eurocámara ha declarado la emergencia climática, Greenpeace valora como un éxito de la lucha contra el cambio climático que el plan estratégico 2020-2022 de Endesa, que acaba de ser actualizado, fije la fecha de cierre de todas sus centrales térmicas de carbón en la península para 2022. La organización ecologista había pedido insistentemente, tanto en sus informes como en sus intervenciones en la Junta de accionistas de la eléctrica, así como en reiteradas acciones de denuncia, que la empresa estableciera la fecha del fin del carbón no más tarde de 2025.

Nos decían que no querían fijar una fecha poniendo todo tipo de excusas, porque en realidad querían dejar la puerta abierta a seguir quemando carbón. Ahora los hechos han demostrado que Greenpeace tenía razón: el carbón es inviable ambiental y económicamente y fijar una fecha temprana de cierre es la mejor señal de ello”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.

Con la celebración de la COP25 en Madrid, Greenpeace considera que el Gobierno español tiene una oportunidad excelente para alinearse con el resto de países europeos que ya tienen un plan de cierre del carbón con fecha determinada y anunciar que España no permitirá que el carbón se siga utilizando para generar electricidad a partir de 2025 como muy tarde.

Ahora que las tres grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Naturgy) han adelantado el cierre de todo su parque de carbón, no debe ser difícil para el Gobierno español exigir a las otras dos eléctricas importantes (Viesgo y EDP) que hagan lo mismo con sus centrales restantes: Los Barrios (Cádiz), Aboño y Soto de Ribera (Asturias).

Respecto a Endesa, Greenpeace recuerda que produce aproximadamente la mitad de la electricidad nuclear en España. A primeros de año, Endesa y el Gobierno español llegaron a un acuerdo para abandonar definitivamente la energía nuclear entre 2028 y 2035, pero esto implica inversiones de la compañía, y extender la vida útil de las plantas de 4 a 12 años más allá de su vida operativa esperada.

Que Endesa siga invirtiendo en viejos reactores nucleares contribuye a aumentar el volumen de residuos radiactivos peligrosos y contaminantes para el planeta y dificulta la transición a más energía renovable en España y Europa. Por todo ello la organización ecologista pide su cierre a medida que vayan expirando sus licencias de explotación, empezando por Almaraz (Cáceres) el próximo año y concluyendo con Trillo (Guadalajara) en 2024.

Tanto para las nucleares como para las térmicas, los planes de cierre deben incluir medidas concretas para una transición justa, sin perder de vista la perspectiva de género, que aseguren que todas las comarcas afectadas tengan alternativas viables de desarrollo sostenible.


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