Greenpeace denuncia las amenazas del lobby de la ganadería industrial al ourensano Movemento Ecoloxista de A Limia
- El Grupo Coren ha iniciado acciones judiciales contra un agricultor ecologista por comentar en la televisión los nocivos efectos de la ganadería industrial en su comarca
- Con unos 20.000 habitantes, la zona soporta desechos ganaderos equivalentes a los residuos fecales de una población de 1.600.000 personas
- Este tipo de producción está entre las principales causas de la deforestación, contaminación de aguas y suelos y emisiones de gases con efecto invernadero
28 de febrero de 2020.- El próximo lunes, 2 de marzo, el agricultor ecologista y miembro del Movemento Ecoloxista da Limia (MEL), Manuel García, tendrá que hacer frente a un acto de conciliación con el grupo agroalimentario Coren por haber comentado en un programa televisivo la grave situación ambiental de la Comarca de A Limia, Ourense.
La cita se debe a que el juzgado de Xinzo de Limia ha admitido a trámite el acto de conciliación, previo a la admisión de demanda civil, interpuesta por el Grupo Coren contra el ecologista por intervenir el pasado septiembre en el programa ‘España Directo’ de RTVE, llamando la atención sobre la contaminación en su zona y en el embalse de As Conchas.
La cooperativa ourensana, Grupo Coren, dedicada a la producción en avicultura, porcino, vacuno y cunicultura, es la más grande del sector agroalimentario en España y ha impulsado en los últimos años la mayoría de las explotaciones industriales de la llanura de A Limia, que con una extensión de unas 30.000 hectáreas soporta una carga ganadera completamente desmedida, con varios cientos de explotaciones.
Este gigante de la ganadería industrial estima en un millón de euros los daños y perjuicios derivados de las declaraciones de Manuel y entre sus amenazas ha comunicado al agricultor que «procederemos al visionado de las grabaciones relativas a cualquier acto, conferencia o coloquio en el que usted o cualquier otra persona intervenga o haya intervenido y en el que se efectúe cualquier alusión a nuestra cooperativa».
Greenpeace, que ha firmado un manifiesto de apoyo a Manuel García junto a decenas de organizaciones, estima que las demandas de Coren atentan de forma grave contra su legítimo derecho a denunciar el enorme deterioro ambiental de esta llanura ourensana. Asimismo, considera grave que traten de silenciarse las voces que quieren llamar la atención sobre los perniciosos efectos de un modelo de ganadería extremadamente lesivo con el planeta y las personas.
«La ganadería industrial está destruyendo el planeta y ninguna empresa nos impedirá alzar la voz. Por ello, desde Greenpeace apoyamos tanto al activista Manuel García, perseguido por el gigante Coren, como al Movemento Ecoloxista da Limia», ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. «Es urgente una moratoria que impida la expansión de la ganadería industrial y la situación por la que está pasando Manuel debe llevar a que más personas se sumen al movimiento de rechazo a este modelo», ha concluido Ferreirim.
El MEL y el productor agroecológico al que apunta Coren llevan años denunciando los efectos de este modelo de ganadería industrial en A Limia. Con unos 20.000 habitantes, la zona soporta una carga de residuos ganaderos que equivaldría a los residuos fecales de una población de 1.600.000 personas. La permisividad de la administración, carente de un código de buenas prácticas agrarias de obligado cumplimiento, provoca que no se esté realizando una gestión adecuada de los residuos sólidos y líquidos que estas explotaciones generan, lo que deriva en graves problemas medioambientales.
Cantidades más que abusivas de purines y estiércol son repartidas por grandes extensiones de tierra en cualquier época del año y quedan expuestas al aire libre, lo que vulnera las directivas europeas referentes a las emisiones de amoníaco y provoca la contaminación con nitratos de las aguas superficiales y subterráneas. El aumento de la concentración de nitratos ha llegado en algunos puntos a superar el límite máximo admisible para el consumo humano, según la Sociedade Galega de Historia Natural y según analíticas oficiales de la Consellería de Sanidade y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Aguas abajo, son recurrentes los episodios de proliferación de cianobacterias tóxicas en el embalse de As Conchas, cuyas aguas lleva el río Limia a Portugal a través de la reserva de la biosfera transfronteriza Gerês-Xurés.
La ganadería industrial destruye el planeta
Según los últimos datos (2017) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), España es el primer consumidor de carne europeo. Además, actualmente concentra en grandes explotaciones industriales el 93,7% de la producción de carne de cerdo, el 94,2% de la carne de aves y el 80,6% de la leche de vacuno. El 66% de las tierras cultivadas se destinan a producir alimentos para el ganado y se sacrifican cada minuto 1700 animales para consumo humano, con un nocivo modelo de explotación que muchos denominan “ganadería sin tierra”.
La ganadería es responsable del 14,5% de emisiones de gases con efecto invernadero, tanto como el transporte mundial. Además, el 80% de la deforestación mundial es resultado de la expansión agrícola, y la mayor parte se destina ya a alimentar animales, en lugar de personas.
Los nitratos derivados del uso masivo de fertilizantes sintéticos y de la ingente cantidad de excrementos generados por la ganadería industrial se filtran en el terreno envenenando la tierra y sus acuíferos. Asimismo, es responsable de las emisiones de sustancias nocivas como el amoníaco a la atmósfera y, debido a un método que busca la máxima producción de carne, leche y huevos al más bajo coste y en el menor tiempo posible, utiliza antibióticos y otros medicamentos de forma masiva, poniendo en peligro también la salud humana. La Comisión Europea abrió en 2018 un procedimiento de infracción contra España por no cumplir el techo de emisiones de amoníaco e incumplir la Directiva de Nitratos.
Greenpeace, como también ha solicitado el Movemento Ecoloxista da Limia, ha pedido en reiteradas ocasiones una moratoria para los nuevos proyectos de ganadería intensiva y la ampliación de los existentes, establecer un plan para reducir la cabaña ganadera y promover una transición justa para las explotaciones actuales de ganadería intensiva hacía una ganadería sostenible, extensiva y ecológica.
Más información
Mónica Ortega, Comunicación de Greenpeace: 626 99 82 48
Manoel Santos, portavoz de Greenpeace en Galicia: 608 250 972