Greenpeace critica a la Generalitat por subvencionar vuelos no rentables en plena emergencia climática

13-09-2022

  • Un informe elaborado por Greenpeace denuncia las subvenciones realizadas a través de la sociedad pública Aeroports Públics de Catalunya SLU para mantener vuelos en el aeropuerto de Lleida-Alguaire
  • Estas ayudas se suman a las ya recibidas por Ryanair para operar en Reus y Girona, vuelos que no serían rentables sin inyecciones de dinero público
  • La ONG exige al Govern que deje de subvencionar el avión -el modo de transporte más contaminante- y dedique estos recursos a promover un modelo de movilidad que no incremente las emisiones de CO₂

Barcelona, 13 de septiembre de 2022.– La Generalitat de Catalunya ha ofrecido subvenciones para vuelos no rentables en Lleida-Alguaire por un importe de 3,2 millones de euros hasta 2023. Es una de las conclusiones que Greenpeace ha sacado a la luz en su última investigación, titulada “Chanchullos en el aire: Análisis de las subvenciones de ayuntamientos y comunidades al sector aéreo”, en la que denuncian las ayudas que diversas administraciones han dado a las aerolíneas para mantener vuelos deficitarios.

La investigación destaca el caso del aeropuerto ilerdense, el primero que gestiona directamente la Generalitat. Inaugurado en 2010, Lleida-Alguaire se ha convertido en un símbolo de la burbuja de los aeropuertos, pues nunca ha alcanzado las cifras de demanda que se esperaban. A través de la sociedad pública Aeroports Públics de Catalunya SLU, la Generalitat ofrece desde 2021 “ayudas para el relanzamiento de rutas aéreas” con un máximo de 800.000 € por aerolínea, una política que parece responder más a una necesidad de diferenciación y promoción política que a un proyecto real.

Estas ayudas se ofrecen tras la polémica por las subvenciones que la aerolínea Ryanair ha recibido durante años para operar en Girona y Reus. Desde 2012 la Unión Europea ha investigado los acuerdos entre Ryanair y la Generalitat. En su documento, Greenpeace critica la opacidad de la administración para acceder a los contratos de estas ayudas, utilizadas por las aerolíneas para mantener unos vuelos que nunca serían rentables sin estas inyecciones adicionales de dinero público.

Según Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace, “a pesar de haber declarado la emergencia climática, la Generalitat sigue financiando una actividad nociva para el medioambiente, como es la aviaciónUnas ayudas que bajo la apariencia de contratos de promoción, tienen como finalidad real que las aerolíneas mantengan de forma artificial unos vuelos innecesarios. Por ello demandamos al Gobierno de Pere Aragonès que detenga este tipo de ayudas y dedique estos recursos a promover un modelo turístico compatible con la protección del clima y el entorno.”

Esta demanda para dejar de subvencionar vuelos coincide también con la reactivación del debate sobre la polémica ampliación de El Prat, bloqueada el año pasado tras las protestas de colectivos sociales y ambientales. En opinión de Greenpeace, resulta contradictorio declarar formalmente la emergencia climática mientras se sigue promoviendo el aumento del tráfico aéreo. Por este motivo la organización ecologista pide abandonar cualquier debate sobre ampliaciones y analizar cuántos vuelos pueden reemplazarse por viajes en tren, una de las medidas más inmediatas para frenar las emisiones de la aviación.

El avión es el medio de transporte más contaminante por persona

A través de su campaña de movilidad, Greenpeace llama la atención sobre el impacto del sector aéreo en las emisiones de CO₂ y denuncia que en plena emergencia climática las administraciones sigan promoviendo los viajes en avión a pesar de ser el transporte más contaminante por persona transportada. Como ejemplo, alguien que viaje en avión de Barcelona a Madrid estará emitiendo 141 kg de CO₂, mientras que el mismo viaje en un AVE 100 % eléctrico, supone solo 11 kg de CO2.[1]

Greenpeace exige a la UE y a los estados miembros una prohibición de los vuelos cortos cuando se pueda ir en tren. Una medida ya aplicada parcialmente en Francia y que no solo permitiría reducir las emisiones procedentes de la aviación, sino también evitaría importar queroseno desde Rusia en plena crisis energética.

A pesar de que las compañías aéreas han expresado su intención de alcanzar las emisiones netas cero para el año 2050, apenas hay evidencia de que las grandes aerolíneas puedan alinear sus objetivos con los del Acuerdo de París. Es la conclusión de otro informe que Greenpeace publicó a nivel europeo este verano que cuestiona la agenda climática de siete grandes grupos aéreos, entre los que se incluye Ryanair, EasyJet o el grupo IAG, muy presentes en Cataluña.

Según se desprende de dicho informe «Volamos hacia el fracaso climático: Un análisis de los siete mayores grupos aéreos europeos», las aerolíneas carecen de planes a corto plazo para reducir sus emisiones absolutas de CO₂, y sustentan la mayoría de sus compromisos climáticos en soluciones que se consideran contraproducentes con el medioambiente, como los mecanismos de compensación de carbono o un mayor uso de agrocarburantes, cuya producción está relacionada con la deforestación en regiones tropicales.

Notas:

[1] Comparativa elaborada a través de la página especializada EcoPassenger.org


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