Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral
Greenpeace denuncia que la gestión del litoral andaluz ignora el cambio climático y lo enfrenta a la desaparición de numerosas playas
- A pesar de los impactos climáticos, se siguen promoviendo nuevas construcciones y normativas que facilitan la urbanización de los últimos tramos libres del litoral, incluso en zonas de riesgo
- Se estima que, en Andalucía, el mar puede entrar más de 20 metros en tierra para 2050, siendo zonas de Huelva, Cádiz y Málaga las más amenazadas
- La organización reclama medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y su población. Con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo
Madrid, 17 de julio de 2025.– “Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza en esta región, la Junta de Andalucía mira hacia otro lado, recuperando modelos litorales ya obsoletos y poniendo al límite los ecosistemas costeros que nos protegen”. Con estas contundentes palabras resume Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace, la situación del litoral andaluz en la presentación, hoy, de una nueva edición del informe Destrucción a toda costa, que viene señalando, desde el año 2000, el imparable deterioro de las costas españolas. En esta nueva entrega, se detallan los impactos del cambio climático y el urbanismo en el litoral de Andalucía, que se pueden visualizar en un mapa satelital, también elaborado por Greenpeace.
El informe Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral es una exhaustiva investigación de la organización ecologista que pone de manifiesto cómo protegernos de los impactos del cambio climático es uno de los principales desafíos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país. La elevación del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua, el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, la erosión del litoral y la pérdida de biodiversidad costera y marina son algunas de las consecuencias que ya se están manifestando a lo largo de la costa.
Tras años de haber explotado el litoral, se han dilapidado muchos ecosistemas costeros que precisamente nos protegen de esos impactos. Greenpeace señala las playas y zonas urbanas que se verán más afectadas para 2050 en un escenario moderado de reducción de emisiones según la información científica disponible (1).
Ante una costa artificial, la vulnerabilidad aumenta dramáticamente y con ello las consecuencias. Sin embargo, como denuncia Greenpeace, la gestión del litoral no está avanzando de forma paralela a esta realidad, y advierte que hay que acelerar las medidas de mitigación y adaptación que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y de su población. También se observa la falta de coherencia entre las políticas de ordenación territorial y la necesidad urgente de aumentar la resiliencia de estos territorios.
“La realidad que debemos asumir es que el modelo de “sol y playa” ahora es de “mucho sol y poca playa” y debemos actuar urgentemente para protegernos” ha declarado Luis Berraquero, delegado de Greenpeace en Andalucía.
El litoral andaluz en peligro
Andalucía se enfrenta a la pérdida de playas y al retroceso de la línea de costa, en muchos puntos con impactos severos, pero, bajo el argumento del turismo de lujo y presentado como un modelo de mayor sostenibilidad, se continúa promoviendo la construcción de plazas hoteleras en zonas ya saturadas y turistificadas sin tener en cuenta los impactos del cambio climático.
Urbanización. Destacan negativamente las reformas legislativas impulsadas durante las últimas dos legislaturas por la Junta de Andalucía, modificando la ley de suelo y relajando los controles y garantías ambientales para proyectos en lugares emblemáticos.
Los nuevos desarrollos turísticos se reparten por toda su costa. Proyectos en Cádiz, Conil, Tarifa, Chipiona, Málaga, Marbella, Fuengirola, Estepona, La Herradura, Salobreña, Motril y el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar muestran cómo el ladrillo se ha reactivado de forma especialmente alarmante en la costa andaluza.
El hotel ilegal de El Algarrobico sigue en pie y continúa siendo una fuente de frustración ante las excusas constantes del Ayuntamiento de Carboneras para no dar cumplimiento a las ejecuciones pendientes de sentencias firmes. Ante las estrategias dilatorias del Ayuntamiento, Greenpeace ha pedido a la Junta de Andalucía que inicie el trámite de expropiación de cara a acelerar, de una vez por todas, el fin de la romería de incumplimientos de sentencias judiciales.
Impactos del cambio climático en la costa: se estima que el nivel del mar ascienda en torno a los 0,20 – 0,27 metros para 2050 de media en toda la costa andaluza. Las zonas con mayor impacto de esta subida se encuentran en la costa de Huelva seguida del resto de la costa del golfo de Cádiz hasta la costa de la ciudad de Málaga.
Los humedales costeros andaluces y su entorno, como las Marismas de Isla Cristina, el Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de Nueva Umbría, el Paraje Natural de las Marismas del Odiel o el entorno de la bahía de Cádiz destacan como zonas especialmente vulnerables por su riesgo de inundación tanto fluvial como marina, al ser zonas bajas y llanas cercanas al nivel del mar.
Se estima que en prácticamente toda la costa de Andalucía reducirá su ancho de playa. Entre los puntos con riesgo extremo de pérdida de ancho de playa (entre 18 y 22 metros) destacan:
- Cádiz: playa de Valdelagrana, playa de Levante (bahía de Cádiz), playa de la Victoria y playa de la Cortadura
- Málaga: playa del Duque, playa de Puerto Banús y playa de Nagüeles (Marbella), playa de Fuengirola, playa de Torreblanca, playa de Santa Ana, playa de la Carihuela (Benalmádena) y playa del Lido (Torremolinos) hasta playa de la Misericordia (Málaga)
En cuanto al retroceso medio de la línea de costa, los retrocesos más severos se darán en:
- Retroceso extremo (entre 15,86 m y 19,36 m): litoral de Cádiz y bahía de Cádiz, Marbella, Fuengirola, Torremolinos y Málaga
- Retroceso muy alto (entre 12,35 m y 15,86 m): Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Barbate, Tarifa, Mijas, Benalmádena y Vélez- Málaga
Muchos municipios costeros están también expuestos a la inundación permanente debida al aumento del nivel del mar. Los casos más graves son:
- Riesgo extremo: Ayamonte, Huelva, Doñana, Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María, Puerto Real y Chiclana de la Frontera
- Riesgo muy alto: Isla Cristina hasta Punta Umbría, Cádiz, Barbate y El Ejido
Soluciones para la costa
Es urgente hacer frente a estos riesgos. Tan sólo con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo. Para 2050, proteger y conservar las playas supondría un beneficio 150 veces superior a dejar que sigan deteriorándose.
Las principales soluciones que plantea Greenpeace son:
- Acción climática urgente y ambiciosa. Proteger la biodiversidad y diseñar un nuevo sistema energético en el que se reemplacen los combustibles fósiles y el uranio por energías renovables.
- Proteger, restaurar y renaturalizar la costa. La naturaleza y sus procesos son los mejores aliados para mitigar, en las zonas costeras, los impactos de la subida del nivel del mar, de inundaciones y temporales. Las soluciones basadas en la naturaleza, que emplean los procesos naturales como remedio ante los impactos negativos, son eficaces y menos costosas que las clásicas medidas de infraestructura gris. Es imprescindible preservar los tramos de costa virgen que han sobrevivido, especialmente humedales, playas y dunas que actúan como barreras protectoras. Hay que restaurar todos los tramos posibles de costa, pensando en el futuro y en la necesidad de que nos protejan adecuadamente, y abandonar las medidas costosas que son sólo parches temporales, como la regeneración artificial de playas o el mantenimiento de infraestructuras obsoletas.
- Reducir la exposición al riesgo. Utilizar los datos y la cartografía sobre impactos y riesgos ante la inundación y la erosión. Evitar reconstruir y habitar zonas gravemente afectadas por inundaciones o temporales marítimos. Paralizar los proyectos urbanísticos en tramitación que contemplen edificar en zonas con riesgo de inundación e impedir el uso de medidas estructurales de mitigación de la peligrosidad de inundación como vía para generar espacios urbanizables. También hay que prohibir la calificación como urbanizable de los terrenos cuya peligrosidad se ha mitigado tras la construcción de una obra estructural.
- Adaptación transversal, local y participada. La adaptación al cambio climático tiene un fuerte componente local por lo que es necesario un análisis de los riesgos y vulnerabilidades en cada municipio, que deben traducirse en planes de adaptación. Son necesarias estrategias a nivel nacional y regional y deben contar con la financiación adecuada. La participación ciudadana es fundamental.
Poner coto a la turistificación contando con la participación comunitaria. El sector turístico es un factor determinante en la gestión de la costa. Es urgente abandonar el discurso cuantitativo y la cultura del crecimiento continuo, por uno cualitativo que conduzca a una reforma estructural que aúne las necesidades de la población residente y los límites ambientales para poder desarrollarse en equilibrio. Hay que avanzar en la regulación con moratorias a las viviendas turísticas, erradicación de la oferta ilegal, reducción de la actividad aeroportuaria, limitación de la entrada de vehículos en las zonas saturadas, refuerzo del transporte público y el control de aforo en espacios sensibles.
Notas
- Los datos de impactos de cambio climático se han obtenido a partir de los visores cartográficos de las distintas comunidades autónomas, visores nacionales e informes publicados.
———————
Enlace al informe AQUÍ
Mapa satelital de impactos urbanísticos y climáticos AQUÍ
Imágenes disponibles para medios AQUÍ
Infografía calentamiento del mar AQUÍ