Greenpeace denuncia las subvenciones a vuelos no rentables en el Aeropuerto de Vitoria
- Un informe elaborado por Greenpeace contabiliza, solo en 2020, hasta ocho millones en subvenciones a Ryanair y Binter a través de la sociedad pública VIA – Promoción del Aeropuerto de Vitoria S.A.
- El documento detecta una “burbuja de aeropuertos vacíos” en el norte, donde se concentran seis aeropuertos en apenas 120 kilómetros
- Greenpeace exige a las administraciones que dejen de subvencionar al avión -el modo de transporte más contaminante- y dedique estos recursos a promover un modelo turístico y de movilidad que no incremente las emisiones de CO₂
13 de septiembre de 2022.– El Gobierno Vasco, la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz dedican ocho millones a financiar vuelos deficitarios al aeropuerto de Foronda. Es una de las conclusiones que Greenpeace ha sacado a la luz en su último informe, titulado “Chanchullos en el aire: Análisis de las subvenciones de ayuntamientos y comunidades al sector aéreo”, en el que denuncian las ayudas que diversas administraciones han dado a las aerolíneas para mantener vuelos deficitarios.
En concreto, las aerolíneas Ryanair y Binter recibirán subvenciones a través de la sociedad VIA – Promoción del Aeropuerto de Vitoria S.A. Mediante contratos justificados como «Servicios de promoción del Aeropuerto de Vitoria y de Vitoria-Gasteiz, Álava y Euskadi como destino de interés económico y turístico» se mantendrán diversas rutas que no serían rentables sin estas inyecciones adicionales de dinero público. Un contrato que se prolongará hasta el año 2025, a pesar de ser una práctica vigilada de cerca por entidades como el Tribunal de Cuentas Europeo, al suponer una perturbación de los principios de libre competencia.
En su informe Greenpeace cuestiona la justificación del turismo para otorgar dichas ayudas, puesto que lejos de atraer visitantes extranjeros, los destinos de las líneas (como Canarias) parecen sobre todo destinos vacacionales de la población propia. Una fórmula similar a la empleada por el Gobierno de La Rioja para mantener vuelos en Logroño, abonando más de 600.000 euros a Air Nostrum a través de la Sociedad La Rioja 360 Grados Avanza. Un convenio que llegó a su fin en mayo sin aparentemente haber sido renovado.
Según Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace, “en plena emergencia climática vemos como diputaciones y ayuntamientos financian una actividad nociva para el medioambiente, como es la aviación. Unas ayudas que, bajo la apariencia de contratos de promoción turística, tienen como finalidad real que las aerolíneas mantengan de forma artificial unos vuelos innecesarios. Por ello exigimos al Gobierno Vasco, al Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava que detengan este tipo de ayudas y dediquen estos recursos a promover un modelo turístico compatible con la protección del clima y el entorno.”
El mismo informe alerta de la saturación de aeropuertos en el norte peninsular, donde se concentran hasta seis aeropuertos en menos de 120 kilómetros: Bilbao, San Sebastián, Biarritz, Pamplona, Vitoria y Logroño. Los dos últimos no alcanzan el mínimo fijado por la UE para garantizar la viabilidad de un aeropuerto comercial. Una situación anómala que, más allá del impacto ambiental negativo, refleja que la construcción de muchos de ellos no responde a una política de transporte global y suponen un sumidero de dinero público con escasa repercusión en el empleo o el desarrollo económico de la región.
El avión es el medio de transporte más contaminante por persona
A través de su campaña de Movilidad Greenpeace llama la atención sobre el impacto del sector aéreo en las emisiones de CO₂ y denuncia que en plena emergencia climática las administraciones sigan promoviendo los viajes en avión a pesar de ser el transporte más contaminante por persona transportada. Como ejemplo, alguien que viaje en avión de Pamplona a Madrid estará emitiendo 130 kg de CO₂; mientras que el mismo viaje en un tren Alvia, que es 100 % eléctrico, supone solo 8 kg de CO2.[1]
Greenpeace exige a la UE y a los estados miembros la prohibición de los vuelos cortos cuando se cuente con una alternativa en tren. Una medida ya aplicada parcialmente en Francia y que no solo reduciría las emisiones procedentes de la aviación, sino también evitaría las importaciones de queroseno desde Rusia en un momento de crisis energética.
A pesar de que las compañías aéreas han expresado su intención de alcanzar las emisiones netas cero para el año 2050, apenas hay evidencia de que las grandes aerolíneas puedan alinear sus objetivos con los del Acuerdo de París. Es la conclusión de otro informe, ” Volamos hacia el fracaso climático: Un análisis de los siete mayores grupos aéreos europeos”, que Greenpeace publicó a nivel europeo este verano y que cuestiona la agenda climática de siete grandes grupos aéreos. Entre ellos figuran firmas muy presentes en el norte como Ryanair o el grupo IAG, matriz de Iberia, Vueling y Air Nostrum.
Según se desprende de dicho informe las aerolíneas carecen de planes a corto plazo para reducir sus emisiones absolutas de CO₂ y sustentan la mayoría de sus compromisos climáticos en soluciones que se consideran contraproducentes con el medioambiente, como los mecanismos de compensación de carbono o un mayor uso de agrocarburantes, cuya producción está relacionada con la deforestación en regiones tropicales.
Notas:
[1] Comparativa elaborada a través de la página especializada EcoPassenger.org